Putin, la neo derecha y la democracia liberal: orden es la nueva bandera

La neo derecha actual es un desafío frontal a las sociedades abiertas de Occidente lideradas por Estados Unidos y su democracia liberal. De acuerdo a Putin, "la integridad cultural y la identidad nacional están siendo corrompidas por una cosmovisión liberal invasiva que impregna todas las clases y se ha trasladado por completo a una negación radical de las normas morales, la religión y la familia" (el historiador italiano Steven Forti propone llamarla extrema derecha 2.0 porque uno de sus principales rasgos es "su capacidad de utilizar las nuevas tecnologías, sobre todo en lo que respecta a la propaganda política"). 

El orden tiene que ser restaurado es la consecuencia natural de estos supuestos. En este estado de ánimo, la única opción es la defensa de los valores tradicionales contra las decadentes incursiones de la cultura liberal moderna. 

Putin lo expresó en simples términos demagógicos burlándose de esos valores liberales occidentales: ¿Queremos tener, padre número uno, número dos, número tres en lugar de mamá y papá? ¿Se han vuelto locos por ahí? ¿Realmente queremos que se impongan perversiones que llevan a la degradación y extinción a los niños de nuestras escuelas desde los grados primarios? ¿Que hay varios supuestos géneros además de mujeres y hombres, y que se les ofrezca una operación de cambio de sexo? ¿Queremos todo esto para nuestros hijos? ¿No es un caos bíblico?

Desde Giorgia Meloni, cuyo eslogan político de "Dios, familia y patria", hace eco al del dictador español Francisco Franco: "Patria, religión, familia", hasta el rejuvenecimiento de la civilización China de Xi Jinping condenando a los "hombres afeminados" y al "mariquita", cultura influenciada por la invasión del K-Pop, o el auge de Jair Bolsonaro en Brazil nos recuerdan lo efímero de lo que se considera el mundo occidental y las libertades individuales. 

Esta puede haber sido una de las razones por las que la "primavera árabe" fracasó en la mayoría de las sociedades religiosas conservadoras de las naciones árabes. El caos era la vista de las plazas y calles con las multitudes que cantaban, bailaban que se extendían por las principales capitales árabes del mundo y no un canto a la libertad. 

Por otro lado ¿Deberíamos estar "sorprendidos" si las fuerzas políticas en Europa están cuestionando si las sanciones contra Rusia valen la pena el fuerte aumento en los costos de energía a medida que se acerca el invierno? Ahora Rusia se une a otra potencia petrolera iliberal, Arabia Saudita, para reducir la producción a fin de aumentar aún más los costos. India y Pakistán, así como muchos países asiáticos y africanos, siguen el ejemplo. 

El Reino Unido, la Unión Europea, Corea del Sur, Japón, Australia e Indonesia se alinearon con el liderazgo de los Estados Unidos y han enmarcado la "batalla" como una competencia entre la democracia y la autocracia, pero al mismo tiempo dependen de China como su principal socio comercial. Inevitablemente, la confrontación con China se intensificará. Este problema de la interdependencia comercial y tecnológica en el contexto de una creciente hostilidad se convertirá inevitablemente en el próximo frente. Estados Unidos esta firme detrás de la idea de confrontación. Si hay figuras políticas en el mundo occidental que aún proyectan su sombra sobre el camino a seguir ellas son Churchill, Ronald Reagan y Margaret Thacher: en algunos momentos de la historia no hay lugar para negociaciones. 

La forma en que China y sus dependientes económicos naveguen por esas aguas turbulentas determinará si una guerra limitada se transforma en un conflicto más amplio a escala mundial. 

Putin duplicará sus amenazas y lo arriesgará todo. La nación, el imperio y el prestigio son para él una unidad inseparable que está destinado a recuperar a toda costa. 

Aunque, hasta ahora, más cauteloso y pragmático en su enfoque, la postura de Xi sobre Taiwán no está tan alejada de esta visión, pero aún tiene que consolidar su poder. El presidente Xi Jinping se ha embarcado en una "ronda final de purgas" antes del importante congreso del Partido Comunista Chino a fines de octubre, ejerciendo una larga campaña anticorrupción para consolidar la pureza del sistema y su control sobre el poder. El panorama político en China es mucho más complicado que en Rusia. La economía China también es mucho más diversa que la de Rusia. Asimismo, la personalidad de Xi es más pragmática que el recuerdo ideológico de glorias pasadas de Putin.

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Comentarios

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  • RN

    Raul Nieto

    11/10/22

    Que duro panorama de nuestro mundo donde resurgen los lideres autócratas y los regímenes totalitarios o seudo democráticos con lideres que tienen todo el poder están resurgiendo parece que la segunda guerra no nos dejo ninguna enseñanza o ya lo olvidamos Se creyo que ayudando a China se generaría una sociedad con mayores derechos para los chinos pero surgió todo lo contrario un régimen todopoderosos donde su mayor poder en las ventas de productos al mundo

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