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Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 400 millones de personas padecen de depresión. En esta línea, la comunidad médica busca hallar terapias innovadoras que complementen o mejoren los abordajes actuales.

En esta línea, una nueva investigación científica dio lugar al descubrimiento de tratamientos alternativos para esta patología, una de las enfermedades mentales más frecuentes a nivel mundial, que podría dar una opción a quienes buscan hacer frente a esta patología a la vez que también cuenta con otros beneficios.

¿Cuál es el medicamento clave para el tratamiento de la depresión?

Los estudios recientes sugieren que los medicamentos antiinflamatorios podrían desempeñar un rol clave en el tratamiento de ciertos tipos de depresión. Esta línea de investigación surge ante la evidencia de que una parte de los pacientes no responde de manera adecuada a los antidepresivos tradicionales, lo que retrasa su recuperación y afecta significativamente su calidad de vida.

Esta patología no conlleva un trastorno único, ya que que presenta múltiples manifestaciones clínicas, que varían de acuerdo con el perfil biológico y psicológico de cada paciente. En los últimos años, los científicos detectaron que un subgrupo de personas con depresión presenta inflamación crónica de bajo grado, lo que podría influir directamente en la intensidad de los síntomas.

¿Cómo fue la investigación del nuevo tratamiento para la depresión?

En esta línea, los investigadores explican que los antiinflamatorios solo serían eficaces en pacientes que presentan niveles elevados de inflamación y no en todos los casos de depresión.

Los antiinflamatorios serían claves en el tratamiento de la depresión.
Los antiinflamatorios serían claves en el tratamiento de la depresión.

Así, un estudio publicado en la revista American Journal of Psychiatry, desarrollado por el departamento de psiquiatría del Hospital Mass General Brigham de Estados Unidos, analizó datos clínicos que respaldan esta hipótesis.

Entre los marcadores más relevantes se encuentra la Proteína C Reactiva (PCR), una sustancia que indica inflamación en el organismo. Los pacientes con valores elevados suelen experimentar síntomas más severos, como la anhedonia, que es la incapacidad de sentir placer, considerada una de las manifestaciones más incapacitantes de la depresión.

En los ensayos más recientes, 321 personas con depresión e inflamación elevada recibieron distintos tipos de antiinflamatorios, incluyendo inhibidores de citocinas y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Los resultados mostraron mejoras clínicas en pocas semanas, con una reducción significativa de la gravedad de los síntomas depresivos.

Los especialistas observaron que los medicamentos dirigidos a citocinas específicas, como los inhibidores de la interleucina-6 o del TNF-alfa, fueron los más eficaces. En algunos casos, incluso mostraron una efectividad comparable o superior a la de los tratamientos antidepresivos estándar.

¿Ya se puede utilizar este tratamiento para la depresión?

Sin embargo, los expertos advierten que estos remedios no están exentos de efectos secundarios, especialmente aquellos que actúan de forma más potente sobre el sistema inmunológico. Por ese motivo, aún no se recomienda su uso generalizado en el tratamiento convencional de la depresión.

Este tratamiento está en fase experimental.
Este tratamiento está en fase experimental. Fuente: ShutterstockShutterstock

Además del abordaje farmacológico, los investigadores remarcan la importancia de adoptar hábitos saludables, como una alimentación equilibrada, actividad física regular y control del estrés, ya que estos factores también influyen sobre la inflamación y la salud mental.

Si bien los resultados son prometedores, la comunidad científica coincide en que todavía se necesitan más estudios clínicos para definir qué pacientes podrían beneficiarse de estos tratamientos y cómo identificar con precisión los perfiles inflamatorios.

Hasta la fecha, los antiinflamatorios se mantienen como una alternativa en estudio que podría marcar un avance significativo en el abordaje personalizado de la depresión.