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El rally del equity argentino empieza a mostrar señales de desgaste. Tras una compresión acelerada del riesgo país y un fuerte rebote de las acciones en dólares que se vio desde 2024, tras el triunfo de Milei en las presidenciales, el S&P Merval parece haber internalizado buena parte del escenario “benigno” que hoy descuenta el mercado. En otras palabras, la dinámica actual sugiere que el “upside” adicional, al menos en el corto plazo, es más acotado.
Un buen termómetro de esta dinámica surge del último informe del Grupo Invertir en Bolsa (IEB), que pone el foco en la relación entre el riesgo país y la valuación del S&P Merval medido en dólares.
A partir del regreso de la Argentina al mercado de deuda con un nuevo bono en moneda dura, la tasa de corte volvió a funcionar como referencia implícita del riesgo percibido.
Sobre esa base, IEB estima qué niveles podría alcanzar el equity local bajo distintos escenarios de riesgo país y concluye que el arbitraje ya está, en gran medida, hecho.
El análisis histórico desde el inicio del Gobierno de Javier Milei muestra una regularidad clara. Cada vez que el riesgo país se comprime con fuerza, el S&P Merval tiende a moverse hacia zonas de sobrevaluación relativa.
Hoy, según IEB, el índice se ubica exactamente sobre la línea de tendencia que vincula riesgo país y equity, lo que sugiere que las acciones ya reflejan el nivel actual de riesgo soberano.
Más aún, el informe advierte que, por debajo de los 650 puntos básicos, el mercado accionario comienza a operar sistemáticamente por encima de esa tendencia y entra en terreno exigente en términos de valuación.
Con una mirada constructiva pero realista, el broker reconoce que cuesta proyectar en el corto plazo un riesgo país que perfore los 550 puntos básicos.
Bajo ese supuesto, el recorrido potencial del S&P Merval en dólares se ubicaría en una zona de entre u$s 2120 y u$s 2270, niveles que implican una ganancia adicional limitada frente a los precios actuales.
De ahí, el giro estratégico. Mantener exposición a acciones, pero con un sesgo más defensivo, con prioridad en sectores como Oil & Gas y reguladas, y con reducción en la ponderación en bancos y materiales, que ya capturaron gran parte del trade de compresión del riesgo.

Por qué el riesgo país se traba cerca de los 600 puntos
Al respecto, Piedad Ortiz, economista y MBA en Finanzas, en diálogo con El Cronista, explicó que el Gobierno buscó enviar una señal al mercado con la emisión del AN29, y con la intención de empujar a una compresión adicional del riesgo país.
Para la experta, la operación fue leída como positiva, pero el impacto fue acotado: “Hasta ahora, no logró habilitar una baja sostenida que permita perforar el umbral de los 550 puntos básicos. Con el riesgo país estabilizado cerca de los 600, el mercado empieza a exigir algo más que ingeniería financiera y mira de reojo un factor clave: la acumulación genuina de reservas netas como condición necesaria para abrir una nueva etapa de compresión”.

En ese marco, Ortiz planteó que el Ejecutivo apuesta a varios frentes en simultáneo: avanzar con reformas, estimular inversiones y exportaciones, y reactivar tanto la emisión de deuda pública como privada. Y aunque el mensaje es claro, el mercado todavía pide pruebas, pues no alcanza con mostrar voluntad; “hace falta ejecución y resultados visibles en el balance del Banco Central”, comentó.
Del lado del equity, el diagnóstico es similar. Ortiz coincidió en que el S&P Merval ya arbitró en buena medida la compresión del riesgo país posterior a las elecciones. Y es que la fuerte correlación inversa entre el riesgo soberano y el índice líder de BYMA medido en dólares explica el rally reciente de las acciones, que acompañó la baja del spread.
“De cara a los próximos meses, el upside adicional aparece condicionado: sin nuevos drivers, el margen es limitado y no puede descartarse episodios de volatilidad global que incluso generen correcciones sobre un riesgo país que hoy luce calmo, pero no blindado”, sostuvo el estratega.
Para que el riesgo país logre perforar los 500 pb —y eventualmente acercarse a la zona de 450 pb— el mercado exige un conjunto de condiciones más profundas y estructurales, dijo la experta. Y son las siguientes:
- La continuidad del superávit fiscal, aun en un escenario de simplificación tributaria y baja de impuestos;
- Una acumulación de reservas sostenida que respalde tanto el pago de deuda como el esquema cambiario;
- Un proceso de desinflación más firme, difícil de acelerar en el corto plazo tras el último repunte del IPC y con una nueva canasta en puerta.
- A esto se suma la necesidad de apoyo externo adicional, ya sea a través de mayor respaldo crediticio de Estados Unidos o de una flexibilización de metas por parte del FMI;
- La unificación plena del mercado cambiario con desregulación total para empresas;
- La aprobación de reformas estructurales en el Congreso que atraigan inversión genuina;
- La reapertura del financiamiento bajo ley extranjera.
“Todo ello debería estar acompañado por un repunte económico consistente y un superávit comercial robusto.
En este contexto, la compresión adicional del riesgo país aparece más como una historia de mediano plazo que como un trade inmediato”, concluyó Ortiz.
Reformas, deuda y balances: claves del S&P Merval
Para Soledad López, gerenta de Desarrollo en Rava Bursátil, para que se dé una posible vuelta a máximos, el mercado presta atención a dos cuestiones:
- El tratamiento del proyecto de la reforma laboral en el Congreso: “Luego del envío por parte del poder ejecutivo, se especula con la posibilidad de que se vote en el Senado antes de que termine 2025”.
- La modalidad de pago de los vencimientos del mes de enero: “En la colocación del AN29 se obtuvo financiamiento por u$s 910 millones, aún resta definir a través de qué mecanismo se van a conseguir los u$s 3000 millones adicionales que hacen falta”, comentó López.
- Para la experta, en caso de que las reformas que el gobierno pretende llevar adelante prosperen y se anuncie algún programa vinculado a la acumulación de reservas por parte del BCRA, “aumentan las probabilidades de que el S&P Merval vuelva al máximo de u$s 2430”.
- Pero, por el contrario, si la reforma se demora y se logra cubrir el vencimiento de enero sin anuncios sobre la acumulación de reservas, es posible que el índice siga a la espera de nuevas noticias en la zona de u$s 1900.
“De cara a enero y febrero, también va a ser importante la temporada de balances del cuatro trimestre, luego de los débiles resultados del sector financiero en el último reporte. La evolución de la agenda de privatizaciones también puede brindar impulso a empresas como Transener”, concluyó López.
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