La filosofía milenaria de la India que inspiró a Steve Jobs para construir el imperio de Apple
El empresario aprendió de joven una creencia originaria de la India que lo llevó a alcanzar el éxito con su compañía de tecnología y computación.
Steve Jobs fundó en 1971 Apple Computer, Inc. en el garaje de su casa junto al colega Steve Wozniak. Tiempo después, en 1974 decidió viajar a la India para encontrar inspiración para su creciente empresa de tecnología y computación, donde aprendió la filosofía que lo llevaría a la cima.
En un viaje de introspección a Delhi, el joven emprendedor se propuso descubrir el propósito de su vida. Pero ganó un conocimiento mucho más grande que luego trasladó a su modelo de negocios y ganó millones.
En la India, Jobs sobrevivió con comida local, meditaba en cuevas aisladas y dormía en edificios abandonados. Fue durante su búsqueda encontró el enfoque en que basaría todas sus decisiones desde entonces.
La filosofía milenaria de la India que inspiró a Steve Jobs para ganar millones con Apple
Al regresar de su viaje a la India, Steve Jobs cambió para siempre la estrategia con la que llevaría las riendas de su empresa. Fue allí donde aprendió el concepto de "prajna", o sabiduría trascendente.
Se trata de confiar en el instinto por encima de la lógica pura. Así lo expresó Jobs: "La gente del campo indio no usa su intelecto como nosotros. Usan su intuición más poderosa que el intelecto". De allí en más comenzó a tomar decisiones basadas en su instinto aun cuando las mismas parecían desafiar las tendencias del mercado, Jobs optó por confiar en su brújula interior.
"Este enfoque nunca me ha defraudado y ha marcado la diferencia en mi vida", confesó el fundador de Apple en declaraciones públicas. Pero su paso por el país asiático también le enseñó una de las claves para explotar el potencial de su compañía.
La clave que llevó a Apple a la cima: la simpleza es la llave
Viviendo entre aldeanos indios, algo más le llamó la atención a Steve Jobs: su capacidad para encontrar la alegría en la sencillez, sin artilugios extravagantes, sin excesos, solo lo esencial. Esto se convirtió más tarde en la filosofía de Apple: "La simplicidad es la máxima sofisticación".
Al aplicar esta ley en el diseño de sus artefactos, para Steve Jobs, cada característica, cada detalle, cada píxel tenía que ganarse su lugar. Si algo no tenía un propósito claro, quedaba fuera, nada de desorden, solo concentración y claridad.
Jobs creía que la tecnología debía estar al servicio de las personas, no complicarles la vida. Los productos de Apple no se trataban sólo de que parecieran bonitos, sino de hacer elementos tan simples que cualquiera pudiera usarlos. Esto lo diferenció de otras estrategias y lo catapultó a la cima y ganar millones de dólares.