El país de Milei: el dilema de gobernar solo o negociar
A las 12:05 del 25 de octubre del año pasado, Juan Nápoli, titular del Banco de Valores y excandidato a senador nacional por La Libertad Avanza, soltó un enigmático "Rip JC" en un tuit que luego borró. Patricia Bullrich y Luis Petri, derrotados en las generales de octubre, anunciaban su alianza con La Libertad Avanza (LLA) para impulsar a Javier Milei al sillón de Rivadavia. Miembros de LLA confesaban a El Cronista que, de ganar Milei, se desencadenaría una reconfiguración del mapa político, fracturando las grandes coaliciones.
Ahora, dos meses y medio después, la coalición conocida como Juntos por el Cambio (JxC) ha llegado a su fin y el peronismo permanece, superficial y circunstancialmente, "unido por el espanto". A días del paro de la CGT y con el FMI evaluando el respaldo político y social a las reformas de Milei, el oficialismo acelera el debate y busca el apoyo de bloques aliados para evitar un rechazo kirchnerista. Milei necesita la aprobación de las reformas que considera esenciales y urgentes para estabilizar la economía, y su destino depende del apoyo del PRO, radicales y el heterogéneo bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto, Hacemos Coalición Federal (HCF).
Los bloques parlamentarios, antes cohesionados en JxC, enfrentan el dilema de su estrategia frente al oficialismo, conscientes de que la suerte de la Ley ómnibus y el DNU de Milei está en sus manos.
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Según Andrés Schipani, doctor en ciencia política, hay una menor división en la oposición con Milei en comparación con lo que se percibía durante las elecciones. "En aquel momento, un sector de la UCR, especialmente, mostraba resistencia a respaldar a Milei. No veo una posición muy diferente hoy en día tanto en el PRO como en la UCR dentro del Parlamento, ni tampoco en HCF".
"En los tres sectores percibo una disposición a brindar gobernabilidad al Gobierno al votar el paquete central de reformas, pero son más cautelosos al respaldar las reformas más estructurales. Especialmente, veo mayores dificultades para que esos partidos voten el fin de la ley de movilidad jubilatoria, retenciones que afectan a diversas provincias y privatizaciones, especialmente de YPF y Aerolíneas. No veo a ese sector obstruyendo el núcleo del programa de Milei. Sus votantes los impulsan en esa dirección. Para esos partidos, resulta complicado mostrar una oposición abierta a Milei. Por lo tanto, la estrategia consiste en plantear la necesidad de colocar al Parlamento en el centro, garantizar el respeto a la división de poderes y no afectar algunos núcleos centrales de derechos sociales", expresa Schipani.
En la misma línea argumental, Juan Negri, politólogo y director de la carrera de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, añade una perspectiva a la dinámica legislativa: "Me parece que sus propuestas, no todas, van a salir. Porque el peronismo se quedó muy solo. Es decir, luego de lo que fue el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y la impopularidad, muchos todavía, en el escenario político y en la sociedad, lo ven muy responsable de lo que pasó. Esa dinámica legislativa está a favor de Milei porque hay partidos que, a pesar de que Milei los maltrata, como por ejemplo el radicalismo, están más dispuestos a darle viabilidad institucional a las propuestas de Milei que aparecer con el peronismo bloqueando. Para los radicales, el PRO y HCF aparecer en la foto al lado de los peronistas bloqueando esto, hoy es el peor escenario. Entonces, están dispuestos a darle viabilidad", explica Negri.
Pero el dilema no es sólo el de la oposición. El dilema más grande lo tiene el gobierno. Milei, un presidente outsider sin respaldo partidario consolidado, se encuentra en minoría en el Congreso, enfrentando la disyuntiva de gobernar solo o negociar. Con el DNU 70/2023 y el proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, Milei prueba simultáneamente ambos caminos.
La opción de gobernar sólo mediante DNU e imponer medidas tiene sus riesgos. Hoy la suerte judicial del DNU es una incógnita por varias razones, principalmente porque la administración de los tiempos del Poder Judicial no es inocente. El Gobierno se muestra confiado en obtener luz verde de la Corte Suprema, pero la mayoría de los constitucionalistas expresan lo contrario. De acuerdo al informe de Martin Angulo, el DNU enfrenta impugnaciones en el 71% del texto, abarcando temas como reforma del Estado, comercio exterior, bioeconomía, aerocomercial, justicia, salud, comunicación, deportes y turismo.
La disyuntiva de negociar también plantea al Gobierno otro dilema que es el de los tiempos. "La situación del Gobierno implica una ventana de oportunidad breve, respaldada por la reciente elección, que le otorga una sólida proporción de votos y una alta imagen positiva, brindándole impulso para avanzar en las reformas. Sin embargo, esta ventana es efímera debido a una inflación del 25% anual y a la impaciencia de la sociedad por lograr estabilidad económica. En este sentido, el Gobierno se ve compelido a avanzar rápidamente con todas las reformas esenciales. No obstante, esto presenta un desafío, especialmente en la UCR, donde resulta complicado respaldar un paquete cerrado. Los mismos incentivos que impulsan al gobierno a aprobar rápidamente son los que, al mismo tiempo, dificultan la aprobación de la ley o el DNU en su forma actual", explica Schipani, doctor en ciencia política por la Universidad de California, Berkeley, Profesor de la Universidad de San Andrés e investigador del CÍAS.
Por estas horas, la opción de negociar con bloques opositores avanza. El 'semáforo' guía las decisiones de los exJxC, marcando en rojo los puntos que no votarán. Pichetto lo expone claramente: "Somos proactivos y aguantamos todo, pero hay cosas que no pasan". Margarita Stolbizer, además, enfatiza la igualdad en el Congreso: "Los nuevos diputados tienen que entender que ahí dentro en el Congreso Nacional, todos valemos lo mismo. Se nota nula experiencia y hay errores".
Tras el éxito legislativo que vaticina, el politólogo Negri se pregunta por el futuro inmediato: "El peor escenario es un gobierno paralizado en un conflicto 'legislativo-ejecutivo', con pérdida de apoyo popular porque el ajuste es brutal. Es un Gobierno que no se preocupó en fortalecerse institucionalmente. Que aprovecha la coyuntura, pero que todos los beneficios de la coyuntura en algún momento se van a acabar. Y veo al gobierno muy desnudo a futuro. Por eso creo que todavía no sabemos cuál va a ser la tónica del gobierno. Es decir, si va a ser un gobierno negociador o un gobierno radicalizado. Yo creo que la segunda estrategia, radicalizado en el sentido de no negociar, no le va a durar mucho. Vamos a llegar a un momento donde los ajustes tienen costos y los vamos a ver. Y va a empezar a agotarse el capital político. Y ahí creo que Milei va a estar en una situación complicada", analiza Negri.
Mientras Milei se aventura en el exterior, su primera gran batalla política interna entra en la cuenta regresiva, y el destino de la política y la economía argentina se mantiene en incertidumbre.
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