Los dólares siempre faltan en el país que desafía la lógica económica
La falta de dólares es una preocupación y al mismo tiempo un incordio para la economía argentina.
Las reservas del Banco Central están en un estado anémico y la entidad hace malabares para administrar un goteo diario para "lo más imprescindible". Ese es el plan para llegar. Primero hasta las elecciones, después al 10 de diciembre y por último llegar a la cosecha y al ingreso de los dólares por el trigo.
Esa administración por goteo que hacen el Central y el equipo económico está atada a la falta de dólares, cuya principal causa se dio por la sequía que se vivió este año y que causó pérdidas de ingresos por u$s 20.000 millones.
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Sin embargo, no solo las lluvias de esta semana que cubrieron las expectativas de gran parte de la pampa húmeda son alentadoras para creer que se avecina una buena cosecha de trigo y al mismo tiempo una buena siembra de soja. La oleaginosa que se cosecha básicamente en el mes de mayo, sumado al maíz de marzo, son claves para engrosar unas reservas hoy muy debilitadas.
Hay más: son varios los analistas que predicen que el año próximo van a sobrar los dólares. Es cierto que buenas cosechas y con el gasoducto en funciones, la economía de 2024 tendrá más dólares que la de este año. Pero de ahí a aventurar que van a sobrar los billetes hay un camino que, al menos, es necesario tener en cuenta.
El primer ítem a tener en el radar es la deuda comercial que se fue generando en la Argentina. Hoy se calcula que es el doble de lo que representó años anteriores.
Otro punto está atado al nuevo Gobierno y las decisiones que tome dentro del margen posible. Porque también es cierto que hoy por hoy el próximo presidente no va a tener margen para realizar cambios radicales de un día para otro. Un ejemplo de esto es que no va a contar con dólares de endeudamiento y si con compromisos de pago (más allá de posibles futuras renegociaciones de deuda). El cepo hoy es una compuerta que no se puede abrir, ya que, si se abre, no alcanzarían los dólares de un par de cosechas para estabilizar la salida de remesas y la compra de insumos y bienes importados.
Con este panorama, la posibilidad de que sobren dólares parece más una ilusión que una realidad. Además, para los argentinos el dólar, más allá de oficiar como ahorro seguro, es una cuestión cultural: se compra cuando se lo considera barato, porque se cree que va a aumentar y se lo compra cuando está caro, porque se piensa que puede aumentar aún más.
Raul Nieto
Lógica económica y gobernantes enriquecidos e impunes