El insólito secreto de Albert Einstein para ser siempre creativo y nunca quedarse sin ideas: fue la clave de todo su éxito
Se trata de una cualidad que quedó plasmada en un insólito pedido del físico y hoy es recordada como uno de sus mayores legados.
Albert Einstein no sólo fue un físico brillante, cuyo estudio de las leyes naturales del universo nos ha brindado una mayor comprensión de su complejidad, sino que también es recordado como uno de los más grandes íconos de creatividad de todos los tiempos.
Es que el científico, en más de una oportunidad mencionó que, según su juicio, la imaginación es mucho más importante que el conocimiento. En esa línea, una de las preguntas más frecuentes sobre esta filosofía de vida es cómo lograba nunca quedarse sin ideas.
Afortunadamente, el interrogante fue resuelto por el mismo Einstein, quien reveló su secreto frente al ofrecimiento de un puesto de trabajo en uno de los institutos de mayor renombre a nivel mundial. Aquí te contamos de qué se trata.
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Cuál fue el secreto de Albert Einstein para siempre mantenerse creativo
Einstein es recordado como una persona austera, pues no precisaba de grandes lujos ni tenía ambiciosas pretensiones en cuanto a lo material. No obstante, según lo especifica el biógrafo Denis Brian en su libro "Einstein, a life" (1996) hubo cinco cosas que pidió el físico cuando le ofrecieron trabajar en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Nueva Jersey:
"Un escritorio o mesa, una silla, papel y lápices y una gran papelera, para poder tirar todos mis errores".
El científico dejó en claro entonces que los errores formaban parte de su rutina y la resiliencia fue el motor más efectivo para nunca dejar de crear. De la misma forma, bajar sus ideas a papel se convirtió en una manera efectiva de materializarlas.
En esa línea, Einstein se caracterizó por su afición a las nuevas perspectivas, pues solía decir que "no es posible resolver un problema si razonamos de la misma manera en la que lo hicimos para crearlo".
La cualidad de Einstein que fue la clave de todo su éxito
Probablemente una de las frases más recordadas del Premio Nobel es: "La vida es como una bicicleta, para mantener el equilibrio debes seguir andando", otro registro claro de su perseverancia como estilo de vida.
Así, Einstein en reiteradas ocasiones fue consultado sobre su inteligencia y su respuesta quedo plasmada en una carta datada en marzo de 1952 y dirigida a Carl Seelig, su primer biógrafo: "No tengo talentos especiales, sólo soy apasionadamente curioso".
De esta manera, Einstein solía decir que la curiosidad, especialmente abordada desde la perspectiva de un niño -quienes no temen a preguntar desde lo más simple hasta lo más complejo-, pero efectivizada con la profundidad de estudio que permite el ser adulto, fue una de las mayores claves para preservar su creatividad y, consecuentemente, lo que lo condujo a preguntarse sobre cuestiones como el espacio y el tiempo.
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