IRSA subasta uno de sus edificios de oficinas históricos del Microcentro

IRSA Propiedades Comerciales (IRSA PC), la holding de shoppings y oficinas del grupo que lidera Eduardo Elsztain, continúa desprendiendose de sus activos inmobiliarios. Ahora, es el turno de un histórico edificio en el Microcentro.

Se trata del Edificio Maple, una torre de oficinas en Suipacha 652 (entre Viamonte y Tucuman). Lo comercializa de forma exclusiva Newmark.

A través de un concurso privado de ofertas, establecerá un precio de referencia y  los interesados deberán acercar sus propuestas. 

"No hay un precio base. Pero, por las condiciones del inmueble, sus metrajes y su ubicación, se calcula un valor total del edificio de entre u$s 8 millones y u$s 10 millones", explica Domingo Speranza, presidente de Newmark.

El edificio tiene siete pisos de oficinas y 62 cocheras. La mayoría de las plantas es de 1580 metros cuadrados (m2) de superficie, con un área total locativa que promedia los 11.465 m2, detallan desde IRSA. 

Entre sus principales locatarios, se encontraban Monitor de Medios Publicitarios, Organización de Servicios Director Empresarios (OSDE) y Tarshop, entre otros. Pero hoy "está 100% vacio; se dejaron caer los contratos para comercializar el inmueble", explica Speranza.

El principal objetivo de IRSA es vender el edificio en bloque, aunque también estará la posibilidad de comercializar de a dos pisos como mínimo. "En ese caso, al tratarse de más de 3000 m2, se calcula un valor cercano de los u$s 2,5 millones", remarca el empresario inmobiliario.

El edificio fue adquirido por la compañía que comanda Elsztain en 1991 y, en 2011, intentó venderlo pero sin éxito. "Era otro momento del país. También se llamó a concurso", explica Speranza.

En aquel momento, la inmobiliaria Jong Lang Lasalle estuvo a cargo de la comercialización, con un precio base por encima del actual, cercano a los u$s 16 millones.

¿Quiénes son los interesados?

Desde la inmobiliaria que, esta vez, comercializará el complejo de oficinas, aseguraron que esperan poder cerrar las ofertas para la segunda semana de diciembre.

"Estamos recibiendo a las empresas interesadas. Pero, todavía, no estamos aceptando propuestas formales", explica Speranza.

"Hay mucho interés y ya tenemos, por lo menos, a tres empresas interesadas en adquirir, como mínimo, dos pisos. También, hay otras tantas que están empezando a inclinarse por adquirir el edificio entero", resalta.

Según el broker, el lugar es ideal para que funcionen desde sindicatos, centros médicos, una universidad o hasta la posibilidad de reconvertirlo en un edificio de viviendas. "Es una tendencia que empezamos a notar en el Microcentro, que, para muchos, se convierte en una oportunidad", ejemplifica.

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Se suma a la lista

En las últimas semanas, IRSA se desprendió de varios de sus inmuebles en la zona del Microcentro. La más reciente fue la subasta de 50 de sus cocheras en la torre Prourban ("El Rulero"), de Retiro.

Se trataba de las últimas unidades del emblemático edificio que pertenecían a Eduardo Elsztain. "Es un edificio que hoy, en pandemia, ya no es tan atractivo", habían explicado desde IRSA

A principios de mes la empresa logró colocar otros tres pisos de su torre de oficinas en Catalinas. En este caso, fue 261 Della Paolera, el complejo inaugurado en diciembre del año pasado. Según pudo saber este diario, el comprador fue el banco español Santander.

Según lo informó en la Comisión Nacional de Valores (CNV), "el precio de la transacción fue de aproximadamente de $ 3197 millones, los cuales fueron abonados en su totalidad".

SITUACIÓN FINANCIERA

En el último informe de resultados anuales de la compañía, cerrado el 30 de junio, se informó que las ventas de locatarios y los ingresos de centros comerciales cayeron durante el ejercicio 27,8% y 40,3%, respectivamente, en términos reales. Los ingresos de oficinas cayeron 22% y los ingresos de hoteles 69,7 por ciento.

El resultado neto del ejercicio 2021 arrojó una pérdida de $ 37.591 millones explicado principalmente por el resultado operativo, el impacto del cambio de alícuota, del 25% al 35%, en el impuesto a las ganancias diferido y la pérdida registrada por las operaciones discontinuadas.