¿Devaluar sin devaluar? Los efectos de un impuesto a las importaciones y la presión del FMI

El Gobierno evalúa un nuevo impuesto (arancel) a las importaciones en medio de la negociación de la reformulación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que funcione como una devaluación del peso frente al dólar pero sin devaluar formalmente.

La consultora MAP analizó los efectos de esa medida y calculó que un nuevo impuesto del 30% sobre las importaciones (en línea con la suba del dólar oficial que pide el FMI) tendría un "mayor impacto" en la recaudación tributaria que una devaluación.

Ventajas y desventajas de un impuesto a las importaciones

Es que este impuesto aportaría recursos adicionales por alrededor del equivalente a 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), que más que compensaría la pérdida de 1% del PIB que habría ocasionado la sequía sobre los recursos provenientes de los Derechos por Exportación (retenciones), con lo que la Argentina se acercaría a cumplir con la meta original de déficit primario fiscal de 1,9%.

A la vez, este nuevo tributo sobre las importaciones que sigue en estudio "estaría muy por encima de los ingresos extra que podrían obtenerse por una depreciación del peso en la misma proporción (vía mayores retenciones, aranceles e IVA DGA), que estimamos en torno a 0,6% del PIB", estimó MAP.

En la línea de los supuestos beneficios, la consultora planteó que habría un "menor costo económico y político que una devaluación". Aunque se sentirá un "impacto sobre los precios" (inflación) por el encarecimiento de las compras externas, "el efecto sería menor que el de una devaluación, dado que se evitaría el traspaso por el lado de las exportaciones".

Si se aplica un impuesto, se sentirá sobre los precios y habrá más inflación

Asimismo, una contra clara de un nuevo impuesto sobre las importaciones será, en efecto, mayor presión sobre la inflación ya en niveles récord en 30 años, que deteriorará aún más "las expectativas y el poder adquisitivo, con un costo negativo en términos sociales, políticos y económicos".

Pero también sería la creación de otra "distorsión" más en la economía, que "complicará la operatoria de las empresas" y podría generar una nueva "corrida cambiaria", al mismo tiempo que violaría el arancel externo común del bloque del Mercosur.

"En cualquier caso, se trataría de una medida parcial que daría cuenta de que el gobierno está apretado y sin salida", concluyó MAP.

Por su lado, el economista Héctor Torres, ex director argentino en el FMI entre 2004 y 2008, consideró que un impuesto a las importaciones sería una "devaluación fiscal" pero complicaría las relaciones comerciales de la Argentina con sus socios.