El fantasma del obelisco de Buenos Aires: la historia que pocos conocen sobre el emblema porteño
De acuerdo a los registros oficiales, la actual Plaza de la República fue escenario hasta mediados de 1930, de la Iglesia San Nicolás de Bari, hogar de tesoros inmemorables y que dio origen a la leyenda urbana.
El Obelisco de Buenos Aires mantiene su vigor como monumento identitario de la Ciudad, sin embargo, a 86 años de su inauguración, la leyenda del fantasma que allí habita gana protagonismo.
Según se indica en uno de los videos publicados por el canal "Otro Canal de Misterios" de YouTube, el terreno donde se erige la actual Plaza de la República fue espacio de la Iglesia San Nicolás de Bari hasta 1930.
"Antes del obelisco porteño estaba ahí la iglesia de San Nicolás de Bari, que le da nombre al barrio", subraya el fragmento.
El templo, trasladado a casi 1000 metros de su origen hasta la actual avenida Santa Fe 1346, contaba también con el anexo de un refugio para doncellas y pobres, y fue el espacio donde se izó por primera vez la bandera nacional creada por Manuel Belgrano en una de sus torres, el 23 de agosto de 1812.
"En este sitio en la torre de San Nicolás fue izada por primera vez en la ciudad LA BANDERA NACIONAL el XXIII de agosto de MDCCCXII", indica la leyenda inmortalizada en una de las placas de sus laterales.
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El fantasma del obelisco: el misterio que encierra el clásico monumento porteño
Al momento de iniciar su traslado hacia la zona norte de la Ciudad y en el marco de las tareas para lograr ensanchar la avenida Corrientes, se encontraron armas y municiones en su patio.
"Se encontraron varios esqueletos cuando se ensanchó Corrientes enterrados en el patio. Tan extramuros estaba la iglesia que, ante la amenaza de bombardeo la flota británica durante las invasiones iglesias, las armas y las municiones se guardaron en San Nicolás de Bari. Habían recibido allí sus sacramentos personalidades como Mariano Moreno y Bartolomé Mitre", repasa el portal Arcondebuenosaires.
Así entonces, en el marco de la Buenos Aires colonial, es donde se da paso al origen del "fantasma del obelisco" y la tumba perdida del sacerdote a cargo de la parroquia: Manuel Alberti.
"En función del cadáver de Alberti se desarrolló la teoría de que nunca fue mudado a otro lugar, por lo que puede permanecer en el mismo sitio donde se lo enterró a expreso pedido. Es muy probable que los restos aún permanezcan en el lugar. Si es así, diariamente muchos transeúntes pasan sobre ella", agrega Arcondebuenosaires.
En 1822, el gobierno de la Ciudad decidió rendirle homenaje al bautizar una calle con su nombre, mientras que en junio de 1910 se esculpió una estatua como tributo en las barrancas de Belgrano.
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