La dieta japonesa basada en vegetales y proteínas fue identificada como uno de los factores clave detrás de la longevidad en Okinawa, una de las regiones más longevas del mundo. 

Este enfoque alimenticio, combinado con la práctica del "hara hachi bu", permite a sus habitantes mantener una vida saludable y libre de enfermedades crónicas.

¿Cómo es la dieta japonesa basada en vegetales y proteínas que ayuda a aumentar la esperanza de vida?

Según el doctor Michael Greger, autor del libro Cómo no morir, citado en un artículo de We Life, la dieta de Okinawa, clave para la longevidad de sus habitantes, se basa en una alimentación rica en vegetales y moderada en proteínas. 

Los vegetales ocupan un lugar central en cada comida, con un enfoque en hojas verdes, tubérculos y algas marinas. Además, se priorizan los productos locales de temporada, que aportan frescura y variedad nutricional.

En cuanto a las proteínas, aunque se consumen carne y pescado, lo hacen de forma moderada. Menos del 1% de su dieta diaria proviene de estas fuentes, incluyendo también productos como los lácteos y huevos. 

El tofu y la soja se destacan como las principales alternativas proteicas, proporcionando un aporte nutricional balanceado sin recurrir a grandes cantidades de carne. Incluso el cerdo, un alimento presente en las celebraciones, se consume en porciones muy pequeñas.

Otra característica de esta dieta es su bajo contenido calórico y de grasas saturadas. Los alimentos ultraprocesados, azúcares y grasas trans se evitan por completo, optando siempre por opciones frescas y naturales. 

Además, los habitantes de Okinawa incorporan regularmente alimentos ricos en nutrientes como frutas, legumbres y frutos secos, asegurando una amplia ingesta de antioxidantes y fibra.

Hara Hachi Bu: el secreto de comer con moderación

Este mantra, que significa comer hasta estar al 80% lleno, recuerda a los habitantes no sobrecargar su cuerpo de alimentos, lo que ayuda a mantener un peso saludable y a prevenir enfermedades relacionadas con la dieta. 

Este estilo de vida demostró tener un impacto directo en la salud, reduciendo significativamente los riesgos de enfermedades graves que afectan a gran parte del mundo:

• Entre 6 y 12 veces menos muertes por enfermedades cardíacas.
• 2 a 3 veces menos muertes por cáncer de colon.
• 7 veces menos muertes por cáncer de próstata.
• 5,5 veces menos riesgo de morir por cáncer de mama.