El cepo importador pega en las exportaciones: cuál es la caída que estima la industria
Como consecuencia de la sequía y la falta de acceso a insumos, desde la CERA aseguran que los despachos al exterior caerán 11% en 2023
La baja cosecha por la sequía con precios internacionales a la baja, entre otros factores externos que tensionan la disponibilidad de divisas, y el signo de interrogación que todavía ronda en torno al gasto que demandará la energía en este 2023, nublan el escenario del comercio exterior.
Los primeros índices de actividad parecen revertir la desaceleración del último trimestre de 2022. En el primer mes del año la construcción mostró una expansión del 2,6% con respecto a enero de 2022, luego de derrumbarse 10,6% en diciembre.
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Por su parte, la industria mostró un crecimiento del 0,7% con respecto a diciembre último y de 6,3% en la comparación interanual.
Sin embargo, los sectores de la economía que demandan dólares al Banco Central para poder operar, se mantienen en alerta frente al "efecto SIRA" que, según describen, no sólo limita las importaciones sino también las ventas al exterior de la industria nacional.
Reacción en cadena
En importaciones según la actividad y su nivel de integración industrial, se anticipa una caída de entre 12 y 30%. Hoy, casi el 90% de las importaciones se inyectan en la matriz productiva, describió un empresario importador y alertó sobre cambios en una dinámica "histórica".
"Tradicionalmente, se restringían las importaciones para proteger la industria nacional pero hoy la situación es inversa, el impacto va directo a la pyme que vende en el mercado local y exporta, un proceso que se puede lograr en décadas", indicó.
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En esa línea desde la Cámara Argentina de Empresas Exportadoras (CERA), apuntaron que, particularmente, desde la segunda mitad del 2022, las exportaciones comenzaron a demorarse o detenerse por falta de piezas o insumos insustituibles.
Al margen de los sectores en expansión como la industria automotriz, minería e hidrocarburos y pesca, la CERA estima que, en general,
los despachos al exterior caerán 11% en 2023.
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En detalle, el cálculo incluye descenso en oleaginosas (-24%); cereales (-33%) ; carne (-3) y otros (-9%); en contraste, se espera crecimiento en la industria automotriz (27%); complejo petrolero-petroquímico (5%); la minería metalífera y litio (27%) y la pesca (5%).
Aunque los complejos industriales, si se les garantizan dólares, prometen divisas al país, todo indica que a lo largo del año ingresarán 78.800 millones de dólares, u$s 9.700 millones menos que en 2022.
Incertidumbres globales y locales
Mientras los pronósticos marcan menores precios internacionales para las principales commodities de la Argentina, los organismos globales anticipan una caída en la actividad económica y el comercio mundial.
Al contexto externo se agrega la "incertidumbre doméstica" que afecta la competitividad de las empresas, planteó Fernando Landa, presidente de la CERA y advirtió que "si no se exporta no habrá dólares".
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En ese sentido, señaló que las compañías locales que buscan salir con sus productos al exterior se enfrentan con un "sesgo anti exportador".
"La Argentina es el sexto país con mayor cobro de derechos de exportación", dijo y, entre las dificultades, sumó los "cambios constantes en las normas del BCRA y las dificultades para el acceso a insumos importados para la producción".
Desde que comenzó a funcionar SIRA distintos sectores lograron consensuar un abastecimiento mínimo, incluso el Gobierno accedió a modificar el límite de ingreso a través de courier, una herramienta que utiliza la industria automotriz para ingresar repuestos con rapidez.
Este sector, particularmente, está exceptuado de los DEX a la producción incremental y esto le permite crecer. Sin embargo, Landa explicó que en términos generales el sistema de aprobación de importaciones funciona como una autopista, pero con "intermitencias".
"Avanzas 100 metros y tenés que frenar a esperar que te autoricen para continuar", graficó y apuntó a la falta de aprobación de operaciones "sin giro de divisas".
"Aunque los pedidos se deben resolver en un plazo de 60 días, lo único cierto es que a los 90 se caen", agregó.
En ese sentido, resumió que "la restricción a las importaciones y la falta de un proceso virtuoso de promoción de exportaciones industriales son el principal freno al potencial exportador".
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