El mercado anticipa por estos días una inflación de 2% para noviembre y un leve rebote al 2,2% en diciembre, para luego retomar su tendencia a la baja, que apunta al 1,5% a mediados de 2026.
Los analistas ven valor en los títulos con rendimiento fijo, lo cual podría llevar a las tasas nominales y reales hacia niveles más deprimidos, pero, ¿cuáles son los bonos preferidos por el mercado?
Menos inflación esperada
La reacción positiva del mercado tras las elecciones del domingo pasado generó una compresión de tasas en pesos y en dólares. Los bonos en moneda dura se dispararon y el riesgo país cayó a niveles de 650 puntos.
En esa línea, también se vio una compresión de tasas en la curva a tasa fija y en la CER, que pasó del 20% al 12% de rendimiento real en promedio.
En este panorama, el mercado también ajustó a la baja su proyección de inflación de corto y mediano plazo.
Desde enero que se espera en 2% y de febrero en adelante, se proyecta una inflación mensual del 1,9%, que caería al 1,7% en marzo, 1,6% en abril y convergiría a 1,3%.

Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, espera un escenario de menor inflación y de bajas de tasas, es decir, una menor nominalidad en la macro.
"El resultado electoral favorece la demanda de pesos, por lo que la remonetización vía compra de reservas es una posibilidad atractiva para robustecer reservas. En una situación como esa, en la que se impulsaría el crédito por tasas reales en pesos más bajas, el proceso de desinflación continuaría, pero podría hacerlo a menor ritmo", dijo Franco.
En medio de la expectativa de menor inflación, nuevamente la curva a tasa fija vuelve a invertirse, con rendimientos en el corto plazo más elevados que en el largo plazo.
Matías Ballestrín, Jefe de Inversiones de Banco Piano, consideró que el escenario a futuro vuelve a ser de normalizacion, inflación a la baja, y por eso la curva pesos esta invertida.
"Llegar a un 1.5% en el corto plazo parece difícil y por los anuncios de objetivos de acumulación de reservas indica que no vamos a buscar una sobrevaluacion del peso como ancla de precios. Pero con el nuevo panorama políticlo, la sostenibilidad del superávit no esta en duda y eso afirma una inflacion bajando", indicó.

Tras el resultado electoral, el tipo de cambio apuntó a la baja y el mercado mejoró sus perspectivas.
Así, los inversores comenzaron a demandar títulos en pesos para buscar una compresión de tasas en moneda local, todo ello dentro de un escenario de menor inflación esperada y de menor tensión cambiaria.
Rodrigo Benítez, economista jefe de MegaQM, recordó que el mercado esperaba un movimiento del tipo de cambio y eso se trasladaba a la inflación implícita.
Sin embargo, el escenario cambió tras las elecciones y Benítez agregó que, sin ese movimiento en el horizonte en el corto plazo, es necesario recalibrar la inflación esperada, la tasa real de interés y las tasas nominales.
"Vimos un cambio de actitud en los inversores, que ahora dejaron de buscar cobertura para empezar a priorizar alternativas que tengan potencial de compresión. Vimos mucho más apetito por el tramo largo de la curva de tasa fija y por el tramo medio de la curva CER, segmentos en los cuales, de sostenerse el sesgo hacia una caída de la inflación esperada, de las tasas nominales de interés y de las tasas reales de interés, hay claras oportunidades", remarcó.
Inversiones en pesos
Antes de las elecciones, la curva CER operaba con tasas del tramo corto en niveles de 40% de tasa real, pasando a niveles de 20% al 15% en el tramo medio y largo.
Tras el resultado electoral, el tramo corto de la curva descomprimió sustancialmente, pasando a niveles del 18% en los títulos más cortos.
En el tramo medio y largo, la curva cayó a niveles del 12% más CER. La descompresión en los rendimientos reales fue bienvenida por el mercado ya que los analistas consideran clave que la macro trabaje con niveles de tasas más bajos ante la necesidad de que la macro se reactive.

