Duro cruce de Máximo a Kicillof: detrás de las sonrisas, conversaciones a solas y dudas en el hijo de la Vice
Poco antes de subir al escenario en el plenario militante de Avellaneda, el titular del PJ bonaerense mantuvo un encuentro a solas con el mandatario. ¿Por qué no piensan igual y cómo impacta en la pelea por el distrito de mayor peso electoral del país?
El doble comando político tensa las relaciones en el kirchnerismo bonaerense. Así se evidenció en el plenario del último sábado. Mientras Axel Kicillof insistía con que Cristina Kirchner debe ser candidata, su hijo Máximo Kichner apenas pidió "generar las condiciones" para que sea la estratega electoral y "que elija con libertad" tal como lo hizo en 2019 cuando digitó la candidatura de Alberto Fernández y le cedió el primer lugar.
No es la única diferencia y no es sólo discursiva. El gobernador quiere su reelección y recorre la provincia con la misma disciplina que lo hizo cuatro años atrás. Máximo Kirchner, presidente del PJ, tenía un favorito como también lo tenían varios intendentes de Buenos Aires. Ese favorito no es el gobernador sino Martín Insaurralde.
A pesar de las diferencias, coexisten y conviven. "Hicimos todo juntos", minimizan cerca de ambos los roces que llegan siempre desde una dirección, al menos en público.
El sábado en Avellaneda el diputado nacional le marcó límites alex ministro de Economía, hombre de consulta permanente de la Vicepresidenta. Dos años atrás, después de la derrota en las PASO legislativas, intentó ‘intervenirle' la gestión con el desembarco de algunos ministros que lo representan, Insaurralde como jefe de gabinete y Andrés Larroque en Desarrollo de la Comunidad. En el último mes hubo más cambios pero fueron 'pingüino' por 'pingüino' como la salida de Javier Lovera en Deportes y su reemplazo por Leandro Luratti.
Además el gobernador y el diputado se alternan en las convocatorias a intendentes del Gran Buenos Aires. Kirchner hijo tiene la ventaja de presidir el PJ y de contar con el liderazgo y coordinación territorial del jefe de gabinete. Kicillof tiene a su favor la billetera y la gestión pero es menos amigo de la ‘rosca' política.
Roces en público
Lo más notorio ocurrió sobre el escenario en el cierre del plenario "Luche y Vuelve" con el que la plana mayor del kirchnerismo buscó "romper la proscripción" y empujar una candidatura de Cristina Kirchner.
Antes hubo una charla a solas que los tuvo como protagonistas. Debajo de la carpa conversaron sin testigos mientras ‘revoloteaban' cerca el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado' de Pedro; la vicegobernadora Verónica Magario y el exsecretario general de La Cámpora Andrés Larroque cuyo lugar -durante varios meses vacante- finalmente lo ocupará una mujer, Lucía Cámpora.
También con Larroque hay diferencias. El ministro es el impulsor más fuerte de la candidatura de Cristina Kirchner. Y está concentrado en obligar a Alberto Fernández a bajarse de la reelección. Fue 'El Cuervo' quien motorizó el "Luche y vuelve" con un amplio abanico de agrupaciones más allá del camporismo.
En el cierre Máximo Kirchner dejó varios mensajes, el primero fue su lugar preponderante por sobre el resto de la dirigencia. Lo precedió un fuerte discurso de Kicillof. Lo más distinto entre ambos fue respecto a qué hay que hacer en esta campaña 2023.
El gobernador Kicillof reclamó salir a recorrer los barrios "sin vergüenza". Máximo Kirchner le retrucó al "compañero gobernador" que es a la inversa, que desde los barrios tienen que ir a ocupa lugares de gestión. Que le haya dicho "compañero", como le dice "compañera" a su madre, suavizó la frase en los oídos bonaerenses.
"Si queremos que nuestro pueblo batalle, que pelee, genere e imagine y piense, hay que escucharlo y empoderarlo. No hay que bajar al territorio compañero gobernador, hay que subir al pueblo a los espacios de decisión", subrayó el diputado nacional como si el debate se diera sólo frente a la militancia y no casi en cadena nacional. Kicillof aplaudió sin sonreír al mismo tiempo que en su entorno le quitaban dramatismo y decían que "hay que seguir gestionando y juntando votos". Cerca de Máximo Kirchner tampoco se hicieron cargo del roce público.
Kicillof advirtió en una parte importante de su discurso que hay que frenar a Juntos por el Cambio porque "ya han dicho qué vienen a hacer, nadie puede hacerse el distraido". Kirchner tampoco coincidió: "Es bastante mediocre resignarnos a que nuestro valor sea que no vuelva Macri", retrucó. La frase pudo haber tenido otro destinatario, el Presidente de la Nación que le suele apuntar al macrismo.
La ley que no promulgó Alberto Fernández
Probablemente el enojo de Kirchner tenía como principal foco a Alberto Fernández a quien no criticó un prudente y distante Kicillof. "Debemos advertir sobre las condiciones que nos están imponiendo y que hacen que (Sergio) Massa y (Fernanda) Raverta anden intentando que desde el Fondo den el acuerdo para que la moratoria salga adelante y que no ha sido promulgada 10 días después de votada por nuestro gobierno"
Los dos sí se dirigieron con vehemencia contra el exPresidente Mauricio Macri. "El egoísmo, la codicia y la avaricia son partes hoy de una realidad. Porque ese endeudamiento cuyo principal pero no único responsable es Mauricio Macri pone a nuestro país casi como si fuera un auto con una botellita encima como si estuviera de remate. Nuestro país no puede estar de remate, hay que cuidarlo. No puede ser que la dirigencia argentina piense que se puede cuidar los zapatos andando de rodillas. Se tiene que poner de pie y animarse a dar una pelea. Una, no dos o tres, una", lanzó Kirchner.
También los dos le apuntaron al Poder Judicial y a la condena contra Cristina Kirchner en la causa Vialidad que implica seis años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.
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