La película "Homo Argentum" tuvo una repercusión particular en el mercado financiero, alejada del debate que incentivó el presidente de la Nación y los "argentinos de bien" alrededor de los 16 personajes que hace GuillermoFrancella con la dirección de Mariano Cohn y Gastón Duprat.
La novedad compartida en los WhatsApp de la City fue que en la primera escena aparece Juan Bruchou, el histórico CEO del Citibank en la Argentina, hoy dueño de la fintech Brubank, cuya tarjeta también se ve al final de la película, completando un doble rol de actor y sponsor que nadie de su palo deja de comentar.
Sin embargo, son días en los que los financistas están con la cabeza en otra cosa, pero también viviendo su propia película, que va cambiando de género. En las últimas semanas, empezaron a mirar más torcido al equipo económico que está interviniendo de todas las maneras posibles para sostener en forma obstinada el dólar y por ende los precios en plena campaña, en otro típico comportamiento del "homo argentum" que ya que estamos podría ser un "homo electorum".

"Esfuerzo" electoral
"Están rompiendo todo", graficó un asesor de fondo internacionales respecto de las colocaciones fuera de agenda en materia de deuda y también en referencia a las subas de encajes que le impusieron a los bancos, todo a partir de la inundación de pesos que se dio a mediados de julio cuando se decidió pagar y terminar con las letras fiscales de liquidez del Banco Central y se desató una mini corrida que llevó la divisa a cerca de los $1400.
La respuesta del Gobierno a los actores de peso del establishment, entre empresarios y banqueros que han pasado por la Casa Rosada últimamente es simple: "Se trata de un esfuerzo electoral".
Es decir que por la llamada volatilidad de las tasas, como se refieren en la jerga a la disparada del costo del dinero en los últimos 15 días, habrá que adaptarse a manejos de la coyuntura para que no se escape el tipo de cambio.
"Es desprolijo y van minuto a minuto", dice Juan Napoli, del Banco de Valores, cercano a Javier y Karina Milei. "El crédito se va a restringir", agrega. Pero lo entendemos como un "trade por las elecciones", grafica.
En ese punto, se dio un diálogo de los más interesantes entre un operador financiero de trayectoria y un importante miembro del equipo económico:
- ¿Por qué cuando antes no se renovaba el total de la deuda se hablaba de "Punto Anker" (el concepto de que los bancos se quedaban con pesos para hacer funcionar la economía vía crédito) y ahora sí sobran pesos sin refinanciar hay que salir a absorberlos como loco?
- Porque ante la demanda de cobertura pre-electoral, no podés saber si los pesos los demandan por querer los pesos, o si es para comprar cobertura. Y el riesgo de enterarte ex-post es muy alto en este momento. Por eso se presume que puede no ser por demanda genuina y por lo tanto, el mandato es esterilizarlos.

Es el corazón de la argumentación general que emana desde el Poder Ejecutivo: las elecciones. Como en otras oportunidades, el Gobierno se abraza al plan de llegar como sea con la idea de que el día después habrá un resultado positivo para el oficialismo que dará una fortaleza tal para hacer reformas estructurales que hará bajar el riesgo país, lo que permitirá refinanciar los vencimientos de capital y en definitiva las reservas van a crecer.
Y en ese recorrido imaginario de la argumentación oficial es que habrá más dólares "genuinos" por lo que sería esperable que se normalice la situación de las tasas de interés que hoy se han vuelto un tiro en el pie dado que afectan el costo de financiamiento de la economía. El consumo de bienes durables ligado al crédito se resiente y entra en un interrogante la recuperación de la actividad.
En parte este derrotero irá a explicar el propio Javier Milei y su equipo económico este viernes al acto del 141 aniversario de la Bolsa de Comercio de Rosario. Sin embargo, hay un gran interrogante que surge en los diálogos del equipo económico respecto de "las elecciones".
Está refiriéndose a lo que esperan sea un resultado positivo en las legislativas nacionales del 26 de octubre. Pero en más de un diálogo hay un retruque de los interlocutores que los deja recargando el buffer: "¿Y si hay una derrota en las elecciones de la provincia de Buenos Aires de dentro de dos semanas?"
La posibilidad de que haya un resultado negativo en los comicios para legisladores provinciales y concejales puede generar la interpretación de que "el kirchnerismo está vivo" y como la propia usina oficialista instaló que es la fuente de todo mal se podría generar un efecto tipo "agosto de 2019", con un sacudón financiero que obligue a otro apretón monetario con menos actividad y más dudas sobre el futuro siempre dependiente de "la llegada de inversiones".
Es el eterno loop de la espera de "condiciones ideales" para gatillar desembolsos que nunca terminan de decidirse lo que explica que haya dos grandes universos de posibles inversores en la actualidad argentina: los capitales argentinos que miran de cerca los negocios más fuertes que dejan las multinacionales que se van, ahora con el grupo NewSan interesado seriamente en quedarse con la filial de Carrefour; y las grandes corporaciones de las materias primas que apuestan al salvoconducto del régimen RIGI para tratar de independizarse de las turbulencias argentinas como es el caso reciente del anuncio del gigante Glencore para poner finalmente en marcha dos históricas promesas como los proyectos de Pachón y Agua Rica en San Juan y Catamarca respectivamente.

"¿Quiénes serán los protagonistas de la ola de privatizaciones que se viene'", preguntó al aire un lobbista. ¿Será el momento de la elite argentina? ¿O será la hora de los capitales estadounidenses que se tomarán revancha del traspaso a manos privadas que en los 90 protagonizaron las multis europeas? El proceso de venta de la empresa de aguas AYSA es un primer caso testigo.















