"Voto Soja" vs "Voto Ladrillo": las variables que pueden definir las elecciones en Córdoba
La situación económica de la provincia está marcada por una crisis en el campo por la sequía y un incremento de la obra pública por parte del PJ. La estrategia de Llaryora desde el oficialismo y las críticas de Juez, el principal contendiente de la oposición
El "voto soja" y el "voto ladrillo" serán las vedettes este domingo en Córdoba y se convertirán en elementos claves de unas elecciones donde se define el nuevo gobernador que sucederá a Juan Schiaretti en medio de un contexto económico complicado para toda la Argentina.
En el tercer distrito electoral más relevante del país el peronismo buscará con Martín Llaryora, hasta ahora intendente de Córdoba capital y ahora candidato a gobernador, retener el poder de Schiaretti con el resultado de la gestión municipal basado en la obra pública.
Luis Juez desde Juntos por el Cambio busca destronar al PJ tras 24 años de hegemonía y apuntará al "voto soja" que en su momento benefició a Mauricio Macri. Aunque ahora el voto del campo está signado por el malestar de un contexto económico difícil con inflación alta, trabas a las importaciones y cepo cambiario.
En paralelo, el "voto ladrillo" basado en la obra pública busca ser motivador central de esta apuesta para el peronismo. Así, Llaryora se propuso continuar en la provincia con un plan de gasoductos troncales, un acueducto, la construcción de más de 25 .000 viviendas y un amplio tendido de red cloacal en 100 localidades.
Buena parte de la gestión de Córdoba capital se sustentó en la obra pública y es lo que prometió replicar el candidato del PJ
Voto del campo
A la vez, el "voto soja" que en los últimos 24 años le garantizó al peronismo un triunfo electoral en la gobernación de Córdoba esta vez podría jugarle una mala pasada a la política no sólo por los efectos de la sequía en el campo sino por el contexto de inflación a nivel nacional, el incremento de la pobreza y el impacto del cepo o los límites a las importaciones en los sectores fabriles.
Tanto el fallecido gobernador Juan Manuel De la Sota en su momento como el actual gobernador Juan Schiaretti y el aspirante a serlo desde el PJ, Martín Llaryora también se respaldaron en el voto del campo para sumar voluntades en las urnas. Incluso a nivel nacional, Mauricio Macri llegó a la Presidencia apuntalado por el "voto soja". Existe una simpatía de los hombres del campo con políticas afines al sector y contrapuestas con los mandatos del kirchnerismo.
Sin embargo, los efectos negativos de la sequía despertaron un fuerte malestar en el campo durante los últimos tiempos. La Sociedad Rural Argentina (SRA), emitió un reciente estudio en el que mostró que Córdoba es uno de los distritos más castigados por la sequía, con pérdidas mayores a los u$s 7300 millones.
"En Córdoba se dejaron de generar u$s 7330 millones por la crisis climática, con pérdidas de casi el 80% en trigo, 40% en maní, pérdidas estimadas en ganadería y también en la cosecha de soja y maíz que aún no finalizaron", expresó Nicolás Pino de la SRA.
Martín Llaryora busca retener este voto del campo con la promesa de la eliminación de retenciones a la producción agrícola y la pavimentación de 1000 kilómetros de caminos rurales.
Desde el centro de estudios económicos IDESA, Jorge Colina admitió ante El Cronista que los efectos de la sequía impactaron duramente en el sector agrícola aunque dijo que hubo una importante ayuda estatal en términos de reducción impositiva al agro.
En el frente Juntos por el Cambio que hoy lidera Luis Juez con su candidatura a gobernador aseguran que hay "un fuerte malestar del campo" con el gobierno peronista actual y con las políticas nacionales que dejaron a un costado a los hombres del agro.
¿Se podrá compensar ese malhumor del voto soja con el resto de los números de la provincia?
Equilibrio de cuentas
El economista de Iaraf, Nadin Argañaraz, comentó a El Cronista que "el actual gobierno de Córdoba tiene como uno de sus ejes principales el equilibrio de las cuentas públicas".
Así, detalló que el año pasado la provincia mantuvo el superávit primario, aunque con una disminución real del orden del 8%. Esto está explicado en un aumento real de inversión en obras superior al aumento real de los ingresos.
Según Argañaraz, "para adelante la provincia enfrenta un desafío similar al de la mayoría de las jurisdicciones. La elevada inflación está generando demandas salariales para recuperar niveles reales de años anteriores. No solamente se pretende que se mantenga el salario real actual, sino que aumente más que la inflación para recuperar al menos parte de lo perdido."
"Una buena parte del superávit de las provincias se originó en la caída real del gasto salarial que se dio en 2018 y 2019. Es esperable que continúen las tensiones en este contexto. Córdoba no está ajena a este marco", añade.
Juez cree que no se fijaron prioridades en materia de obra pública en Córdoba donde, denunció, hay un déficit de viviendas. También el candidato de Juntos por el Cambio apuntó al incremento de la pobreza y la inseguridad durante la gestión de Schiaretti.
El otro eje de debate económico en Córdoba pasa por el fuerte endeudamiento público. La provincia acarrea desde la presidencia de Macri una deuda de u$s 540.000 millones que se está pagando ordenadamente.
"Córdoba no tiene déficit a diferencia de otras provincias y hay un importante crecimiento económico pero el impacto de la inflación como en todo el país se siente en el bolsillo", dijo Colina
En este sentido, los números de pobreza son otros de los dilemas que acechan a la gobernación peronista. Si bien el último dato de Indec mostró que en Córdoba la pobreza experimentó una leve baja de 0,3% en la provincia de Córdoba en el segundo semestre de 2022, con respecto a igual período de 2021, y se ubicó en 37,9%, hay un llamado de alerta que se advirtió en la campaña electoral: en la Gran Córdoba se llegó al récord del 39,5% de pobreza.
A esto se le suma las políticas restrictivas en cuanto a importaciones y cepo que impactó en el empleo de la industria automotriz de Córdoba.
No obstante, Argañaraz acotó que en relación al empleo asalariado privado, Córdoba es de las provincias grandes, la jurisdicción donde más crece en empleo privado. "Lo viene haciendo por encima del promedio. Pasó de 485.000 trabajadores en marzo del 2020 a 530.000 en marzo de este año. Es decir, un aumento del 9,3% en tres años".
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