Los intendentes de Unión por la Patria se concentran en su territorio y toman distancia de la elección nacional
Ahora, "la fórmula no es de nadie" se queja, amargado, un importante referente del oficialismo que participó desde los inicios de toda la operatoria que terminó con Sergio Massa presidente y Agustín Rossi, vice.
Desde el otro lado de la franja de gaza que divide al viejo Frente de Todos rebautizado Unión por la Patria, uno de los tantos impulsores del operativo clamor para que Cristina Kirchner sea la candidata del oficialismo por encima de cualquier otro dirigente, confesó: "al final, la dupla la armaron en la Casa Rosada y nosotros nos la tuvimos que comer".
"Los gobernadores fueron a la Casa de Gobierno primero y luego salieron para el Senado para decirle a Cristina que Sergio debía ser el candidato. Fue muy fuerte la presión que hicieron, y ella no quiso saber más nada... Pero los que perdimos fuimos todos, no sólo ella", se lamentó el mismo confidente que, además, no tiene el mejor de los conceptos de Máximo Kirchner a quien seguía y defendía hasta no hace mucho.
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Según la mirada de los kirchneristas camporistas, "ante la certeza que tenía Máximo de que su madre no iba a ser la candidata, empezó a insistir conque Axel fuera candidato presidencial. Y si bien tenía muchos argumentos en su favor, porque era el que más medía, después empezaron a aparecer otros aspectos mucho más mezquinos como querer quedarse como el futuro jefe de la Provincia, ya sea con su propia candidatura o la de su socio Martín Insaurralde", siguió la explicación que es acompañada por varios intendentes y referentes que iniciaron la peregrinación hasta Ensenada donde Mario Secco siempre tuvo en claro dos cosas. Que Cristina Fernández de Kirchner debía ser la candidata presidencial y Axel Kicillof el gobernador.
Por eso fue que ante el primer encuentro, nunca más volvieron a aparecer por esos lugares ni Máximo ni su aliado Wado De Pedro. Las decisiones, que nunca fueron colegiadas, pasaron a ser escondidas.
"No hicimos una interna entre Wado y Daniel Scioli porque a los gobernadores y a los intendentes no les convenía. No sabían qué hacer porque nuestro candidato no era tan conocido como Daniel y por eso surgió la dupla de Massa y Rossi. ¿Dónde está La Cámpora ahí?... ¿Hay algún compañero de Cristina?", se siguió preguntando con obvias respuestas.
Las malas lenguas sostienen que todo terminó definiéndose ante una verdad que siempre sostuvo Máximo Kirchner. Que la elección nacional está perdida para el oficialismo y que debían seguir manteniendo el gobierno bonaerense. Sin embargo, ahora, después de todas las discusiones vividas en la previa del cierre de listas, nadie puede asegurar que Kicillof acepte nuevos consejos o imposiciones del hijo de los dos presidentes.
En tanto, el massismo está observando, con mucha preocupación, como De Pedro y los consultores siempre alineados con La Cámpora se tomaron en serio el rol de jefe de campaña del candidato presidencial. Por ahora, el ministro de Economía debe someterse a la alineación que le exigen a las ideas que siempre representó Cristina Kirchner. ¿Cambiará después que le gane a Juan Grabois?... Nadie lo sabe.
Sin tomar en cuenta estas situaciones, los intendentes que siguieron en sus cargos y los que se fueron para ocupar algún ministerio nacional o provincial ya volvieron a sus distritos y encabezan personalmente cada actividad. "El ojo del amo engorda el ganado".
Ariel Sujarchuk, en Escobar, uno de los típicos casos donde el jefe comunal duplica en intención de voto e imagen positiva a los demás candidatos de su lista sábana, viene manifestando tanto en público como en privado esta "obligación de militar casa por casa".
Lo mismo está haciendo en General San Martín Gabriel Katopodis, quien tuvo que reformular la campaña para protagonizarla y proponer que Fernando Moreira es una continuidad más que adecuada. "En buenas manos", es el nuevo slogan que debió reinventar el sistema oficialista.
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La dupla Katopodis - Moreira debe enfrentar al intrépido Leo Grosso, del Movimiento Evita, quien el miércoles estuvo en el distrito con Gerardo Martínez, de la UOCRA, quien le dio su apoyo directo. Extraño para quien debe estar siempre bien con el ministro de Obras Públicas.
A pesar de algunas cuestiones típicas de este tipo de internas, donde los carteles del opositor suelen aparecer rotos y destruidos, nada grave ha pasado hasta el momento y la discusión no sube del tono de "tensión pero con códigos".
Por supuesto que esto no pasa en La Matanza, donde la pelea entre Fernando Espinoza contra Patricia Cubría está siempre a punto de estallar al igual de lo que se observa en Hurlingham, en la que Máximo Kirchner tiene una disputa casi personal para que Damián Selci le gane a Juan Zabaleta.
La fórmula presidencial es más sólida que la que podían representar Wado de Pedro o Daniel Scioli, pero no alcanza la adhesión prevista. Ni siquiera en el conurbano los números son los esperados.
Tampoco hay paz en Tigre. Si bien las denuncias y recriminaciones públicas bajaron la intensidad, y los carteles de unos y otros suelen durar más de lo que habitualmente pasaba, nadie sabe qué pasará a medida que llegue el día de la PASO entre los seguidores de Malena Galmarini y Julio Zamora. Todos vaticinan que falta un capítulo más, por lo menos, en esta guerra de viejos conocidos.
En el Oeste, por ahora debajo del radar, hay otra pelea de peso. Mariel Fernández, intendenta del Movimiento Evita, deberá enfrentar a un dirigente muy cercano a Sergio Massa, Damián Contreras, acompañado por el resto del espectro peronista tradicional. En silencio, el docente Eduardo Balán también inscribió su propia boleta y le fue aprobada. ¿A quién le convendrá su presencia en el cuarto oscuro?...
Las dudas en el oficialismo recrudecieron luego de veinte días de campaña directa en la que fueron ratificados sus principales candidatos. La fórmula presidencial es más sólida que la que podían representar Wado de Pedro o Daniel Scioli, pero no alcanza la adhesión prevista. Ni siquiera en el conurbano los números son los esperados.
En una de sus habituales recorridas Mariano Cascallares, de Almirante Brown, otro de los que volvió a sus pagos luego de su salida como diputado provincial, comenta a quien quiera escucharlo que si bien en la Tercera sección electoral los números son buenos, "estamos anclados entre lo malo del 2015 y lo bueno del 2019". Con eso, obviamente, le alcanza para ser reelecto pero difícil será que Kicillof consiga un nuevo mandato si la diferencia en la región más peronista de la provincia con Juntos por el Cambio se achica de esa manera.
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