El índice de inflación es el espejo en el que nadie se quiere mirar. Cristina Kirchner no necesitó cargar las tintas esta vez, a horas de que el INDEC difundiera los datos de marzo. Se la vio de muy buen humor en su vuelta al Centro Cultural Kirchner tras siete años sin pisarlo desde el corte de cintas en el 2015. Incluso posó para las fotos junto a la estatua de Néstor Kirchner a cuya inauguración no asistió ni ella ni su hijo Máximo Kirchner. Su discurso abordó sus obsesiones y estuvo muy lejos de acallar las internas. Por el contrario, aunque repitió lo que piensa sobre la Justicia, la desigualdad, los monopolios y la batalla real por el poder confeccionó un traje con las críticas que hace en privado y a medida del Presidente. Excepto algunos de sus allegados, la mayoría entendió que su principal interlocutor era Alberto Fernández. Hubo aplausos, ovación y cánticos de una platea colmada de leales entre intendentes, sindicalistas, asesores y legisladores. Fue además simbólico, su primer discurso en el auditorio de la ballena azul al que el ex secretario de Medios de la gestión de Mauricio Macri, Hernán Lombardi, renombró como Auditorio Nacional. Los dos tienen razón. El primero porque la historia del kirchnerismo avala sus argumentos. Desde la pelea con grandes grupos económicos y empresas de comunicación al debate ideológico expresado en las largas cadenas nacionales de la actual Vice y sus discursos en aquellos patios llenos de militantes. También este miércoles 13 de abril, primer aniversario del sobreseimiento en la causa dólar futuro, se encargó de defender el rol del Estado, la teoría del no derrame de la riqueza económica y la disputa de poder. No lo dijo pero Néstor Kirchner con el 22% de los votos recibió una banda y un bastón vacíos de poder sobretodo porque Carlos Menem se bajó del ballotage y lo dejó sin la posibilidad de engrosar su legitimidad. Sin embargo, el legislador del Mercosur está en lo cierto y la escuchó en el marco del mapa completo de los últimos meses. Cristina Kirchner habló un día después de que Axel Kicillof presentara un paquete propio contra la suba de precios acompañado del Secretario de Comercio de la Nación Roberto Feletti. Un dato en un largo hilo de reproches públicos y explícitos emanados desde el kirchnerismo. Feletti es el mismo funcionario al que el ministro Martín Guzmán "retó" en público por reclamar medidas macro contra la inflación dijo en el acto bonaerense que "acá está todo lo que está bien, este es el rumbo". El rumbo no es el de la Casa Rosada sino el que delineó Kicillof en su presentación. Lo repitió la Vicepresidenta: los monopolios y la concentración de la producción de alimentos en pocas manos fija precios y si el Estado no aplica reglas, se dispara la inflación. "Si cuando vos me necesitaste te pagamos salarios, te pagamos impuestos, ahora que te necesita no el Estado sino el pueblo... me parece..." reclamó Cristina Kirchner a los empresarios. Y volvió a exigir una presión que no ve que aplique el jefe de Estado. "No es posible que en una tragedia el Estado sirva pero cuando hay que tomar decisiones en materia económica de controles sea un estorbo", se quejó. Y en su típico tono irónico subrayó: "Así no juego más, no vale".