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El oro tocó este viernes un nuevo récord histórico y está a punto de cerrar su segundo mejor año de la historia. El metal precioso trepó encima de los u$s 4500 por onza, mientras que la plata también pegó un salto y superó los u$s 74. En tanto, el ETF GLD_US opera a u$s 411,93 y registra una suba de 70% en lo que va de 2025.

La debilidad global del dólar, con el índice DXY en u$s 97,89, la búsqueda de bancos centrales por un refugio de valor, y la volatilidad empujan la cotización de oro. ¿Seguirá el rally en 2026 o las subas empezarán a moderarse?

Tras la Navidad, el oro alcanzó un nuevo máximo histórico. En lo que va de 2025, su valor aumentó 72%. A comienzos de año cotizaba apenas a u$s 2600. Desde principios de 2023, en tanto, subió 149%.

¿Cuáles son los factores que lo impulsan? Gustavo Neffa, director de Research for Traders, es uno de los analistas que alertó desde el comienzo sobre el rally de los metales preciosos y explicó sus razones: “Inciden tanto la caída del dólar contra todas las monedas, como también el fuerte apetito de los bancos centrales, desdolarizando sus tenencias de Treasuries norteamericanos. Es la primera vez que hay más oro en todos los bancos centrales del mundo que Treasuries. Grandes compradores este año fueron China, Rusia y Polonia”.

Ante la imprevisibilidad de unos Estados Unidos liderados por Donald Trump y la incierta sucesión de Jerome Powell en la Reserva Federal, los bancos centrales buscan una alternativa al dólar y los bonos de ese país. La cobertura ante el creciente riesgo geopolítico influye en sus decisiones.

“El principal driver detrás de este upside es la fuerte acumulación de oro por parte de los bancos centrales del mundo. Esto refleja un cambio estructural en la demanda global, liderado por compradores soberanos e incluso actores cripto. China se destaca por ser el principal comprador, profundizando una estrategia de acumulación persistente y por momentos subestimada, mientras otros países emergentes continúan comprando a menor escala”, afirmó Pedro Moreyra, director de Guardian Capital.

Por su parte, las altas valuaciones del mercado hacen que el oro sea también atractivo para los inversores. “Se suma la demanda vía ETF, que reúne tanto a inversores institucionales como minoristas que siguen tendencias y exacerban el rally por motivos técnicos. Las mineras de oro estaban atrasadas en los últimos años respecto al metal, así que cerraron la brecha de manera violenta subiendo más que proporcionalmente”, agregó Neffa.

¿Qué pasará en 2026?

De cara al próximo año, los analistas son moderadamente optimistas, pero advierten que no habrá subas tan altas como en 2025.

“El 2026 no va a tener el mismo rendimiento, pero estoy constructivo respecto a una suba adicional. Veo al dólar en un nivel más bajo contra todas las monedas, dada las bajas adicionales de tasas que se darían en el primer semestre lo que ayudaría a impulsarlo un poco más”, estimó Neffa.

En la era de los riesgos y la incertidumbre, el oro volvió con fuerza a los portafolios. Un factor clave es que una vez que se compra oro, no se vende.

Una nueva fiebre se apoderó del mercado. Los bancos centrales marcan el camino. Y el mercado acompaña.