El péndulo de la coparticipación, otra vez a merced de una puja política
Con el reciente decreto que le quitó a la Ciudad de Buenos Aires un porcentaje de su coparticipación, Alberto Fernández volvió a mover el péndulo de una discusión que lleva décadas de reformas, cambios y parches. Cada vez que el gobierno nacional mueve esta aguja, desata reclamos y pleitos que se prolongan por años. Nada hace prever que la medida que tomó el Ejecutivo para resolver la crisis salarial de la policía bonaerense tenga un final distinto.
Sin embargo, hay algunos factores que deben ser tenidos en cuenta antes de levantar apuestas sobre cómo va a terminar esta pulseada. El argumento más fuerte que tiene Horacio Rodríguez Larreta a su favor es político, ya que la Casa Rosada aplicó una decisión inconsulta que daña las finanzas del distrito (en caso de que no se resuelva alguna otra compensación). El problema es que este fundamento no sirve en la Justicia, que tiene que limitarse a evaluar si la Nación tiene el poder legal para hacer lo que hizo. A priori, en esta cuestión el Ejecutivo tiene puntos a su favor.
La Ciudad es un distrito independiente, pero no es una provincia. Desde que se la declaró autónoma, su coparticipación se restaba del porcentaje de Nación, con lo cual no afectaba el reparto que reciben el resto de los distritos.
Apenas asumido, Mauricio Macri sorprendió con un decreto de necesidad y urgencia que llevó la cuota del gobierno porteño del 1,4% que tuvo entre 2003 y 2015, a 3,75%. El motivo de ese cambio era proveerle los recursos necesarios para garantizar su autonomía. El subtitulado decía que los fondos debían solventar la transferencia de parte de la estructura de la Policía Federal a la ciudad.
La medida fue objetada políticamente por los gobernadores peronistas y por el kirchnerismo. Pero quedó firme porque la ley de 1988 dispone que la Nación fije el porcentaje de los territorios que dependían de ella, que en ese momento eran Tierra del Fuego y la Capital Federal.
Con el decreto 735, Alberto Fernández movió el péndulo en el sentido contrario. Y si esta vez buena parte de los jefes provinciales respaldaron la jugada, fue porque los acuerdos firmados durante la gestión de Macri le permitieron recuperar recursos y acercarse al 50% de la torta. Tampoco cuestionaron que la beneficiaria sea Buenos Aires. Su asignación sigue intacta y la diferencia con el reparto previo es que crea un nuevo fondo específico.
María Eugenia Vidal ya había conseguido, en 2017, la actualización del histórico Fondo del Conurbano. Pero ese beneficio se diluyó cuando la provincia y la ciudad tuvieron que hacerse cargo de parte de los subsidios a las tarifas eléctricas y el transporte.
Alberto Fernández necesita reestablecer el vínculo con la oposición si quiere tener Ley de Presupuesto. Queda ver si en esta pulseada con los porteños vuelve a apelar a una solución política, tapando el agujero con uno nuevo.
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