El presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, abordó hoy ante el Congreso de Estados Unidos dos temas que tienen expectante a ese país y a todo el mundo: el impacto de la nueva variante del coronavirus, Ómicron, y la persistente inflación.

Powell lamentó que la palabra "transitoria" ya no sea el término más exacto para describir la naturaleza de la elevada tasa de inflación en la economía. Incluso dijo que "probablemente sea un buen momento para retirar esa palabra" (transitoria).

"En general, los precios más altos que estamos viendo están relacionados con losdesequilibrios de oferta y demanda que se pueden detectar a partir de la pandemia y la reapertura de la economía", dijo el presidente de la Fed durante una audiencia ante la Comisión de Banca del Senado.

"Pero también está sucediendo que los aumentos de precios se han extendido de forma mucho más amplia ... y creo que el riesgo de una mayor inflación aumentó".

En extractos de su discurso adelantados al Financial Times, Powell admitía queel alza de infecciones y Ómicron "plantean riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y una mayor incertidumbre para la inflación".

Según economistas entrevistados por el Wall Street Journal, Ómicron podría ralentizar el crecimiento mundial, pero estiman probable que el impacto sea modesto, aunque la magnitud del daño dependerá de la potencia de la propia cepa, según los economistas.

La previsión que comparten es que probablemente se debilite el gasto en turismo y quizás también el gasto en restaurantes así como de compras en tiendas comerciales.

De todas formas, no prevén que el efecto sea tan grave como cuando se produjo la primera ola del Covid-19 en marzo de 2020 y como cuando impactó la variante Delta meses atrás. Y parte de la explicación sería que cada nueva cepa del virus tuvo un impacto económico menor que las anteriores.

Y a la hora de evaluar medidas para frenar los contagios, la clave en cuanto al impacto económico son las eventuales restricciones a los desplazamientos.

En ese sentido, ayer el presidente estadounidense,Joe Biden, dijo que su gobierno se centrará en aumentar la vacunación en lugar de buscar nuevas restricciones a la actividad comercial.

"Son las restricciones que se imponen en respuesta al virus las que causan la mayor parte del daño económico", le dijo Neal Shearing, economista jefe de Capital Economics, al WSJ.

"Por tanto, la cuestión clave es cómo responderán los gobiernos a medida que Omicron se extienda. Esto, a su vez, dependerá de la medida en que escape a las vacunas y, lo que es más importante, provoque tensiones en los sistemas sanitarios nacionales".

Los economistas prevén que Omicron podría ralentizar el crecimiento este trimestre y a principios de 2022, pero el impacto no supondrá una contracción.

"Hace que un boom se convierta en un boomlet", dijo Diane Swonk, economista jefe de la empresa de contabilidad y asesoría Grant Thornton LLP. "Tenemos mucho impulso y eso ayuda".

De su parte, Oxford Economics probablemente proyectaría un crecimiento del PBI mundial del 4,2% el próximo año, un poco menos que su estimación anterior del 4,5%.