En la 31° Conferencia Industrial, Martín Cabrales, presidente de la Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), señaló que el país está en “un momento bisagra” y que el sector industrial es una “parte activa de la transformación”.
Con este foco comenzó su discurso el jueves pasado, en el marco de un nuevo evento de la UIA en el Centro de Convenciones Buenos Aires (CEC), el cual reunió a funcionarios del Gobierno, como en el caso del ministro de Economía, Luis Caputo, y el del Interior, Diego Santilli, empresarios e industriales.
Inmediatamente, Cabrales se refirió a las “reformas de segunda generación” -la tributaria y laboral- ante un salón que lo escuchó atentamente y lo recibió con aplausos cuando ingresó al escenario.
Las propuestas mencionadas forman parte de la “columna vertebral” del plan que quiere impulsar el Ejecutivo a partir del próximo año legislativo; según ratificó en el CEC el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el Gobierno llamará a sesiones extraordinarias cuando se reconfigure el Congreso a partir del 10 de diciembre.
“Es imposible para una pyme liquidar lo que tiene que liquidar. Los que pagan son cada vez menos. Eso tiene que cambiar. Está dada la oportunidad para que seamos protagonistas de ese cambio”, afirmó Cabrales, quien además pidió “consenso” para llevar adelante los cambios estructurales.
En las últimas semanas, fue Caputo quien brindó algunas pistas sobre cuáles serán los pasos a seguir. “Nosotros en lo tributario a lo que queremos ir es a eliminar los impuestos más distorsivos que todos sabemos cuáles son", dijo el titular de Hacienda, aunque descartó que esto ocurra en el corto plazo porque, de acuerdo al mandato que impuso el presidente Javier Milei, la prioridad es sostener el orden de las cuentas públicas.
“Lo que está diciendo el ministro es ‘vayamos gradualmente con la reforma impositiva’, con deducciones de Ganancias para formalización, y eliminando algunos impuestos que puedan ser distorsivos, sin entrar ahora en la discusión grande del IVA o de los Ingresos Brutos”, señaló en diálogo con El Cronista el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.
Incluso, el dirigente, que fue candidato a senador en los comicios bonaerenses del 7 de septiembre, remarcó que “la Nación ha hecho un esfuerzo muy grande en bajar el gasto, pero eso no se vio acompañado por las provincias”. Asimismo, dijo que urge la necesidad de tender puentes entre los diferentes niveles de gobierno (Nación, provincias y municipios). “Hay que ir de a poco, pero consistentemente generando crecimiento y, como dijo el ministro, cuando vos crecés, tenés más recursos para bajar impuestos”, explicó.

A su vez, Valenzuela reveló en on the record una frase que le transmitió el Presidente. “Un día me dijo que ‘todo superávit yo no me lo quedo, lo paso a baja de impuestos’. Ese es el horizonte del Gobierno. Obviamente, para eso hay que crecer [en términos económicos]”, reiteró.
Motivos por los cuales el sistema tributario es ineficiente
El ministro de Economía, que disertó en el salón principal del CEC e hizo énfasis en lo que respecta a la política monetaria y cambiaria, no habló sobre la reforma fiscal, lo cual generó “sorpresa” para uno de los presentes.
Luego de presentar algunos balances de la gestión y resaltar que no está en los planes de esta administración -al menos por ahora- dejar flotar el dólar, Caputo cerró su discurso y dejó el espacio para que César Litvin, CEO Lisicki Litvin & Abelovich, y Carlos Abeledo, presidente del Departamento de Política Tributaria UIA, ahondaran en la importancia de la simplificación de impuestos y las ineficiencias de un sistema que “asfixia” a los contribuyentes.
“En una reforma tributaria tenemos que partir de lo deseable, teniendo en cuenta lo posible, viendo lo necesario y culminando por lo urgente. Tenemos que empezar a ver dónde está la intersección entre estos cuatro puntos”, afirmó Abeledo, quien reconoció que los objetivos del Gobierno -en materia tributaria- se alinean con aquellos que plantea el sector privado y el sector industrial.
En ese sentido, remarcó: “Nuestra principal preocupación es agotar los saldos a favor de forma inmediata, para después pasar a una reforma. Lo necesario es atacar los impuestos distorsivos, tenemos uno en cada nivel de tributación”.
Y, uno por uno, enumeró los tributos que alteran el normal funcionamiento de los precios relativos: “En lo nacional, el impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias y Otras Operatorias, conocido como “Impuesto al Cheque”. Y en lo provincial, por Ingresos Brutos (IIBB), que es un impuesto distorsivo en cascada con todos los defectos que uno puede tener. Y en lo municipal, las tasas, fundamentalmente la inspección del registro de seguridad e higiene, donde los distintos municipios elaboran sus presupuestos y hacen recaer en estas tasas -un hermano menor de Ingresos Brutos-, lo cual genera un costo enorme en las empresas y en el sector informal“.
De esta manera, el Presidente del Departamento de Política Tributaria UIA trazó una serie de pasos a seguir: el primero, la devolución “urgente” del capital de trabajo que “está en las áreas públicas nacionales y provinciales”; y, en segundo lugar, “atacar todo lo que tiene que ver” con las cargas fiscales regresivas.

