Gorra y videos virales

El plan kirchnerista para convertir el triunfo de Lula en el operativo "Cristina 2023"

Apenas ganó, Lula da Silva exhibió la estampa "CFK 2023" en una gorra y resucitó los sueños presidenciales del cristinismo. Foto viral, presencia de Wado de Pedro y acto premonitorio sobre el triunfo del brasileño.

Pocos segundos tardó en viralizarse el video filmado en el búnker electoral, después del discurso de  Luiz Inácio Lula Da Silva. El presidente electo acababa de decir: "Intentaron enterrarme vivo y acá estoy". Le alcanzaron una gorra al grito de "Cristina, Argentina" y el líder del PT se la puso en su cabeza. Era una gorra negra con visera igual a la que la Vicepresidenta argentina se colocó una noche de agosto cuando aún volvía a dormir a su departamento de Recoleta y la esperaban militantes y admiradores. 

Fue antes del atentado y antes de que el fallido tiro y el pedido de máxima condena en la causa vialidad no alcanzaran para instalar la candidatura de Cristina Kirchner. Pero Lula, con su triunfo y con la estampa "CFK 2023" sobre la frente renueva l operativo clamor en gestación de este lado del mapa. La foto se recortó y se mandó de celular en celular.

Intentaron enterrarme vivo y acá estoy

Por Argentina viajó a San Pablo el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado' de Pedro. Delegado de Cristina Kirchner y otro potencial presidenciable del kirchnerismo fue también anfitrión de Lula en Mercedes durante su última visita al país. La foto con dirigentes de La Cámpora, incluido un Máximo Kirchner en bermudas, también salió de inmediato de las cuentas oficiales en la noche del domingo.

Lula en Mercedes, junto a Cristina y Máximo Kirchner, De Pedro y los principales dirigentes de La Cámpora

A diferencia del resto de La Cámpora, De Pedro se muestra más dialoguista, más moderado. Su construcción va en el sentido del discurso que obligadamente tuvo que leer Lula para convocar a la unidad de un país separado en dos grandes pedazos. Que no haya hambre y garantizar la gobernabilidad integrando en su convocatoria a todos los brasileños, lo hayan votado o no, son sus mayores desafíos.

La grieta es tan similar a la argentina que los dirigentes políticos de nuestro país se involucraron en exceso. Este mismo domingo por ejemplo Miguel Angel Pichetto se fue a Paso de los Libres, frontera con Brasil, para apoyar a Bolsonaro y por la noche se negó a firmar un comunicado conjunto de Juntos por el Cambio. Dos semanas atrás el hijo del presidente no reelecto, el diputado Eduardo Bolsonaro, viajó a Buenos Aires donde compartió charlas y comidas con dirigentes del PRO y con el ultraderechista Javier Milei además de recorrer el conurbano con el precandidato a gobernador Joaquín De La Torre, del espacio de Patricia Bullrich. La derrota del Presidente los golpea.

DOS MILLONES DE VOTOS QUE HICIERON LA DIFERENCIA

En otro país la diferencia de votos entre Jair Bolsonaro y el triunfador sería un número importante. En un país con 156 millones de personas habilitadas para votar sólo 2.139.645 inclinaron el ballotage y dejaron al actual jefe de la República Federativa del Brasil como jefe de la oposición inviertiendo los roles con Lula. Un cuarto del padrón o no votó, o lo hizo en blanco o anuló su sufragio.

Frente a ese panorama el kirchnerismo tiene dos lecturas. La primera es que Cristina Kirchner puede volver y que para que el Frente de Todos gane "debe" jugar de titular como hizo el brasileño. La segunda es que se trata de una jugada de alto riesgo que exige un gran esfuerzo de campaña frente a un fenómeno mundial como el avance de la ultraderecha. 

Para captar votos fuera del PT el presidente electo hizo grandes gestos de moderación, alianzas estratégicas, y ahora deberá orientar su gobierno hacia el centro y no hacia la izquierda si quiere sobrevivir a la polarización, a un parlamento adverso, con gobernadores de peso en contra, y medio país opositor. Por el contrario hasta ahora el kirchnerismo profundiza sus ideas y reclama por la "tibieza" de Alberto Fernández.

Eduardo "Wado" de Pedro, José Luis Rodríguez Zapatero y Pepe Mujica con Lula Da Silva tras el triunfo

En la noche del domingo el kirchnerismo salió de inmediato a posicionar una vez más la figura de Cristina Kirchner, con el ‘muleto' De Pedro a cargo de las relaciones públicas en Brasil. Nada lento Alberto Fernández, que cuenta con la lealtad del regresado embajador Daniel Scioli, apuró un viaje y almuerzo para este mediodía. También él quiere reelegir y también él siente que lo alcanza el beneficio del contagio. Dirá que para repetir el triunfo del 2019 lo que viene es tiempo de moderación sin margen para campañas de crispación.

LA PELEA EN JUNTOS POR EL CAMBIO

Los mensajes hablan por sí solos de la grieta tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio. En la oposición la mayoría de los dirigentes radicales apostó y celebró por Lula. Desde Gerardo Morales a Facundo Manes, Mario Negri y una larga lista. También la Coalición Cívica adhirió y Horacio Rodríguez Larreta que confronta así con Macri, Pichetto y Bullrich. El último en saludar al triunfador fue el ex presidente.

En el oficialismo el festejo fue unánime aunque Cristina compartió fotos con Lula y Néstor Kirchner y Alberto Fernández hizo lo propio sin ella. Ambos excluyeron al otro/a de las fotografías aún cuando compartieron las que se tomaron la misma noche en una cena de Olivos. Sólo el PJ subió una foto de los Fernández con el Presidente electo. 

"Gracias compañero Lula por devolverle la alegría y la esperanza a nuestra América del Sur", señaló CFK que se mira en el espejo de Brasil mientras enfrenta causas judiciales por presunta corrupción como ocurrió con Lula y Dilma Roussef.

De todos modos el ajustado freno a Bolsonaro -freno al fin- le da esperanzas al operativo clamor de Cristina y al intento de reelección de Fernández. Es sin embargo un punto de partida.

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