Sin piezas

La planta donde General Motors fabrica el Cruze y la Tracker sigue frenada por falta de insumos

El fabricante de Chevrolet ya lleva casi ocho días con la planta frenada por dificultades para ingresar autopartes para producir. Desde la automotriz norteamericana explicaron que todavía no hay fechas concretas para volver a trabajar

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La planta de General Motors (GM) en Alvear, Santa Fe, lleva ocho días frenada por falta de insumos para producir. La terminal -que produce los Cruze y Tracker en la Argentina- tuvo que suspender su operación el pasado martes por un problema en la cadena de suministros de varios de sus proveedores, y aún no hay una fecha estimada de regreso.

"GM Argentina informa que continúa trabajando para recomponer la cadena de suministro de varios de los proveedores que han suspendido el envío de piezas con motivo de la falta de pagos al exterior", anunció la empresa en una declaración.

Según publicó Ámbito Financiero, la falta de pago de la filial local de la automotriz estadounidense se dio a causa de la restricción al acceso a dólares que dispuso el Banco Central. Como consecuencia, al no recibir los pagos correspondientes, los autopartistas radicados en el exterior cortaron los suministros.

"La planta de GM en Rosario interrumpió temporalmente su producción esta semana por un problema en la cadena de suministro de varios proveedores", explicaron desde la empresa el pasado martes (10).

Desde la automotriz estadounidense, explicaron que todavía no hay fechas concretas para volver a trabajar: "La producción será reanudada tan pronto se reciban las piezas de los proveedores afectados.".

La planta de Alvear tiene 25 años en el país. Allí trabajan más de 1200 empleados directos y, al menos, 2000 indirectos, donde se fabrican los modelos Tracker y Cruze -que está a pocos meses de discontinuarse, anunciado para diciembre de 2023-. Hasta el año pasado se fabricaron más de 1,6 millones de vehículos y se exportaron más de 950.000 unidades a más de 10 destinos en el mundo.

La principal apuesta de la automotriz estadounidense es el Chevrolet Tracker, el SUV más vendido de la Argentina en 2023, que ya lleva 9563 patentamientos entre enero y septiembre, de acuerdo con datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara). El modelo se exporta, principalmente, a Brasil -donde no logra satisfacer la demanda con producción local (también se fabrica allí)- y a Colombia.

General Motors no es la única automotriz que tuvo que frenar su producción por falta de insumos. El mes pasado, Peugeot se vio obligado a poner un parate en su fábrica de El Palomar porque, en ese entonces, no ingresaban parabrisas al país. Se suman también a la lista Renault, Nissan y Volkswagen.

Dólar auto y la duda del sector

Semanas atrás, en medio del salto del dólar paralelo -superó la barrera de los $ 1000-, y con el objetivo de ampliar la oferta de divisas los días previos a las elecciones generales, el ministro de Economía, Sergio Massa, ofreció a las automotrices un tipo de cambio diferencial, a cambio de una liquidación anticipada de sus exportaciones.

El esquema es similar al que el titular del Palacio de Hacienda anunció hace unas semanas para la industria petrolera. El incentivo -que el Gobierno oficializó la semana pasada- habilita a las terminales a liquidar un 25% de sus exportaciones a la cotización del contado con liquidación (CCL), -ronda los $ 977- el dólar financiero que utilizan las empresas para saldar importaciones y cumplir con otros pagos en el exterior. El 75% restante seguiría siendo al valor del oficial ($ 365), lo que arroja un tipo de cambio más favorable, que ronda los $500.

La resolución, -vigente hasta el 20 de octubre- incluye las exportaciones de vehículos comerciales, para turismo y transporte de mercancías, aunque comprende también las autopartes.

No obstante, la medida no fue bien vista por los fabricantes, que consideraron que el principal problema que tiene el sector no es el tipo de cambio para exportar, sino para los pagos en el exterior.

Precios Justos a cambio de dólares: ¿funcionó?

A inicios de septiembre, la mayoría de las automotrices acordaron con el Gobierno su participación en el programa Precios Justos. Se trataba de un 'win-win' ya que las terminales se comprometían a congelar el precio de algunos de sus productos -no era necesariamente el más barato o los entrada de gama- y el Gobierno, a cambio, otorgaría luz verde para la importación tanto de modelos, como de autopartes.

Según pudo saber El Cronista, en un inicio, el acuerdo incluía 1400 unidades entre todas las automotrices. Chevrolet y Toyota destinaron 100 unidades al programa, mientras que Volkswagen lo hizo con unas 300.  Concesionarios alertaron que ya no quedan unidades disponibles, aunque faltan todavía unos días para el fin del acuerdo -pactado hasta el 31 de octubre-.

A pesar de que, por un tiempo, el programa funcionó, fuentes del sector aseguran que la industria requiere la liberación de los premisos necesarios -y los dólares-para poder reanudar su operación: "Esperamos que la liberación de SIRAs de los últimos días nos dé una mayor estabilidad para los meses que restan del año", develan.

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