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En los últimos años, la digitalización dejó de ser un proceso complementario y pasó a ser el eje que ordena la experiencia del pasajero. Hoy, un viaje empieza mucho antes de subirse a cualquier unidad de transporte. En este sentido, el sector de movilidad corporativa, de transporte público y de pagos trabaja para reducir fricciones que durante décadas fueron parte del funcionamiento habitual.

“Creemos que la innovación hace que el viaje se inicie mucho antes de lo que se hacía antes. El viaje no se inicia cuando el pasajero se sube a la unidad, sino que es mucho antes”, sostuvo Eduardo Cappello, gerente de Operaciones y Servicios de Universal Traslados. Explicó que la empresa digitalizó reservas, despachos y seguimiento en tiempo real, y que ahora sumará analítica de datos para anticiparse a las necesidades del usuario.

Ese proceso, aseguró, busca achicar el “gap” entre lo que espera el pasajero y lo que recibe. La automatización también permite liberar tareas operativas y concentrar al personal en instancias donde se agrega valor. “Por ahí pasa la clave de la innovación”, afirmó.

El cambio también se apoya en entender un ecosistema B2B complejo. Cappello señaló que conviven perfiles distintos: “El pasajero, que prioriza confort y seguridad; quien solicita el viaje, que necesita eficiencia y certezas; y las compañías, que exigen costos cada vez más ajustados”. La digitalización, resaltó, permite adaptar la oferta según cada caso.

Pagos sin fricción

En paralelo, el sistema de pagos vive su propia revolución. “En el último tiempo, trabajamos mucho en la invisibilidad de los pagos. Es decir, cómo los clientes pueden, sin ningún tipo de fricción, hacer un pago de cualquier tipo”, explicó Pedro Piñeiroa, Head of Payments de Banco Galicia.

La interoperabilidad en trenes, subtes y colectivos aceleró ese proceso. Según Piñeiroa, fue clave que el Banco Central impulsara la adopción de tecnologías contactless y habilitara esquemas que fomentan la digitalización del dinero, un recurso estratégico para el funcionamiento del transporte.

En este contexto, el banco enfrentó un desafío técnico y logístico que implicó renovar 5 millones de plásticos, incorporar NFC y QR, e integrar sus sistemas a billeteras virtuales como Google Pay y Apple Pay. “Estábamos superpreparados desde lo técnico, pero también requeríamos que el Banco Central nos habilitara el juego”, recordó. La apertura regulatoria, afirmó, permitió avanzar en un ecosistema que reduce costos, mejora la seguridad y elimina pasos que históricamente frenaban la experiencia del usuario.