Cómo se armó el primer Bono de Impacto Social de la Argentina, sus resultados y aprendizajes
Cuatro empresas participaron del primer Bono de impacto Social de la Argentina, una innovadora herramienta de financiamiento usada para solucionar problemáticas tradicionales. De qué se trata y cuál fue el aprendizaje de esta experiencia pilotos que tuvo resultados positivos en el país y se busca escalar en la región.
Era el año 2018 y se había logrado reunir a todos los actores para ser protagonistas de una novedosa herramienta de inversión, un Bono de impacto social que, en la Argentina, se llamó Vínculo de Impacto Social (VIS). Y no era innovadora sólo la herramienta en sí; sino, además, era una gran apuesta para solucionar una problemática muy común en la Argentina y en la región, la inserción laboral de jóvenes vulnerables.
Este modelo, que trabaja articuladamente entre la gestión pública y la privada, consiste en pagar por los resultados obtenidos. Es decir, el pagador reembolsa a los inversionista el capital invertido más un retorno financiero si, y sólo si, los resultados buscados se materializan. El monto a pagar está correlacionado con el grado de mejora en los indicadores de impacto social.
De esta manera, los programas se vuelven más ágiles e innovadores en su desempeño y le permiten al Estado recabar y construir evidencia para informar el desarrollo de futuros proyectos.
Creó una plataforma para que millones de dólares vayan a proyectos sociales, qué propone
Viviendas sustentables: cómo abordar el desafío de los costos y la inclusión
En el caso local, allí estaban el GCBA a través de la Secretaría de Planeamiento Estratégico, diseñador del programa y pagador; las empresas inversoras, el Banco Ciudad, el Banco Galicia, IRSA y Puerto Asís Investments -también hubo un inversor privado que quiso permanecer anónimo-; los asesores (Social Finance UK, Acrux Partners y la Fundación Alimentaris) y asesores legales locales, los estudios Rattagan Macchiavello & Arocena y el Estudio Beccar Varela. En cuanto a los proveedores de servicio, contó con cuatro organizaciones especialistas: AMIA, Fundación Forge, Fundación Pescar Argentina, y Fundación Reciduca y el verificador independiente, SMS.
Con todas las partes coordinadas por la consultora internacional Acrux Partners, liderada por María Laura Tinelli, se ponía en marcha un sistema de pago por resultados por primera vez en la Argentina. De hecho, técnicamente, era una prueba piloto cuyas metas específicas eran: en primera medida, capacitar y brindar acceso al empleo formal a jóvenes de 17 a 24 años con condiciones de vulnerabilidad muy superiores a la media para su edad. Estos jóvenes eran habitantes de las comunas más pobres del sur de la Ciudad de Buenos Aires y la iniciativa también incluía acompañarlos en el sostenimiento del empleo por 4 y 12 meses.
Al mismo tiempo, el VIS se propuso trabajar en derribar los prejuicios que muchos empleadores tienen ante la contratación de este grupo demográfico y probar esta novedosa herramienta de financiamiento que se había implementado por primera vez en el Reino Unido con The Social Impact Bond.
Partió de la hipótesis de que el instrumento, que alinea los esfuerzos del gobierno, el sector privado y organizaciones especializadas en la resolución de diversos problemas sociales, genera eficiencias en el uso del recurso público y en la resolución de dichas problemáticas al poner el foco, justamente, en el pago por resultados.
Tres años después se dieron a conocer lo que dejó la experiencia: ¿cuántos jóvenes habían logrado capacitarse, conseguir su primer empleo y mantenerlo? y ¿qué retorno habían logrado las empresas que había financiado el proyecto? ¿Qué aprendizajes había dejado en los actores participantes?
UNA PROBLEMÁTICA HISTÓRICA
En Argentina, las brechas entre jóvenes y adultos en materia de acceso y calidad del empleo son de larga data. Las recurrentes crisis socioeconómicas influyen en estas variables y profundizan aún más estas diferencias. Según el Indec, la tasa de desocupación de 2021 es de 9,6%, pero si se mira a los jóvenes la desocupación es del 16,1% para varones y del 22,4% para mujeres.
A lo que suma la Cepal que las oportunidades de desarrollo en el mercado laboral están íntimamente relacionadas con los niveles educacionales y la oportunidad de acceder a un primer empleo en el ámbito de la formalidad.
Es decir, que la deserción escolar y las inserciones laborales precarias, en empleos informales, inciden en las trayectorias hacia el trabajo decente y exponen a los jóvenes a una mayor vulnerabilidad.
El VIS resultó ser una herramienta disruptiva e innovadora, que cambió las reglas de trabajo, convirtiendo la forma de trabajo habitual de los proveedores de servicio con sus financiadores, estatales o privados, en aliados estratégicos. "Esta lógica de trabajo demostró ser superadora, ya que profundiza un mecanismo de alianzas de calidad y colaboración entre los actores, promoviendo una verdadera alianza público-privada", señala María Laura Tinelli tras la presentación de los resultados y el aprendizaje que dejó esta primera experiencia local.
