Con el ojo en zona norte

Le encontró la veta al negocio familiar y hoy lidera una de las constructoras más importantes de piscinas

Juan Manuel Selvas está al mando de Selvas Natatorios. Apuestan a seguir creciendo de la mano de una estrategia que los diferencia de la competencia.

Juan Manuel Selvas es un apasionado de las piletas. Hace más de 40 años su padre fundó Selvas Natatorios, una empresa especializada en la construcción de piscinas hoy con fuerte presencia en el corredor norte. Para el empresario el sector está atravesando un presente alentador: el mercado perdió estacionalidad y la demanda se mantiene alta los 12 meses del año.

Pese a las complicaciones para importar insumos, el empresario asegura que la compañía cuenta con un stock variado que ofrece un abanico de opciones que lo diferencian de sus competidores. La clave, trabajar con previsibilidad.

"El que empieza con la empresa es mi papá. Nosotros el año pasado cumplimos 40 años y yo hace más de 30 que me involucré en la compañía. Es una empresa familiar, trabajo en conjunto con mis tres hermanos", cuenta sobre sus inicios Selvas, quien hoy preside la compañía.

Su padre hacía construcciones en general. Pero él encontró su veta para "hacer la diferencia". "Cuando yo arranco a trabajar en la empresa me involucro en el negocio de las piscinas que realmente me empieza a apasionar", dice.

"Si bien cualquier constructor puede hacer una piscina, como yo puedo hacer una casa con mis estudios, fuimos perfeccionando todo lo que respecta al tipo de suelo, sobre todo en las zonas en donde trabajamos. Siempre nos enfocamos en hacer las cosas lo mejor posible, hacerlo a conciencia en cantidad de hierros y materiales que hay que poner en donde llegamos a construir", agrega el empresario.

Las piletas de natación fueron perdiendo estacionalidad

Hoy el principal público de la empresa son los consumidores finales. "Siempre buscamos una vuelta de tuerca para ofrecer algo diferente a los clientes, a pesar de que en la Argentina se sigue utilizando la construcción más convencional", resalta Selvas.

De hecho ante las complicaciones que existen para importar cierta materia prima, la empresa ofrece opciones alternativas. "Hay materiales que vienen de afuera que no se pueden sustituir con insumos nacionales, porque no están en el mercado local. Pero desde mi parte siempre intento ser una persona precavida y ‘picar en punta'. Es decir tener una buena cantidad de stock propio para darle opciones y soluciones a los clientes", agrega.

Si bien los precios se encarecen al ritmo de la inflación para el empresario, es un buen momento para construir una pileta y, de hecho, el mercado fue perdiendo estacionalidad en los últimos años. "El rubro piscina no está tan caro, en comparación con otros de la construcción, porque las piscinas se componen en gran parte de mano de obra", explica.

El valor de una pileta oscila entre US$ 10.000 y US$ 30.000 -aquellas más premium con hidromasajes-. "La gente se da cuenta que tiene el dinero y toma la decisión ahora de construir la pileta. Viajar está caro, los autos también y esta es una buena opción", resume.

Con un promedio de construcción de 30 piscinas por mes, proyectan seguir creciendo este año y en todo 2024. La apuesta se centra sobre todo en Zona Norte en donde la empresa es fuerte. "Si bien la mayor demanda está en los consumidores finales, sobre todo aquellos que viven en barrios cerrados en Zona Norte, también estoy cotizando algunos trabajos para desarrolladores y en zonas como Devoto o Del Viso, Martínez y San Isidro. Esta zona tiene también mucha demanda", cuenta.

Construir una piscina oscila entre los U$S 10.000 y U$S 30.000, dependiendo los materiales que se usen

Con respecto a los proyectos para los próximos meses, a pesar del clima electoral, hay optimismo. "Adquirimos vehículos nuevos, estamos comprando maquinaria para incrementar los números de producción, el desafío es seguir creciendo", finaliza.

En cuanto a la rentabilidad, Selvas reconoce que hoy hay que trabajar mucho para mantener altos los niveles de retorno. "Hoy la caída es del 30 por ciento comparado a 3 años atrás. Si querés trasladar todos los aumentos te quedas sin vender. Hay costos que tenés que absorber y eso hace que baje la rentabilidad. Por eso hay que trabajar mucho con rentabilidades chicas, hay que entender eso sino te quedas fuera del mercado", finaliza.

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