Mientras se discute la reforma laboral, no son pocas las empresas que ya tomaron medidas en el frente del empleo. En lo que va de la gestión de Javier Milei se cuentan 419 puestos menos de trabajo por día y el cierre de 20.134 empresas. Ante ese escenario, la industria, entre los sectores más afectados, anticipa un verano “difícil” con mayores suspensiones y despidos.

Con una caída interanual de 4,2% y una contracción mensual respecto a octubre de 0,5%, la industria metalúrgica registró los porcentajes más bajos de la serie histórica disponible en noviembre y las alertas proliferan, principalmente, entre las pymes.

El informe de Adimra, también destaca que la capacidad instalada se retrajo a 44,4% y no proyectó indicios de un cambio en la tendencia para el corto plazo. “Hace un año que se viene deteriorando el tejido productivo metalúrgico, con un nivel de importaciones que supera el 70% a nivel interanual, por lo que es necesario una política industrial integral que permita salir de este escenario extremadamente preocupante para las pymes argentinas”.

Frente al cierre de 20.134 empresas desde el ballotage de noviembre de 2023 y septiembre (de 512.357 a 492.223) lo que refleja la pérdida de 30 empleadores por día se cayeron 280.984 puestos de trabajo (de 9.857.173 a 9.576.189), equivalente a 420 empleados registrados menos por día desde la asunción de La Libertad Avanza, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Las medidas que viene aplicando el gobierno de Javier Milei impactaron de forma heterogénea entre los actores de la economía. Si el modelo de sectores “ganadores” vs. “perdedores” se profundiza de cara el 2026, podría poner en riesgo más puestos de trabajo.

Pasar el verano

“Nuestros empleados son familia”, reconoció un industrial radicado en Lanús, provincia de Buenos Aires, pero aseguró que, en enero, deberá despedir personal porque la situación “no da para más” ya que teme que la “bola” de compromisos se haga más grande.

“Nadie quiere despedir antes de las fiestas”, explicó y aseguró que es “el último recurso” luego de implementar una batería de medidas “anticrisis”.

El caso es uno más de los que llegan a las mesas ejecutivas de la Unión Industrial Argentina (UIA) donde la situación de la industria, marcada por una “actividad amesetada, pérdida de puestos de trabajo y dificultades para sostener la producción en ciertos sectores”, es eje.

En un encuentro con Luis Caputo, ministro de Economía, y Pablo Lavigne, secretario de Industria y Producción, Martín Rappallini, titular de la UIA, planteó los temas de preocupación de la industria e intercambiaron posibles medidas para atravesar una etapa “desafiante” de cara a 2026.

Los datos que surgen de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), muestran a la industria entre los sectores más afectados por la caída de la actividad con 2122 empleadores menos y 59.127 bajas laborales, en los primeros 22 meses de la gestión de Milei.

La caída del consumo y la apertura “abrupta” de importaciones que en el caso de los productos metalúrgicos demandó, sólo en octubre, los u$s 2656 millones lo que equivale a un incremento de 33,4% en toneladas, delinean un escenario complejo.

La contradicción que atraviesa a gran parte del empresariado local, que celebra las decisiones del gabinete que lidera Caputo y la desregulación de Federico Sturzenegger mientras hace “malabares” para pagar aguinaldos, quedó plasmada en el último encuentro Propymes que organizó el Grupo Techint, días atrás.

Luego de aplaudir enardecidos a la ministra Patricia Bullrich que expuso los beneficios que traerá la Reforma Laboral y luego la Tributaria en un diálogo con Paolo Rocca, quien planteó el efecto negativo de la inserción de productos chinos en las cadenas de valor, los asistentes preguntaron: “¿y mientras tanto?“.

Menos personal y rezos al repunte

Según la última encuesta del Centro de Estudio de la UIA, en noviembre, el 21% de las empresas confirmó que ya redujo su dotación de personal. Además, ante la caída de la producción, se observa un aumento en el uso de otras medidas de ajuste como la reducción de turnos y las suspensiones.

La demanda interna se ha consolidado como la principal preocupación, mencionada por el 40% de las empresas mientras un 47,4% vio bajas en su facturación.

Guillermo Freund, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), afirmó que las empresas del sector se encuentran “expectantes”, evitando tomar decisiones relevantes a la espera de una reacción positiva de la demanda que, confían, se produzca a la brevedad.

