Ledesma prueba un nuevo negocio relacionado a la caña de azúcar y se asocia con Bioceres
La empresa argentina que cumplió 115 años se sigue diversificando y busca alternativas a sus negocios core: el azúcar y el papel. Cuáles son sus planes
La empresa azucarera, Ledesma, cumple 115 años y sigue diversificando los negocios relacionados con la caña de azúcar. A su negocios core, el azúcar y el papel, al alcohol y al bioetanol buscan sumarle uno más, el bioplástico, un proyecto en pleno desarrollo junto con la también local Bioceres.
"En 2017 comenzamos un plan Génesis XXI para eficientizar la empresa. Dejamos de enfocarnos en ser sustentables para comenzar a proyectar crecimiento", explicó su CEO, Javier Goñi.
Si bien la industria del papel se viene recuperando tras la pandemia, aunque las oficinas redujeron de manera importante el uso de papel y el consumo de azúcar se mantiene estable pero no crece -según asegura el ejecutivo-, la firma, que nació en 1908 en Jujuy, ya está invirtiendo en nuevos segmentos: a fines del año pasado fueron u$s 10 millones para entrar en el segmento del packaging para gastronomía hecho con la pulpa prensada que reemplazan a los envases de plástico de un solo uso y, ahora, están trabajando junto con Bioceres en la creación de una start up para generar con los desechos de la caña de azúcar un polvo que es el que se les vende a las empresas para producir envases biodegradables.
"Estamos comenzando con el desarrollo que podría estar listo en cuatro o cinco años", explicó a El Cronista Goñi, quien aseguró que Ledesma ya hizo una inversión de unos u$s 300.000. Y detalló. "Este producto se le podría vender a todas las empresas que utilizan packaging, ya sea bolsas o envases, para sus productos y que, además, buscan disminuir su huella de carbono. E, incluso, se podría exportar".
Sobre la iniciativa los envases y recipientes que se entierran y se degradan para la gastronomía, el número uno aseguró que el precio es competitivo con respecto al plástico y que, de bajar la venta de papel tienen en este segmento un gran potencial. "Vamos a producir 50 millones de unidades por año con tres máquinas. Si el negocio funciona, pensamos poner otras tres máquinas más. Tenemos la demanda asegurada", explicó Goñi.
Etapa de crecimiento
Según explicó Goñi, a pesar de la sequía, la empresa que cerró su ejercicio en mayo, terminó el año de manera positiva. El ejecutivo detalló que antes con el plan Génesis XXI bajaron su deuda total en dólares de u$s 300 millones a 40 millones. "Hoy somos una empresa más sana", aseguró.
Si bien en su negocio agrícola -tienen campos en la provincia de Buenos Aires y en Entre Ríos- sufrieron con la pérdida del 70% de la cosecha de soja, pudieron compensar algo de la pérdida con el trigo. En sus 40.000 hectáreas destinadas a la cosecha de caña pudieron mantener la misma producción que el año anterior por una inversión de u$s 30 millones que hicieron para desarrollar un operativo de riego adicional.
Por otro lado, el negocio de los cítrico está en plena transformación. "Vamos a enfocarnos en los aceites esenciales y jugos de frutas y no tanto en las frutas frescas, si bien si hoy vas a España comés naranjas de Ledesma", contó el líder de la empresa que desde 2017 tiene un contrato por 25 años con Coca-Cola Corp. para la venta de aceites.
En cuanto a la rentabilidad de la empresa por la constante suba de costos, el ejecutivo señaló que "la única forma de mantener la rentabilidad es siendo cada vez más eficientes ya que, como otras industrias, sufrimos también la suba de insumos en dólares".
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