El ancla monetaria, el primer detalle de un ambicioso plan por descubrir
No por nada Sergio Massa empezó y terminó sus anuncios del miércoles con hincapié en una medida: el freno que se autoimpuso el Tesoro por el resto del año para pedir de adelantos transitorios al Banco Central y la próxima cancelación de una mínima parte de esos fondos.
Un pequeño alto en el camino de la montaña rusa de emisión. Concluyó la reunión de prensa con énfasis explicativo: "No vamos a pedirle más plata de emisión al Banco Central, vamos a arreglarnos con los recursos que consigamos".
Los análisis financieros posteriores a la presentación en sociedad de Massa mencionaron las buenas intenciones y señalaron la falta de detalles del plan de austeridad.
Pero sí fue concreto el anuncio de reducción de ritmo expansivo y también el de un "canje voluntario" de bonos más cortos por títulos exigibles en 2023. Aunque no totalizadores, se enfocó en dos preocupaciones del mercado.
Los analistas anticipan que la política de tasas de interés será un ordenador vital y vaticinan que se profundizará el camino que ya inició el Banco Central
En el acumulado de junio y julio, la principal fuente de emisión monetaria fue la intervención del Central en el mercado secundario de deuda interna, recomprando los bonos del Tesoro del que huyeron operadores privados con la crisis de los CER.
Esas intervenciones implicaron emisión por $ 1,26 billones, según cifras de la Fundación Mediterránea. A la vez, esa expansión movió a una más activa esterilización de pesos, que llevó el stock de Leliq arriba de los $ 6,02 billones.
El costo de los pasivos remunerados explica ahora la emisión de $ 447.000 millones. La emisión de pesos fue de $ 1,7 billón en los últimos 60 días, el 45% del stock de la Base Monetaria.
Si la crisis de la falta de dólares y adelgazamiento de las reservas es bien visible, la emisión empuja tanto la inflación como el círculo vicioso de demanda de dólares y agotamiento de divisas del Banco Central.
Por eso, más allá de la sonoridad del anuncio, ahora las miradas virarán al complemento monetario de las medidas, el empinamiento de las tasas de interés.
Según Neix, si el sector externo se mantiene favorable, corregido y aumentado el nuevo esquema de tasas del Banco Central inaugurado con el aumento de 800 puntos básicos la semana pasada podría seguir quitando excedentes de pesos que hay en el mercado y que presionan sobre la brecha.
A pesar de haberse atado las manos respecto de los adelantos del Tesoro, quedan opciones para seguir financiándose con emisión. De modo que se proyecta un incremento del costo del dinero, lo que el Gobierno demoró y que tal vez ahora deberá transitar Massa a toda velocidad.
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