Pese a la compresión de tasas actual, el mercado sigue esperando nuevos descensos en los rendimientos.
Desde Fondos FIMA consideraron que el resultado electoral inesperado abre la puerta a que los que se consideraban como los mejores escenarios posibles previos a las elecciones, hoy tengan una probabilidad de ocurrencia razonable.
"En ese escenario trabajamos con proyección de tasas reales positivas en los próximos meses, pero en niveles considerablemente inferiores a los actuales. Consecuentemente vemos una mayor potencialidad de compresión de spreads por ejemplo en la deuda CER 2026 en adelante. En menor medida, pero también visión constructiva, respecto a la reducción de rendimientos de instrumentos tasa fija en pesos 2026", afirmaron.
En cuanto a la dinámica, desde Fondos FIMA no esperan que dicha compresión se dé a la velocidad que venimos viendo en los últimos días, pero la tendencia probablemente será clara.
"Los bonos CER 2026 son nuestra preferencia actual y eventualmente 2027 para los que estén dispuestos a asumir más volatilidad. Ofrecemos para ello nuestros fondos Fima Renta Pesos y Fima Renta Plus respectivamente", indicaron.
En el caso de la deuda tasa fija, desde FIMA prefieren apuntar a ir incrementando exposición progresivamente a vencimientos de mediados de 2026 a la vez que miran también con atención los bonos duales.
"Para una mejor dinámica en los duales, en ese caso un escenario favorable sería una baja de tasas mucho más gradual de lo que el mercado parece estar anticipando actualmente. Bien podría ser el caso, pero por el momento preferimos concentrar nuestra atención en el universo CER y tasa fija", detallaron.
Observando la forma en la que opera la curva CER tras el resultado electoral, se ve un aplanamiento notable en la misma.
Este movimiento implica una mejora respecto de la curva invertida que se evidenciaba antes de las elecciones.
Ahora, prácticamente toda la curva opera en niveles del 12% desde 2026 en adelante.

Damián Vlassich, Team Leader de Estrategias de Inversión en IOL, agregó que tras la fuerte compresión experimentada en los soberanos tanto ley local como ley extranjera, llegando inclusive a niveles de precios máximos de la era Milei, la pregunta que resulta evidente es que otros instrumentos podrían verse beneficiados.
En ese sentido, desde IOL consideran que es probable que se empiece a evidenciar un reacomodamiento en las distintas curvas de pesos, aunque de forma más paulatina que lo observado en la mencionada renta fija soberana.
"La disyuntiva entre CER y tasa fija pasará por los números de inflación que veamos a lo largo de 2026, si la inflación cierra en algo más cerca del 10% a 12% (1% mensual) valdría la pena estar parado en un T15E7, ahora si el número se acerca al 20% de inflación anual (1,5% mensual), algo que siendo más cautos nos parece un escenario razonable, estar parado en CER parece la opción con mayor atractivo", explicaron.
Desde su perspectiva, Vlassich indicó que prefiere por ahora sobre ponderar el tramo largo CER.
"Destacamos algunas alternativas como el TZXD6 o el TZXM7, ya que permitirían al inversor beneficiarse de igual forma de una baja en la tasa real que es lo que vemos más próximo en los meses que vienen", sostuvo.
Mayores apuestas al peso
El mercado también estuvo desarmando posiciones de cobertura cambiaria, pasandose a posiciones en pesos.
El mercado llegó a las elecciones con una elevada demanda por cobertura, la cual luego se redujo una vez que se supo el resultado electoral y se evidenció una disparada en los activos financieros.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) indicaron que, con el desarme de posiciones Dólar Linked, la cobertura en manos privadas (otorgada por el sector público) habría caído de US$15.300 millones antes de las elecciones a US$12.030 millones ayer.
Así, los inversores podrían demandar mas activos en moneda local, así como también despertar un mayor apetito por los fondos comunes de inversión que se posicionan en dichos instrumentos.
Los analistas de Max Capital consideran que puede haber una compresión adicional cuando las tasas cortas se normalicen.
En ese contexto, las menores tasas reales explicaron el 60% de la compresión de la curva, reduciéndose a alrededor de 12% desde niveles cercanos a 20% en el tramo medio, también en línea con nuestras expectativas.
El resto se explicó por menores expectativas de inflación, que bajaron a menos de 20% para 2026.
"Estimamos que las tasas reales deberían ubicarse aproximadamente 300 pb por debajo de los rendimientos en dólares, por lo que, con rendimientos en dólares alrededor de 13%, esperamos una compresión adicional hacia 10% en el tramo medio y largo. En cuanto a tasas nominales, esperamos que las expectativas de inflación se ubiquen en torno a 18%, por lo que proyectamos tasas cercanas a 25%. Preferimos los Bonte26 y Bonte30, donde también mantenemos posiciones largas", dijeron desde Max Capital.
El mercado confía en que podría continuar la demanda de activos en pesos, pudiendo generar una mayor baja en los rendimientos en pesos nominales y reales.
Benítez indicó que hoy vemos oportunidades en los fondos T+1 (MegaQM Ahorro), que invierte en instrumentos de tasa fija con un horizonte de inversión más largo que otras opciones de cash management.
También resaltó que existe margen para que se sigan subiendo los activos CER, que todavía operan con tasas reales de dos dígitos y en un escenario de normalización deberían bajar un escalón con el consiguiente impacto positivo en precios.
"En términos de títulos puntuales, nos gustan para la curva CER los que vencen entre fines de 2026 y principios de 2027. En el caso del segmento de tasa fija los de mediados de 2026. Desde los fondos comunes, esa oportunidad se puede captar con los fondos CER, en nuestro caso con el MegaQM Retorno Absoluto", indicó Benítez.















