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Estudió para ser farmacéutica y hoy es CEO de una multinacional: su historia

Apasionada del sistema de salud, Andrea Da Pieve lidera una de las empresas pioneras en neurociencia. Estudió farmacia pensando en dedicarse a la investigación, pero descubrió un ámbito en el que tiene mayores posibilidades de ayudar a los pacientes.

Andrea Da Pieve está al frente de una de las compañías pioneras en el ámbito de la neurociencia. Con una extensa trayectoria en la industria farmacéutica, se desempeña como Head Latam de Biogen y su misión es tomar decisiones estratégicas para los mercados de Argentina, Uruguay, Chile, México y Colombia. Esta presentación se antoja incompleta. Para hacerla más precisa es necesario agregar que se trata de una juninense apasionada por su trabajo y que tiene una hija que eligió la comedia musical para su futuro. Además, ama viajar y salir a correr.

"Soy una apasionada de la salud en general y de todo lo que tiene que ver con el sistema de salud de la Argentina y ahora, a partir de este nuevo rol, también de América latina. Cuando uno tiene la oportunidad de trabajar en esto dentro del sistema de salud, cualquiera sea el rol o la posición que ocupe, la verdad es un honor ayudar con su granito de arena para que todos los argentinos y todos los latinoamericanos tengamos una mejor aproximación a la salud", confiesa Da Pieve.

Biogen pone el foco en pacientes con esclerosis múltiple, atrofia muscular espinal y Alzheimer. Para la ejecutiva resulta una experiencia gratificante: "Cada vez que veo a un chico que sufre atrofia muscular espinal no puedo dejar de pensar en lo bueno que es estar trabajando para ayudar en algo a la población de la Argentina para que acceda a un tratamiento que no solo le cambia la vida, sino que haga que tenga una vida mejor".

Disfruta mucho de su trabajo. Sin embargo, cuando decidió estudiar farmacia en la Universidad de Buenos Aires no se imaginaba al frente de una empresa líder en biotecnología. Planeaba dedicarse a la investigación, pero las oportunidades en ese campo no aparecían con demasiada facilidad.

En ese tiempo se internó en un mundo que terminó fascinándola: el de los visitadores médicos. "Para mí era la gloria. Me pagaban para hablar de ciencia con los médicos. La profesión de visitador médico es sumamente respetable y de gran ayuda para la comunidad", explica.

Al respecto, agrega que "ayudás al médico para que tenga en su mapa cuáles son las últimas novedades en términos de drogas que están llegando al mercado a través de los distintos laboratorios y permite poner siempre en el centro al paciente para que tenga el tratamiento que corresponda y que le va a permitir transitar mejor la vida y tener más vida".

Con la voz quebrada por la emoción narra una anécdota que refleja con nitidez lo que representa ser parte del sistema de salud. Relata que un visitador médico que debía mantener una reunión con ella le contó que había ido al jardín de infantes de su hijo, a quien le habían encomendado que hiciera un dibujo acerca del trabajo de sus padres. Sobre una cartulina lo representó ayudando a un niño a desplazarse.

Cuando la maestra le preguntó si era médico, el pequeño explicó que su papá ayudaba a que los chicos que no podían caminar. "Soy farmacéutica porque el paciente siempre está medio en el medio y pensando en él ponés tu granito de arena para que tenga una vida mejor", acota para reforzar la idea.

Para Da Pieve el desarrollo de sus equipos de trabajo constituye un motivo de satisfacción. Insta a sus colaboradores a "seguir aprendiendo, a desarrollarse... Busco ayudar a que cada uno alcance su mejor versión". Y plantea una llamativa meta: "Siempre digo que voy a sentir que hice las cosas bien si un colaborador que hoy me reporta a mí en el futuro llega a ser mi jefe".

"Disfruto mucho lo que hago. Por mi forma de ser en la vida, soy una apasionada y hago lo que me gusta. Si no me gusta, me voy", advierte. Su rol protagónico en la industria la lleva a abrir caminos para las mujeres, una situación que le causa un indisimulado orgullo: "Estoy fascinada viendo las oportunidades de desarrollo y lo que ha crecido la mujer en lugares de liderazgo en la ciencia. Y me siento una privilegiada por eso". Con picardía, desliza: "Que no lo escuche mi jefe, pero a veces digo que esto lo haría gratis porque realmente me gusta muchísimo".

Inspirar a otras mujeres supone una enorme responsabilidad, pero no una carga para Da Pieve. Destaca a figuras trascendentes en la historia de la ciencia como Marie Curie y a todas las mujeres que hicieron aportes para que hoy el futuro esté repleto de oportunidades. Y cuenta: "Hace poco 15 chicas visitaron la oficina y diez de ellas se habían decidido por la ciencia. Yo les digo que hagan lo que las apasione. Una no sabe adónde te pueden llevar los sueños, pero lo importante es disfrutar el camino. Eso es la vida: disfrutar el camino".

La versión original de esta nota se publicó en el número 360 de revista Apertura.

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Comentarios

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  • SF

    Sol Favre

    06/01/24

    Basta con leer las historias de los visitadores médicos en farmaceuticas de renombre para darte cuenta que lo ultimo que les interesa es la ciencia. Y sino preguntenle a Purdue. Nunca conoci a un visitador que le interese, solo las comisiones que cobran. Y venderte la droga magica nueva dejandote muestras gratis. Es una forma de "ganar bien" haciendo un curso corto. Si le interesara la ciencia estaría investigando pero no debe ser tan rentable.

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