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Con la salida del cepo y los cambios implementados en abril en el esquema cambiario luego de la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se terminó por cerrar la brecha y eldólar oficial quedó en plena flotación, con un valor determinado exclusivamente por la oferta y la demanda.

Dicha "estabilidad" de la divisa, sumada al buen resultado fiscal y al derrumbe de la inflación, le dieron al Gobierno un panorama alentador de cara a las legislativas, donde buscará un triunfo electoral que le permita llevar adelante otro importante número de reformas estructurales en la segunda mitad del mandato de Milei.

Por ello, en el oficialismo saben que mantener la pax cambiaria es vital para llegar bien parados a los comicios. Sin embargo, hay quienes creen que esta calma se ve amenazada por una serie de factores que podrían llevar a los mercados a buscar "valores más altos del dólar".

Así lo reflejó en su último informe semanal la consultora LCG, que repasó el estado de la economía argentina e hizo un llamado de atención por lo que viene sucediendo con los saldos de comercio exterior.

El factor que puede quebrar la pax cambiaria y despertar al dólar, según LCG

"Este nuevo régimen cambiario hubiese tenido un diseño todavía mejor si el BCRA hubiese mantenido, mediante compras avaladas por el FMI, el dólar en un nivel más alto. Pero, más allá de esto, sigue siendo un esquema flexible, flexibilidad que genera réditos en un contexto global en donde las políticas de Trump no se sabe a qué puerto llegarán, con la guerra en Ucrania lejos de atenuarse, y con un nuevo riesgo de guerra total en Medio Oriente", explicaron desde LCG.

Los especialistas destacaron también el "silencioso proceso de equilibrio fiscal, que de tan monótono dejó de ser noticia", y el lento pero persistente retroceso de la inflación.

Pero no todos los resultados son igual de alentadores, advierte LCG: los saldos de comercio exterior vendrán, después de junio, cada vez más deficitarios. Por ello, la consultora recomienda "no subestimar la velocidad con la que podrían crecer las importaciones".

"Podrían con creces superar lo que brinda, por ahora, Vaca Muerta, incluso con un brent que supere los u$s 75 por barril. ¿Y cuál podría ser el desenlace en caso de verificarse este deterioro externo? Lo normal sería que el mercado vaya buscando valores más altos del dólar", indicaron.

Ese movimiento, advierten, ayudaría a dar un poco de aire a las cuentas externas y a los márgenes del sector transable, aunque a la vez atentaría transitoriamente contra la inflación.

Esto, consideran, no sería motivo de preocupación, ya que a la larga traería más beneficios que inconvenientes. "Ciertamente, no sólo no sería dramático, sino que daría otro nivel de robustez macroeconómica (en el costado que hoy no la tiene). Nosotros no descartamos que esto ocurra antes de las elecciones", proyectaron.

"Por más que este evento político es habitualmente clasificado como un Día D, lo cierto es que el desenlace cambiario podría no venir de una nueva negociación entre el gobierno y el FMIsino simplemente del análisis de los referentes del mercado, que no tienen un calendario definido para comprar dólares (aunque suelen dolarizar sus carteras en la previa a un proceso electoral)", detallaron.

"Salvo que el BCRA, así como no compró los dólares de la cosecha en estos meses, sí decida vender dólares para enfrentar una demanda un poco más asustada. Ciertamente, sería una pésima señal que podría estimular todavía más la demanda de dólares, así que nos volcamos a que intente torcer esos incentivos insistiendo con promociones en el mercado de futuros (que también estaban vedadas en el acuerdo con el FMI)", completaron.

¿Hay riesgo de corrida?

LCG descarta un desenlace más crítico, afirmado que no hay un escenario de crisis o de corrida pronunciada.

"A diferencia del 2017, en estos últimos meses no fueron los capitales externos los que más se posicionaron en pesos. Y los inversores externos no sólo suelen ser más espasmódicos sino que también más acaudalados. Con lo cual, en un escenario más incierto en lo cambiario no tiene por qué haber un aluvión de salidas, aunque habría que contemplar las entradas de fondos recientes y las que se piensan convocar con nuevas emisiones", apuntaron.

Sobre estas últimas, mencionaron la reducción del "parking" a no residentes", lo que facilita las entradas y salidas rápidas

"Así y todo, sin embargo, no hay mejor predictor de la demanda de dólares que la misma evolución reciente del dólar. Esto quiere decir que, si el dólar comenzara a testear nuevos límites ($1250 o $1300), eso estimularía más a la demanda: la gente y las empresas tendrán hábitos más frecuentes de ir al homebanking o a la app de la Alyc para cubrirse nutriendo de más fondos las cuentas en dólares", sostuvieron.

"Cuando el dólar alcanza un determinado nivel razonable para las cuentas externas, la estrategia óptima es que el BCRA venda para defender una paridad no atrasada. Pero en principio esa opción estaría vedada (sobre todo porque no compró cuando debería haber comprado) así que no es descabellado pensar que el límite sea el mismo techo de la banda", concluyeron.