

Hoy es el primer día operativo del mes en Wall Street. Y si bien el inicio de junio suele traer temor a los inversores, la semana pasada el mercado logró revertir la racha bajista semanal más larga desde 1932.
Desde 1987, junio suele ser el mes del año con el menor grado de positividad. La volatilidad sigue siendo alta y por ello los analistas comienzan a inclinarse por estrategias defensivas.
Meses débiles
Históricamente, los tres peores meses para acciones son junio, agosto y septiembre. El nivel de positividad en los mercados globales en junio es el más bajo del año, con solo el 36,7% desde 1987.
A junio le siguen los meses de agosto y septiembre, los cuales suelen tener un nivel de positividad desde 1987 de tan solo 49,3% y 51,6% respectivamente.
Según la consultora internacional LPL Research, en cuanto a retornos, los meses de febrero, junio, agosto y septiembre son los peores para el S&P500 desde 1950. Los meses de abril y diciembre, en cambio, son los meses que más subieron los mercados desde 1987, con un 74,3% y un sorprendente 79%.
A su vez, abril, junio y noviembre son los meses con mayores ganancias porcentuales para Wall Street.

buscando señales positivas
Pese a ello, hay señales que pueden ser alentadoras de cara al inicio del próximo mes. Como primer punto es que en los últimos 10 años, junio ha ofrecido retornos positivos, pese a que ha tenido malos retornos en los últimos 20 años, siendo peor su performance en años electorales.
Sin embargo, hay señales de corto plazo que podrían ser positivos. Después de una fuerte corrección en los últimos meses, en donde el S&P500 llegó a caer hasta un 20% desde sus máximos y el Nasdaq cayó más de 30% desde su pico, el mercado busca oportunidades dentro de la baja.
Así, en la última semana y según datos de Bank of América, se registró el mayor flujo semanal hacia fondos de acciones en 10 semanas, ingresando u$s 17.000 millones. A su vez, es la primera semana con flujos positivos en 8 semanas.

Los flujos positivos a acciones derivaron en una recuperación importante en términos semanales en las acciones, y en la que el S&P500 subió 6,5%, el Nasdaq ganó 7,4% y el Dow Jones rebotó 6,2% la semana pasada.
El Dow Jones acumulaba 8 semanas seguidas en rojo, una racha que se interrumpió la semana pasada ya que el índice subió 4,2%, cortando así la tendencia bajista más importante desde 1932.
Según datos de LPL Research cada vez que el S&P500 muestra un avance de estas caracterices suele ser el inicio de una recuperación de mayor magnitud.
Desde 1950 a la fecha se observaron 23 oportunidades en la que el S&P500 subió más de 6% en una semana.
Si se toman los tres meses siguientes desde esa semana, el mercado suele subir 5,66% en promedio en el 74% de las veces.
Mirando a seis meses, el mercado tiende a subir en el 78% de las veces, con ganancias del 12,5% en promedio y a un año vista, Wall Street tiende a subir en el 83% de las veces desde que el S&P500 deja 6 semanas de subas consecutivas, con una ganancia promedio del 21,7%.

Los analistas de Balanz explicaron que en Estados Unidos, la política de la Reserva Federal (Fed) dio lugar a una rotación de las carteras de crecimiento a valor.
En ese sentido, y luego de un difícil comienzo de año, con correcciones fuertes en el S&P 500, desde la firma ven oportunidades tanto a corto como largo plazo, dado que se ha creado un buen punto de entrada.
De todos modos advierten que si bien las valuaciones lucen más atractivas, consideran conveniente mantener cierto grado de cautela por el momento hasta tener una mejor visibilidad respecto a una consistente convergencia inflacionaria.
"Las tasas de interés en Estados Unidos parecerían estar encontrando cierta estabilidad, sin embargo, el principal catalizador para la renta variable vendrá de la dinámica inflacionaria. Hasta que no veamos una clara desaceleración, el riesgo para la renta variable va a seguir siendo elevado ya que la Fed se encuentra totalmente dispuesta a hacer todo lo necesario para reducirla, mismo si eso implica una recesión en la economía", alertaron los analistas de Balanz.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) también le ponen el foco central a la inflación para determinar el futuro de los activos financieros.
"Las nuevas perspectivas de una Fed menos agresiva crecieron después de la medida de inflación del PCE (+4.9% interanual en abril), junto con las sólidas ganancias del sector retail de consumo. El mercado se mantiene ahora atento a todas las señales que sustenten que la inflación estadounidense ya alcanzó su punto máximo", dijeron.
Estrategias en contexto de alta volatilidad
La volatilidad en el mercado es mayor este año respecto de años previos. La cantidad de días con la que Wall Street opera con variaciones mayores al 1%, 2% y 3% (en cualquier dirección), es la más alta de entre 5 a 10 años.
El índice de volatilidad VIX también subió un escalón y se encuentra en niveles de 30%, lo cual refleja la dinámica con la que opera Wall Street hoy en día.
De esta manera, analistas ven valor en estrategias de baja volatilidad.

Daiana Olivera, estratega de Cohen, considera que dado que escenario actual continúa marcado por la volatilidad, la suba de tasas y una inflación que parece imparable en el corto plazo, las estrategias defensivas vuelven a posicionarse como una interesante alternativa de inversión a la hora de disminuir riesgos y volatilidad.
"El contexto lleva a buscar alternativas de inversión que logren disminuir la volatilidad de los mercados de cara a los próximos meses. Ante situaciones como la actual, el sector de consumo no discrecional empieza a tomar relevancia, destacándose por sobre los otros 10 sectores que componen el S&P", explicó la estratega de Cohen.
Las empresas defensivas son aquellas que logran beneficios estables y que, ante contextos de crisis o recesión, no disminuyen en gran medida sus ventas, al producir bienes o servicios de consumo masivo.
"Estas compañías se ven menos afectadas por los ciclos económicos, ya que los consumidores, ante una mayor desconfianza de la economía, priorizan la compra de estos bienes por sobre los de otras industrias. Entre estas compañías, se destacan los productos alimenticios, el cuidado personal, salud, etcétera", dijo Olivera.
Según datos de la estratega de Cohen, el ETF que representa el sector de consumo defensivo (XLP), tiene un coeficiente beta de 0,57 para el promedio de los últimos cinco años.
Esto representa un bajo riesgo sistemático, o de mercado, en comparación al tecnológico y el discrecional, que se ubican en 1,1 y 0,89 respectivamente.
"Por esta razón, a pesar de que el índice viene retrocediendo en lo que va del año, se lo considera una opción más estable. Este sector cuenta con el beneficio de que sus precios no fluctúan tan violentamente, como sí lo pueden hacer otros más ligados al crecimiento económico, como el tecnológico o el de consumo discrecional", dijo.
Entre las acciones que destacan se encuentran Sysco Corporation (SYY), Coca-Cola Company (KO) y Philip Morris International (PM).