En términos de empleo, la cautela empresarial prevalece ante un escenario incierto. Para el tercer trimestre del año, según Cadieel, las expectativas retrocedieron: el 78% prevé mantener su plantilla y un 22% estima una reducción en su equipo de trabajo.

El efecto de la apertura comercial en un escenario de recesión es notable. Como ejemplo del fenómeno, el último año, una de las principales empresas de courier -que absorbe el boom de compras al exterior- se expandió cuatro veces en metros cuadrados, pero no generó ni un solo nuevo puesto de empleo. En contraste, la pérdida de empleo en toda la cadena industrial sube a 150.000 puestos sobre un total de más de 300.000 en casi 2 años.

Según Daniel Rosato, titular de Industriales Pymes de Argentina (IPA) las industrias más afectadas son la metalmecánica y los sectores vinculados a la industria textil y calzado, impactados por el incremento de las importaciones. En cambio, los electrointensivos, menos dependientes de personal continuo, muestran mayor capacidad de resistencia.

Aunque existen expectativas en la Reforma Laboral como un motor para crear nuevo empleo por parte del gobierno y las cabezas empresariales, se advierten fenómenos adversos. Por un lado, mayor cantidad de despidos ante el contexto de flexibilización y, a la par, postergación de nuevas contrataciones en los sectores con mejor dinámica.

Estrategia anticrisis

Las estrategias de supervivencia de las pymes son drásticas: algunos entran en reconversión e importan, otros se achican, y un grupo comienza a planificar la emigración, siendo Paraguay el destino preferido por su baja carga impositiva y los beneficios de la “ley maquila.” La transición de fábrica a importador implica una severa pérdida de empleo local, bajando de 50 a 10 puestos por firma, coinciden distintos empresarios.

Elio Del Re, presidente de Adimra, coincidió en el panorama “muy complicado,” señalando que “el nivel de personal ocupado no concuerda con la demanda”. Al mismo tiempo, aclaró que “despedir va en contra de la lógica industrial de construir empleo”. El promedio de antigüedad en metalurgia es de 15 años dijo y marcó que se necesita trabajo calificado y capacitación, lo cual requiere tiempo y esfuerzo.

Por eso, a pesar del rojo acumulado, los industriales aún dilatan despedir personal pero no descartó que la decisión se precipite tras las celebraciones de fin de año, ya que, si no hay una política industrial que impulse el consumo interno, el repunte de la demanda solo “caerá” en la importación.

Otro de los sectores en crisis es el de juguetes, donde se espera que, al cierre de la temporada de Reyes, los fabricantes realicen ajustes. En lo que va de la actual gestión, la actividad mostró una reducción del 20% en la masa salarial. Si bien no se detectaron despidos masivos inmediatos, se estima una baja de 1600 puestos directos e indirectos por la falta de renovación de jubilaciones o renuncias, y el fin de la tercerización de distintos procesos. Al mismo tiempo, 300 jugueterías abandonaron la venta a la calle para migrar al canal online.

Las actividades más castigadas por la competencia de bienes importados como indumentaria, calzados, alimentos y electrodomésticos asumen que los despidos en el sector se van a “espiralizar” después de las vacaciones y ponen el foco en la provincia de Buenos Aires.

La definición es clave, en el conurbano se despliegan todo tipo de industrias y justamente las que no están asociadas a los sectores “calientes” como agro, energía y minería están en crisis por la caída del consumo.

Estas actividades ligadas al consumo masivo son “el pato de la boda” y se identifican con las que están “pagando el ajuste”.

Incluso las que tienen vínculo con Vaca Muerta reclaman que los contratos de compra para los próximos 2 años de la petrolera de bandera nacional asignaron 85% a proveedores en China.

Este panorama también impacta en la actividad de transporte de cargas. Cristian Sanz, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), aseguro que “todo indica que en 2026 la economía seguirá marcada por una fuerte heterogeneidad”.

Tal como ocurrió en 2025, el desempeño del sector varía significativamente según el rubro y la zona geográfica, aclaró.

“El panorama es mucho más complejo en el movimiento de alimentos y de bienes de consumo para el hogar, como los productos de línea blanca”, dijo y señaló que “en estos segmentos vemos escasas señales de recuperación, a lo que se suma la caída de empresas de producción nacional en un contexto de fuerte apertura de importaciones”.