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A cuidarse la cadera y rezarle a Taylor Swift

La economía llega con la lengua afuera a la segunda vuelta electoral. El hecho de ser la alternativa a un salto al vacío le permite al Gobierno tener chances aún con una macroeconomía al límite. El esperado efecto de los 'swifties' que anticipa la Fed

La economía llega con la lengua afuera a la segunda vuelta electoral. El hecho de ser la alternativa a un salto al vacío le permite al Gobierno tener chances aún con una macroeconomía tan al límite que no conviene quebrarse una cadera, porque posiblemente haya más demora de lo tolerable para conseguir una prótesis y salir de la cama.

Hace quince días, el Grupo Ortopedia Alemana, una de las firmas líderes del mercado, le había advertido a las clínicas y sanatorios que patearan para adelante las operaciones que no son urgentes porque no podían garantizar la oferta habitual de los materiales.

En un correo electrónico al que accedió El Cronista explicaron: "Debido a las dificultades que estamos teniendo con las importaciones al no poder girar divisas al exterior, nos vemos forzados en algunos casos a pedirles a los profesionales que reprogramen las fechas de cirugía aproximadamente un mes hasta que esta situación se normalice".

A su vez, indicaron: "Este inconveniente es general para todas las empresas del país y no estamos exentos lamentablemente". "Lo que se está viviendo ahora no pasó nunca", confió por su parte un distribuidor de otra multinacional del sector, que puntualiza: "Desde principios de año ingresó muy poco material y desde hace tres meses directamente nada".

El Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino asegura que tiene unos 5000 casos de problemas de intervenciones por escasez de insumos, muchos de temas de ortopedia y traumatología porque, según explican los expertos, el faltante se concentra en los implantes de rodilla y cadera de las medidas más populares.

La situación se está volviendo cada vez más complicada. Los médicos del Hospital Italiano agregan que por primera vez en 30 años se suspendieron los cateterismos coronarios de rutina para cuidar los materiales para las urgencias y que no se pueden hacer tomografías de contraste, algo que consideran "grave". 

"Hoy un paciente con un aneurisma de aorta no se puede seguir por tomografía que es la técnica estándar", explica un cardiólogo de renombre.

Desde el Ministerio de Salud aseguran, en cambio, que en el año se aprobó el 100% de las autorizaciones de importación (SIRAs) a las 712 compañías que lo solicitaron y que a la fecha no hay pendientes de aprobación, aunque admiten que se ocupan de destrabar caso por caso cada uno de los problemas que, como se ve, existen más allá de la buena voluntad.

Ya sea porque se están aplicando restricciones al mango para que el Banco Central acumule reservas in extremis en un año de sequía; ya sea porque se trata de importadores que stockean mercadería ante la chance de un salto en el tipo de cambio o lisa y llanamente porque los proveedores del exterior cortaron el chorro ante las sucesivas bicicleteadas con los pagos dado que no aparecen las divisas, la falta de insumos médicos se revela como la última muestra de un sistema económico que después de esta elección deberá resetearse porque es muy difícil que pueda seguir funcionando así.

Ojo. Nadie sabe si lo que vendrá será un plan de estabilización en algún formato bajo el peronismo de Sergio Massa o si será el tiempo de un intento de cambio de organización económica más fuerte de la mano del macrismo desinhibido con Javier Milei. Pero que alguna forma de tratar de arreglar este desbarajuste habrá que buscar gane quien gane se impone con el peso de lo indiscutible.

Según las encuestas de las últimas horas, el libertario estaría liderando el balotaje, una información que sin embargo desmienten de alguna manera las cotizaciones de los dólares paralelos, que se acomodan debajo de los 900 pesos, al revés de cuando escalaban mientras Milei gritaba "el peso es excremento" y se suponía que podía ganar en primera vuelta. "Salvo que el mercado haya entendido que el apoyo de Macri a Milei es un seguro anti locuras", arriesgó un broker no muy convencido.

Cómo estará la situación que el Gobierno espera celebrar la semana que viene que la inflación "desacelera" al 9 por ciento, un número dramático sólo valorable si venís de dos meses arriba del 12 y sentís cosquillas en las zonas bajas porque pensás varias veces en cuántas macanas falta hacer para caer en una híper.

La actividad, en paralelo, se frena pero resiste. Hasta agosto se anotaron 37 meses seguidos de expansión del empleo registrado, tal vez el mayor activo de la presidencia de un Alberto Fernández que arranca su último mes en la Quinta de Olivos.

En busca de buenas noticias para la campaña -atención voceros del oficialismo- la economía puede recibir un impulso extra inesperado, si es que se replica en el país lo que la Reserva Federal llamó el "efecto Taylor Swift", referido a la cantante que acaba de llegar al país y tocará en la cancha de River jueves, viernes y sábado.

En un informe de julio pasado, el llamado "libro Beige" de la entidad monetaria de Estados Unidos señaló que en ciudades como Filadelfia se habían registrado los mayores números de gasto privado en coincidencia con el influjo de visitantes para presenciar los conciertos de "The Eras Tour", como se llama la gira de la mayor artista pop del momento.

Aunque muy localizado en Buenos Aires, quién te dice que no se trate de un impulso final para el oficialismo de parte de los "swifties", como se autodenominan sus seguidores, que ya se han expresado en contra el candidato anarcocapitalista y ahora podrían llenar el "blank space" de los votos que faltan para que pueda dar pelea en estos comicios. (Lo dí todo para meter un tema de Taylor en la nota).

A todo esto, Milei ya recibe el mote de "populista" desde todos los ámbitos, incluso de parte exfuncionarios del Fondo Monetario Internacional como Raghuram Rajan, que en un típico artículo de los que se publican en el sitio Project Syndicate lo puso ejemplo de la última tentación argentina: pasar de los vestigios de un llamado "populismo de izquierda" a otro versión extrema pero de derecha. ¿Qué pensará Macri?

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