"Es una alternativa, pero para el momento oportuno. Si nos apuramos, nos vamos a quedar con las manos vacías". Así desde la Casa Rosada descartaban ayer la posibilidad de declarar el estado de sitio en medio de la creciente presión de varios gobernadores que exigían implementar en forma urgente esa herramienta para forzar el cumplimiento de la cuarentena dispuesta por el avance del coronavirus.

Los cientos de denuncias y detenciones acumulados desde la madrugada del viernes por la violación del aislamiento obligatorio y la limitaciones propias de semejante control abonaban la tesis de los planteos provinciales. Sin embargo, en el Gobierno rechazaron apurar decisiones convencidos de los cálculos que prevén un pico de los contagios durante la segunda quincena de enero y junto con ello una extensión de la cuarentena, situación que -según entienden cerca del presidente Alberto Fernández- podría derivar en situaciones de desbordes para lo que "sería oportuno" recurrir al estado de sitio.

Algo de ello buscó dejar en claro el propio jefe de Estado en sus reiteradas apariciones mediáticas del domingo. El mandatario, muy en línea con algunas expresiones de los varios gobernadores, como las del jujeño Gerardo Morales, dio casi por hecho una extensión de la cuarentena más allá del 31 de marzo. "No me va a temblar el pulso para prorrogarla", afirmó Alberto por la noche, en su último reportaje con América TV. Antes, en una entrevista radial, el Presidente había desestimado la alternativa del estado de sitio al afirmar: "No quisiera llegar a eso, hablaría muy mal de la sociedad argentina".

En ese sentido y a la par que se acumulan más de 2500 denuncias por violación de la cuarentena, insistió en que en el actual estado de situación "con el estado de sitio no resolvemos el problema". "No quiero alertar más a la gente. No quiero angustias adicionales. Lo que tiene que saber la gente es que hay un Presidente que está harto de los vivos y de los tontos. De los vivos que se abusan de la gente y de los tontos que son displicentes. Voy a ser inflexibles con los vivos y los tontos. Tengo las herramientas legales para hacerlo", dijo, tajante.

La preocupación del Gobierno se concentra en la situación de los trabajadores no registrados y sectores sociales más vulnerables, en especial del conurbano bonaerense, por el impacto que tendrá una extensión del aislamiento. Las autoridades temen que se puedan producirse desbordes en ese momento y para ello reserva la herramienta del estado de sitio.

Incluso, en el entorno del gobernador Axel Kicillof deslizaron que ya se comenzaron a reforzar los operativos dispuestos por el Ministerio de Seguridad provincial, que coordina Sergio Berni, para prevenir desbandes o protestas mientras se prolongue el aislamiento obligatorio. Esa inquietud será el tema central de las conversaciones a puertas cerradas que el Presidente mantendrá hoy con Kicillof y un grupo de importantes intendentes del conurbano.