El desempleo afecta a los jóvenes en Estados Unidos
El índice de desocupación de EE.UU. puede que sea de 4,8%, su nivel más bajo en una década, pero para el nuevo presidente esa es una "fake news" (noticia falsa). La tasa de desempleo oficial es "el mayor chiste que hay en este país", dijo Donald Trump en su campaña electoral.
Tiene sentido. La medición no es equivocada, pero no nos dice mucho sobre los desocupados. Para eso, hay que observar la creciente proporción de gente entre 25 y 54 años que no trabaja ni busca empleo: una cifra que ahora se ubica cerca de 20%.
Para Trump, eso es una crisis que afecta a hombres particularmente sin estudios cuyo empleo fabril fue reemplazado por robots o es ocupado por trabajadores extranjeros, o ambas cosas. Trump promete devolvérselos.
Sin embargo, este foco miope puesto en los "hombres desaparecidos" de EE.UU: es extraño. Ignora el hecho de que las mujeres norteamericanas están también desapareciendo. La participación femenina en la fuerza de trabajo en dicho rango etario es inferior en EE.UU. que en Japón.
Eso no es para negar la caída de la participación masculina, que es seria. Pero se mantiene en los mismos niveles o hasta baja en muchos otros países. La proporción en el mercado laboral de los hombres en esas edades fue menor en 2015 que en 2000, en 25 de los 35 países de la OCDE. Sólo en siete de los 35 países cayó la participación de las mujeres en el mismo período, entre ellos EE.UU.
¿Por qué las mujeres norteamericanas abandonaron la tendencia mundial después de 2000? Algunas razones son las mismas que para los hombres: la escasez de empleos decentes en algunas partes de EE.UU., en particular para gente con poca capacitación. Pero la política norteamericana no apoya a las mujeres que quieren seguir trabajando cuando tienen hijos, por lo que terminan renunciando. En el resto del mundo, la política avanza en sentido contrario.
La buena noticia para Trump, que ató su éxito electoral al empleo, es que hay palancas de política a la espera de ser accionadas. Ya prometió seis semanas pagas de licencia por maternidad. Debería ser más audaz. Y como EE.UU. empieza con un borrón y cuenta nueva, el país tiene la oportunidad de hacer que todas esas políticas se apliquen tanto a las madres como a los padres.