En concordancia con ello, Litvin retomó un aspecto clave sobre los saldos a favor. “El empresario lo que tiene que hacer inmediatamente es buscar financiamiento a las tasas que se están pagando -y que se venían pagando- y la realidad es que esta situación requiere una urgencia inmediata. Si quieren establecer pagos a cuenta, establezcan inmediatamente la devolución automática, ágil, rápida y sin trámites burocráticos”, resaltó.
Cuál es la hoja de ruta para una reforma tributaria
Carlos Abeledo, quien tuvo su participación en el Consejo de Mayo, valoró una reforma del sistema impositivo, pero aclaró: “Lo que está faltando es a nivel provincial y a nivel municipal, conjuntamente con la Nación, y creemos que para modificar estos impuestos que había mencionado como distorsivos [Ingreso Brutos, por ejemplo], es necesario un consenso fiscal que modifique los errores de concepción que tuvieron otros consensos fiscales (como el Pacto Federal de 1993 o el Consenso Fiscal de 2017)”.

De igual modo, Litvin coincidió con el análisis de su colega. “Es muy difícil jugar un partido de fútbol con la cancha inclinada. Es muy difícil, también, una gestión empresaria con todos estos problemas impositivos. ¿Cuáles son los problemas más importantes que afectan la gestión? Primero, una presión fiscal, mencionada por Carlos, que es altísima. Eso alienta la informalidad. Después, la gran complejidad que tiene el sistema tributario: Nación, provincias y municipios suman en total 154 tributos“, subrayó.
Y añadió: “[El sistema tributario] Está contaminado por impuestos muy distorsivos. Ingresos Brutos es el peor. No existe en otra parte del mundo un impuesto plurifásico que se articula en cada una de las etapas. El impuesto a las exportaciones [Derechos de Exportación] lo tienen solo 12 países en el mundo; son todos del tercer mundo, y en ese equipo juega la Argentina, necesitando generar reservas y castigando a la exportación. Y un impuesto que nació transitoriamente por un año, que no debería existir, es el impuesto a los créditos y débitos bancarios [Impuesto al Cheque]. El problema es que esto genera 6,65% del PIB de ingreso. Hay que ver cómo se suplanta”.
Al respecto, Matías Olivero Vila, presidente de Lógica, una organización sin fines de lucro que se dedica a la concientización fiscal, dijo a El Cronista cuáles son los dos escenarios que enfrentará el Gobierno a la hora de impulsar una modificación del régimen fiscal.
Desde su perspectiva, la reforma tributaria debe posicionarse en estos tres ejes: baja de impuestos, simplicidad y baja de la informalidad.
“En el deber ser son esos tres ejes. Ahora, ¿qué es lo que se viene? Bueno, hay que verlo como la ‘primera reforma tributaria’, donde la baja de impuestos la van a tener los individuos, y, para lo que es simplicidad, van a sacar 20 impuestos. Nos quedan otros 130 [gravámenes]. Vamos a ver si se incluye alguna norma para la baja de la informalidad. ¿Por dónde puede venir? Para permitir deducciones de gastos que hoy no son deducibles y que nos exigen como ciudadanos (factura)“, explicó.
En una ‘segunda etapa’, cree que es necesario tender puentes con las provincias, dado que “la coparticipación federal”, que tiene por objeto coordinar la distribución de los tributos impuestos por Estado, es un tema de tire y afloje entre Nación y los distritos (provincias y municipios) de todo el país. “Es fundamental, porque ahí tenemos dos de los impuestos más distorsivos y más pesados, que son Ingresos Brutos y tasas municipales”, puntualizó.
También se refirió a la posibilidad de aplicar un “Súper IVA”, algo que, de materializarse, “consolidaría el IVA actual, Ingreso Brutos y [potencialmente] las tasas municipales”.
A modo de ejemplo, Olivero explicó que en Brasil se llevó a cabo una propuesta similar. “Los impuestos consolidados -Nación, provincias y municipios- bajaron ‘siete puntos de golpe’ y de forma gradual [se efectuará completamente a partir del año que viene]. Sería fantástico seguir ese camino”, concluyó.
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