"La experiencia de financiamiento en la Argentina fue 100% privada a lo que se sumó un préstamos que hicimos desde el BID. Es una forma de financiarse muy avanzada en contextos de economías complejas y agravado por la pandemia que demostró el alto grado de compromiso de los inversores", agrega Mariel Sabra, especialista del BID Lab.
La especialista, además asegura que este tipo de iniciativas "va a generar mayor flujo de fondos en la región para otras propuestas de este tipo". "Ya se están trabajando en las mejores prácticas en países interesados en acelerar el pago por resultados en la región. Y la experiencia de Buenos Aires y de Colombia ayudó para probar su eficacia y también, por ejemplo, para generar datos que, en algunos casos no existían, para definir mejor los resultados esperados en las próximas operaciones", detalla Sabra y asegura que el organismo está interesado en escalar la iniciativa, inclusive para otras temáticas sociales como educación, salud, primera infancia, entre otras.
RESULTADOS SOCIALES Y ECONÓMICOS, APRENDIZAJES
Según el informe con los resultados que se dio a conocer, los resultados del VIS a fines de 2021 alcanzaron las métricas estimadas inicialmente, presentando una tasa de éxito en la inserción al mercado laboral formal del 36%, una tasa de sostenimiento del empleo a 4 meses del 69% y una tasa de sostenimiento a 12 meses del 51%, siendo todos estos indicadores 3 o 4 veces más altos que los resultados y tasas alcanzados por otros programas relevados para el diseño del Vínculo de Impacto Social.
En diciembre de 2020 terminaron las capacitaciones y en noviembre de 2021 finalizó el periodo de inserción. Según los resultados del estudio a septiembre de 2021, en números, de los 1000 participantes del programa, 894 terminaron la capacitación que se les ofreció; 325 se insertaron laboralmente y, de este último grupo, siete de cada diez (226 jóvenes) mantuvieron el empleo durante 4 meses, en tanto que 115 seguían en la misma ocupación 12 meses después del ingreso.
De los sectores económicos, los que más incorporaron a estos jóvenes fueron: Comercio, Gastronomía, Telemarketing y Salud, en ese orden. Luego siguieron Tecnología, Logística y Finanzas.
La flexibilidad para adaptarse a los cambios y necesidades explica también en gran medida la efectividad de la herramienta. La intervención fue cambiando y mejorando en función de los desafíos que se presentaban, en gran parte gracias al trabajo entre las organizaciones como aliados, compartiendo información y trabajando todos hacia un mismo objetivo.
A nivel gubernamental, se logró probar y sentar un precedente para el país y la región en el uso de una lógica contractual y presupuestaria diferente al permitir al gobierno presupuestar de manera plurianual, removiendo la "penalización" usualmente aplicable por sub ejecución presupuestaria.
Asimismo, generó los aprendizajes y experiencia necesarios para poder replicar y escalar el programa no solo para la problemática del desempleo sino para otros desafíos sociales actuales.
"Desde la perspectiva de los proveedores de servicio, la ejecución del programa les dejó capacidad instalada en sus organizaciones, y les permitió incorporar nuevas herramientas pedagógicas, ampliar las formas de convocatoria, aprender en el intercambio entre pares, llegar a zonas nuevas y sobre todo llegar a jóvenes que, si bien ya era una población que atendían, tenían un mayor grado de vulnerabilidad, implementando un abordaje diferente", relata Tinelli.
Desde la perspectiva de los inversores, "fue positivo", asegura el informe de resultados. Y detalla que pudieron probar una nueva forma de invertir en una problemática social y recuperar el capital inicial invertido, aunque en términos de retorno financiero no logró el retorno esperado, se pudo probar que la herramienta funcionó, logrando cerrar el circuito de inversión y recupero de capital.
"Nuestra estrategia de inversión social se basa en el trabajo articulado con el tercer sector y el sector público. Y encontramos en el VIS una herramienta súper novedosa, un modelo de pago por resultados, que nos permitió generar una articulación diferente y superadora del modelo tradicional. Sumando esfuerzos de manera inteligente llegamos a más gente y de manera más efectiva", cuenta Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad del Banco Galicia, unas de las firmas inversoras.
"Aprendimos en él proceso a fijar objetivos que dieron tranquilidad a los inversores y claridad al modelo de repago, pero sobre todo pudimos ver el impacto de lo conseguido con metas concretas. En nuestro caso fue el desempleo juvenil pero podría usarse para abordar otras cuestiones sociales prioritarias", señala Gorleri los aprendizajes.
Y recalca la ejecutiva que "ojalá sea un modelo que escale en todo el país".
En cuanto a los costos, por joven VIS insertado fue similar a los costos por joven insertado de otros programas gubernamentales. Sin embargo, la tasa de inserción es mayor en programas público - privados (36%) representando un ahorro potencial a futuro para el Gobierno. Así -asegura el estudio- si los aprendizajes del Piloto VIS se utilizan para escalar el programa a 5000 jóvenes, el costo por joven insertado baja a la mitad.
En conclusión, del VIS marca un nuevo comienzo en el uso y adaptación de este tipo de herramientas y estructuras contractuales a futuro en Argentina y la región y sienta un precedente valioso en cuanto a la utilización de herramienta en contextos volátiles y mercados emergentes, que puede ser aplicable a otros contextos a nivel global.
Compartí tus comentarios