El Peronismo parece haber recuperado cierto nivel de unidad "necesaria pero no suficiente" para enfrentar a Javier Milei, se ilusiona con derrotar al proyecto libertario en las urnas a fines de octubre y, por fuera de la escena pública, comienza a discutir algunos temas que considera clave para una agenda futura.
Para los que integran Fuerza Patria, el gobierno de Alberto Fernández sigue en el espejo retrovisor. Para la mayoría, aun con miradas más o menos indulgentes, se trató de una experiencia fallida en muchos puntos, entre ellos, la falta de acuerdos mínimos para temas clave.
Muchos conceden que el "pecado original" del Frente de Todos fue el problema de la Conducción, la histórica fortaleza de los proyectos peronistas que se convirtió en el talón de Aquiles de una gestión que tenía a un presidente en tensión con su vicepresidenta.
Hoy por hoy, con el peronismo en la oposición, el liderazgo se encuentra distribuido. Hay dos sectores que sienten que están en pie de igualdad con el cristinismo, aquellos que conducen Axel Kicillof y Sergio Massa. El tema del liderazgo, aseguran, se deberá resolver más adelante.
Sin embargo, lo que ya está habiendo es el debate sobre temas o problemáticas, pero lejos de la dinámica de los think-tank.
"En el PJ ha habido comisiones, encuentros de economistas, reuniones. Todo el peronismo se está planteando lo que se va a hacer y todos piensan más o menos lo mismo: hay que plantear una negociación política de la deuda para un país sobre endeudado al que no le sobran dólares", señaló una fuente partidaria.
Los interlocutores siempre aclaran que "falta una eternidad" y hablan usando potenciales sobre un próximo gobierno justicialista en 2027, pero creen que todo se acelerará después de las elecciones para "construir el programa, los acuerdos, las propuestas para el país".
Aquella imagen de un bloque roto, partido, votando en sentidos opuestos el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, sigue pesando como una herencia que no se quiere repetir. Todos -incluyendo a La Cámpora- saben que ese será el punto prioritario y que la solución no podrá ser aquella adoptada durante la administración de Néstor Kirichner.
"Hay varias opciones dando vueltas, hay que acordar cuál va a ser nuestro objetivo con el Fondo, nuestro programa para el Estado", señala un importante hombre del Cristinismo.
Sin embargo, aunque el debate de la deuda ocupa el lugar central, existen otros temas en agenda, entre ellos el rol del estado, la educación pública y la actualización laboral.
Hay otro gran tema, un leitmotiv de todos los gobiernos del peronismo en este siglo y que se engloba bajo el título de "la Justicia". Allí habrá temas que incluyen la composición de La Corte Suprema, hoy funcionando con su plantel mínimo. También podría estar atado al futuro judicial de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Muchos de esos temas necesitarán de acuerdos con la oposición para conseguir las mayorías parlamentarias que exige la Constitución. En ello también el gobierno de Alberto Fernández también funciona como un fantasma: la "correlación de fuerzas", la pérdida del quorum propio y la búsqueda de evitar derrotas parlamentarias derivó en que no se pudiera, por caso, aprobar el pliego de un nuevo procurador que reemplazara al interino Eduardo Casal.
Primero está octubre, pero la mirada está puesta en un punto más lejano.
