Historias de marcas

Las zapatillas con forma de pata de gallina que facturan millones en todo el mundo: su origen

New Balance nació a partir de la idea de un inmigrante inglés y creció gracias al ímpetu de un exestudiante de Medicina. Hoy vende por u$s 5300 millones.

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La inspiración puede surgir en lugares inesperados. Para el inglés William Riley sucedió en el correal que tenía en el fondo de su casa. Ahí vio a las gallinas caminando, observó sus patas, las analizó y tuvo su momento eureka. El resultado fue New Balance, una marca de zapatillas que hoy factura más de u$s 5000 millones por año y se transformó en un ícono de la moda deportiva que une a personajes dispares, desde Steve Jobs hasta Emily Ratajkowski y Bernie Sanders.

En 1906 Riley, un inmigrante asentado en Boston, diseñó un arco de soporte plantar flexible con tres puntos de apoyo luego de ver las garras de las gallinas y su espolón, que les otorgaba un mejor balanceo. Esto, aseguraba, le permitía reducir el dolor a aquellos que trabajaban de pie todo el día.

Sin embargo, la primera zapatilla de atletismo New Balance recién salió al mercado en 1938. Era un modelo con tapones y hecha de cuero. El debut oficial fue como proveedor de los Boston Brown Bag Harriers, un grupo local de atletismo.

William Riley patentó en 1906 su soporte plantar inspirado en las patas de las gallinas.

Para ayudarlo en el negocio, Riley contrató a Arthur Hall como vendedor. Poco después su empleado se transformó en socio y se quedó con el negocio. En 1953 Hall le vendió la compañía a su hija, Eleanor. Ella, junto a su esposo Paul Kidd, estaba al frente de la firma cuando el modelo Trackster se convirtió en la primera zapatilla de New Balance en ganar una maratón.

El doctor de los negocios

Jim Davis quería ser médico, por eso aplicó para estudiar bioquímica en Middlebury College. Pero pronto se dio cuenta que la carrera no era lo que esperaba. Empezó a trabajar vendiendo equipamiento de biología y química, aunque, al mismo tiempo, buscaba una oportunidad para adquirir una empresa.

La primera que visitó fue New Balance. En ese momento, se trataba de una pequeña fábrica de calzado con 6 empleados y 30 pares diarios de producción. Las ventas anuales apenas rascaban el millón de dólares. Sin embargo, Davis no sabía nada del negocio de indumentaria deportiva, mucho menos sobre calzado. Igualmente decidió tomar la oportunidad y la compró en 1972.

Jim Davis y su esposa Anne hoy siguen siendo los dueños de New Balance.

Bajo su mandato se dio el gran crecimiento de la empresa. En 1976 introdujo la ahora famosa N que llevan todos los calzados de la marca y ese mismo año la revista Running World ubicó al modelo 320 como n° 1 en su ranking, lo que catapultó su popularidad. En tanto, en 1982 lanzaron la 990, la primera zapatilla de running cuyo precio superaba los u$s 100. Hoy la New Balance 990 es uno de los modelos más buscados y vendidos del mercado.

New Balance en la Argentina

De la noche a la mañana, New Balance decidió salir del mercado argentino. Durante mucho tiempo la licencia estuvo en manos de Gatic y luego de Steam, una escisión de la misma compañía. Pero tras el cierre y quiebra de esta última en 2001, la marca de la N abandonó la plaza.

En el medio, la firma emprendió una pelea contra las falsificaciones, en particular provenientes de China. No obstante, en la Argentina también tuvo enfrentamientos judiciales. En 2005 una fábrica bonaerense fue condenada a indemnizar a New Balance con u$s 230.000 por falsificar sus modelos bajo la marca New Classic.

New Balance factura más de u$s 5300 millones al año y construirá una sexta fábrica en EE.UU.

Tras casi una década sin presencia, la compañía regresó en 2010 a través de Sport Icon. Tres años más tarde, Arturo Alacahan, dueño y fundador de JMC Group, se quedó con la licencia con un proyecto de inversión de $ 46 millones. En 2021 el grupo local anunció una alianza con Bicontinentar Footwear Technologies para ensamblar zapatillas New Balance en su fábrica en Chivilcoy.

La familia Davis es dueña del 95% de la empresa y su fortuna asciende a u$s 5300 millones, según Bloomberg. New Balance cuenta con cinco fábricas propias en los Estados Unidos y en noviembre pasado empezaron a construir una sexta en New Hampshire.

La relevancia de la marca incluso se expande más allá del mundo del atletismo. Según la consultora Cowen, uno de sus modelos también resulta una gran herramienta de inversión.

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