Al cierre del año, lo que parece casi asegurado por un tiempo prolongado hacia adelante es la tranquilidad cambiaria. No es poco en Argentina, pero no está claro que sólo con eso alcance para garantizar la reelección de Javier Milei en 2027. La duda no es el futuro del dólar: el debate está ahora en la felicidad de la calle, el consumo y el empleo. El apoyo del FMI y del Tesoro de los EE.UU. ya está probado y garantiza que no habrá default en el actual mandato del Presidente. Sin default, y con el Gobierno haciendo los deberes para que siga bajando el riesgo país, el dólar tiene todo para seguir bajo control.
Será con más o menos flexibilización de las actuales reglas cambiarias, finalmente la discusión no tiene nada que ver con un estallido ni mucho menos, apenas si el dólar tiene que valer 1400 o 1800. Si el Gobierno logra llevar el dólar para que no supere 20% en todo 2026, la inflación podría circular alrededor de 25%. Las proyecciones oficiales son más optimistas: menos de 20% la inflación, 14% dice el Presupuesto.
Con el dólar bajo control, el primer paso para contener la inflación está dado. Pero para lograr que los precios sigan cayendo del 2,5% mensual ahora demanda en la mirada del equipo económico seguir atrasando el tipo de cambio, abrir más la economía y cuidar la expansión monetaria. Todas medidas impecables en el manual de la ortodoxia, pero que agravan el cuadro para los perdedores el modelo, caso amplios sectores de la industria local, la clase media, asalariados, comercio. Wall Street mejor que Main Street; o la Macro mejor que la Micro.
El debate ahora ya no es tanto el dólar. Mejor si el Tesoro compra los dólares que necesita para pagar los intereses de la deuda como recomienda toda la cátedra económica. Pero si para mantener el dólar barato hace falta intervenir menos, y cumplir el resto tomando deuda, eso es lo que hará el Gobierno. Es lo que viene haciendo. Debería ser un año de tranquilidad cambiaria el 2026.

La cuestión es si se cumplirá o no la teoría oficial que promete un derrame virtuoso para toda la economía, producto del boom de inversiones que efectivamente se está dando en energía, minería, los servicios y el campo. Con una economía abierta para que bajen los precios y los consumidores tengan así dinero para comprar más bienes. Los conurbanos y las clases medias en las ciudades no levantan cabeza por ahora, con la inflación actual al 2/2,5% mensual, las tasas para créditos al triple, más salarios y tipo de cambio atrasados.
Aun así ganó Milei de punta a punta. No deberían proyectarse al presente las magníficas escenas de la película Plata Dulce. Refiere a una economía, a un país y a un mundo hace más de 45 años. Está claro que hoy un supermercado emplea más gente que una automotriz. Los servicios y la economía del conocimiento y la tecnología son hoy los grandes dadores de empleo tanto en Argentina como a nivel mundial.
La incógnita sigue presente. Este modelo - exitoso políticamente hasta ahora- que propone apertura casi total de la economía, dólar barato, inflación bajo control e ingreso de capitales por boom de inversiones, ¿será suficiente para que Milei siga en la Casa Rosada en 2027 y no reaparezca el baile del riesgo político ya visto en 2025?
En lo inmediato, la mirada del mundo económico tendrá para entretenerse en el Congreso. Con dos jugadas simultáneas: Presupuesto en Diputados y Reforma Laboral con importante anexo impositivo en el Senado. Importante que avance la Ley de Leyes en la Cámara Baja, porque esa es la iniciativa que realmente les interesa hoy a los gobernadores aliados y cercanos al oficialismo. “Allí nos jugamos la nuestra”, explica un ministro de economía provincial.
A propósito del caso, parecería que el Gobierno aprendió lecciones del pasado y no está dispuesto a perder tiempo. Giró 20.000 millones de pesos por ATN a Tucumán, récord histórico en valor nominal, y algo menos a Neuquén. Afirman entre mandatarios provinciales que esta vez habrá para todos los que colaboren con sus legisladores.
Si avanza el Presupuesto, la reforma laboral tiene más chances de salir, aunque la propuesta contiene algunas exageraciones sin mayor sentido que podrían demorar el trámite o terminar camino a los tribunales. Para el público, las empresas y los trabajadores, más importante que la reforma laboral presentada es el anexo impositivo. Una gran propuesta de rebaja en serio de los impuestos que gravan al consumo, desde autos, bebidas, y servicios; y una rebaja en las alícuotas del impuesto a las ganancias, tanto para empresas como para las personas.
El proyecto laboral va en un camino muy positivo al buscar que se actualicen los convenios colectivos y se libere a empresas y trabajadores para que tengan la opción de pactar condiciones propias de la relación laboral. También será muy útil el blanqueo para registrar trabajadores en negro o en gris.
Habrá que ver si esta vez la Justicia permite, con una ley del Congreso aprobada, que se regule el derecho a huelga de modo de evitar los paros salvajes en sectores esenciales como la educación y el transporte. Pero no está tan claro que bajen los costos de contratación, más allá de correctos incentivos para tomar gente desempleada o exempleados estatales.
Y aparecen capítulos que dudosamente pasen en el examen de la justicia: por ejemplo, la forma en que se establece el salario para calcular las indemnizaciones, el banco de horas si afecta el pago de horas extra, la rigidez con las vacaciones en el verano. Tampoco es equilibrado el hecho de que se mantiene prácticamente obligatorio el aporte solidario sindical que pagan los trabajadores y se prohíbe el aporte obligatorio que pactan libremente sectores empresarios con sus cámaras de representación.
Antes que la izquierda recoja la bandera, la CGT convocó a una marcha y anunció que intentará en la Justicia frenar la reforma en caso de que sea aprobada. Por ahora lobean a legisladores. Dicen que hoy están 25/28 senadores en contra vs 19/20 que votarían todo a libro cerrado. Será el debut político de Patricia Bullrich como capitana del equipo oficial en el Senado. En general, las apuestas indican que el proyecto no saldría antes de febrero. Tal vez la generosidad del Presidente hacia los gobernadores con el Presupuesto y los ATNs acelera los tiempos.


















