
Corría el año 2018, separada y a cargo de sus dos hijos preadolescentes, sin ayuda económica de ningún tipo, Valeria Frías necesitaba generar un ingreso extra, y no solo eso, sino que necesitaba que fuera pasivo y preferentemente en dólares, ya que su sueldo trabajando enrelación de dependencia no era suficiente para poder solventar los gastos típicos de una familia.

Comenzado ese año se dedicó a investigar en cuanta inversión fuera posible, averiguar y estudiar desde las inversiones tradicionales como la bolsa, acciones, bonos hasta los plazos fijos en bancos de la Argentina y el exterior, pasando por la compra de inmuebles y su posterior alquiler, o cómo ingresar en fondos de comercio en locales y fondos de inversión nacional e internacional.
"Cuando creí haber agotado toda o casi toda la búsqueda, alguien me sugiere la minería de criptomonedas", relata Frías, que lanza este jueves en la Feria del Libro la "Guía para principiantes en criptomonedas", con prólogo de Martín Redrado.
"Por supuesto que años anteriores ya me habían ofrecido entrar al mundo cripto, pero no me convencía, porque mi primer pensamiento (sin haber estudiado absolutamente nada o haberme asesorado) fue el temor a que desaparecieran, y acá me van a entender todos los que pasaron la barrera de los cincuenta años, donde acostumbrados a transaccionar con billetes físicos, la sola idea de imaginarme una moneda digital era demasiado intangible y abstracta, lo cual generaba en mí más dudas que certezas", detalla.
Su preocupación era en qué poder invertir un monto pequeño de dinero que había logrado ahorrar durante años y era todo el capital con el que contaba, no tenía chances de equivocarse, porque, si perdía eso, perdía toda posibilidad de mejorar su economía familiar.
Y, por supuesto que la responsabilidad de quedar sin nada es muy diferente siendo una mujer sola, lo que significaba el deber y compromiso de no darse lugar al equívoco, ya que sus hijos dependían integralmente de ella.
Así fue como, finalmente, comenzando 2019, invertí u$s 20.000, que era todo el dinero ahorrado en su vida, en comprar equipos de minería de criptomonedas: "Con el correr de los meses recuperé la inversión y pensé que quizás podía llegar a generar un tercer ingreso si yo estudiaba acerca de esta tecnología y asesoraba a mis conocidos. De esa forma el ecosistema me fue atrapando ya que, cuanto más leía, todo me resultaba absolutamente innovador, además de útil".
En marzo de 2020, la vida de todos se vio abruptamente interrumpida a causa de la pandemia mundial de Covid-19, y en mayor o menor lugar, todos nos vimos obligados a permanecer en nuestras casas aislados a causa del virus.
En su caso, no fue la excepción, ya que al trabajar en el aeropuerto de Ezeiza, y al estar la Argentina con sus fronteras totalmente cerradas, no tenía que ir a trabajar, motivo por el cual esa fue su gran oportunidad de aprender a armar los procesadores de datos que utiliza la minería de criptomonedas.
Fueron horas, días y meses de armar y desarmar equipos, estudiando online, con YouTube y cuanta posibilidad le brindaba el encierro de la cuarentena más larga de la historia, "hasta que aprendí y allí fue cuando comencé a comercializarlos, primero con la gente allegada a mí, como amigos, compañeros del aeropuerto, etc., y luego con sus recomendados".












