El pacto de no agresión entre Alberto y Massa para evitar que la grieta interfiera en la gestión
El Presidente se reunió con el ministro de Economía y establecieron una hoja de ruta. Los planteos de Alberto Fernández y las exigencias de Massa en el plano electoral.
Dos horas y media de reunión a solas en el primer piso de la Casa Rosada bastaron para que Alberto Fernández y Sergio Massa sellaran una suerte de pacto de no agresión destinado a que el clima de grieta electoral en el Frente de Todos no interfiera en la gestión del Gobierno en los próximos meses.
Se trata de una apuesta ambiciosa en función del ruido político que hay en el oficialismo en relación a las indefiniciones de candidaturas y la decisión de definir o no en unas PASO al postulante para los comicios de octubre.
Sin embargo, el Presidente y el ministro de Economía ensayaron ayer una suerte de acuerdo no escrito para atemperar los ánimos. Según pudo reconstruir El Cronista en la Casa Rosada, Alberto Fernández se comprometió a no interferir por ninguno de los candidatos que hay en la grilla del Frente de Todos. Se sabe que el Presidente tiene afinidad por Daniel Scioli y también por Agustín Rossi aunque no hará campaña en favor de ellos abiertamente.
El Presidente sabe que Massa es hoy el garante de la gestión en la economía y que una salida intempestiva de Massa del Gobierno generaría un tembladeral en su gestión. Por esto, no hará nada para confrontar públicamente con su ministro.
El rol en campaña
"Mi rol es garantizar que el espacio se abra y que surja el mejor", dijo Alberto Fernández a sus allegados después de la reunión con Massa. En este esquema le planteó a Massa una decisión irrevocable: el Presidente no formará parte de ninguna mesa de campaña electoral hasta que se defina un candidato único o haya PASO.
Está claro que hay una diferencia de difícil resolución entre Alberto Fernández y Massa. El Presidente se inclina por ir a las PASO si no hay candidato de consenso. "Las internas son el remedio", le reiteró a Massa. En cambio, el ministro de Economía cree que se debe definir un candidato por consenso para evitar un desgaste mayor en el Frente de Todos.
¿Cuáles son los riesgos de que estas diferencias impacten en la gestión del gobierno?
Ayer, el Presidente habló con Massa largo y tendido de la marcha de la economía, del viaje a China, los futuros pasos en el FMI para cerrar un acuerdo y del anuncio del impuesto a las Ganancias que ayer registró un alza en el mínimo no imponible. Pero en todos estos y otros temas se filtra inevitablemente la interna del Frente de Todos.
La intención de Alberto Fernández y Massa es evitar que haya un impacto en la gestión del ruido electoral. Tratarán, según trascendió, de que el Presidente y sus ministros se concentren en la gestión y eviten hablar de las internas.
Pero la apuesta no resulta nada fácil. La gestión misma lleva a cristalizar en público las diferencias internas y juegan en contra del propio gobierno.
Por caso, Alberto Fernández compartirá este mediodía un acto con Scioli en Pilar en la fábrica de Wirhpool. Y allí se tejerán nuevas especulaciones sobre los favoritismos del Presidente. Ante los reclamos de Massa de eliminar las PASO el embajador en Brasil fue tajante en las últimas horas: "no me corro ni un paso al costado. Voy a dar un paso al frente", ironizó Scioli ante un funcionario del Gobierno para ratificar su postura.
La intención de Alberto Fernández y Massa es evitar que haya un impacto en la gestión del ruido electoral. Tratarán de que el Presidente y sus ministros se concentren en la gestión y eviten hablar de las internas.
El frente massista
En paralelo, ayer 13 gobernadores peronistas firmaron un documento en el que pidieron un candidato de unidad para el peronismo, en línea con lo que viene exigiendo el ministro de Economía.
En el documento final el mensaje fue claro: 1: Exigieron la "construcción de una lista de unidad con integración de carácter federal"; 2: Propusieron elaborar participativamente una "estrategia electoral superadora de la coyuntura y de carácter federal, convocando a otras fuerzas políticas" y 3: Conformaron una comisión de acción política que contribuya a la construcción de un Plan de Gobierno en el que prime el desarrollo y la inclusión social. Todos los reclamos se ajustan a los pedidos de Massa.
Para que no haya dudas del frente peronista alineado con Massa en contra de las PASO la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau y el ministro de Transporte Diego Giuliano amenazaron con un éxodo masivo de funcionarios del gobierno si el albertismo insiste con las PASO. "No se puede seguir jugando a los soldaditos de papel", advirtió Moreau.
No sólo esto. Massa cuenta con el pleno aval de Cristina Kirchner en su estrategia de confrontación con Scioli y Rossi para eludir las PASO. De hecho, en el reciente viaje a China el diputado Máximo Kirchner avaló la jugada del ministro de Economía.
El correlato de todos estos frentes internos le plantea a Alberto Fernández una disyuntiva mayor: cómo llegar al final de su mandato sin interferencias de lo electoral que compliquen aún más la marcha de la economía.
Ayer, en la reunión a solas entre el Presidente y el ministro de Economía se buscó un camino viable para dar con esta tregua. No parece nada sencillo en el mundo peronista.
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