¿Habrá cables suficientes para la transición hacia una energía limpia?
El comercio de electricidad renovable ayudará a los países a eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Pero la demanda de infraestructuras supera a la oferta
El proyecto de cable eléctrico NeuConnect, que atravesará más de 700 km de lecho marino entre la isla de Grain (sudeste de Inglaterra) y Fedderwarden (noroeste de Alemania), permitirá por primera vez a las dos economías del G7 comerciar directamente con electricidad.
Este proyecto de 2400 millones de libras es uno de los varios cables transfronterizos de larga distancia, conocidos como interconectores, que se están desarrollando en todo el mundo a medida que el abandono de los combustibles fósiles fomenta una nueva era de comercio internacional de energía.
La construcción del proyecto comenzó a mediados de julio y ayudará a ambos países a alcanzar sus "objetivos climáticos e impulsar la seguridad energética", declaró Miguel Berger, embajador de Alemania en el Reino Unido.
Sin embargo, los avances no han sido fáciles. La fecha prevista de entrada en actividad del cable, en 2028, se retrasa cuatro años con respecto a lo inicialmente previsto, debido en gran parte a los retrasos en la adquisición de suministros de cable eléctrico.
No es el único proyecto de este tipo que se ha retrasado. Un enlace entre Dinamarca y Gran Bretaña se ha retrasado por problemas como "la congestión imprevisible del mercado del cable", mientras que un cable que une Francia y España a través del golfo de Vizcaya también lleva un año de retraso.
Se teme que esta situación sea un anticipo de lo que está por venir. La demanda de interconectores y de otras infraestructuras energéticas, como las turbinas eólicas, está creciendo rápidamente, lo que ejerce una presión sin precedentes sobre las cadenas de suministro de cables eléctricos y de las estaciones conversoras necesarias para la conexión a la red.
El suministro de ambos se concentra en relativamente pocas empresas, con grandes barreras de entrada. La posible dificultad de obtener materias primas como el cobre y la falta de mano de obra cualificada para las fábricas pueden frenar la llegada de nuevos suministros.
Las plazas de fabricación están ocupadas y los costos suben. "Estamos en una lucha a cara de perro", dice un alto ejecutivo de la industria eólica, describiendo la pelea por los conversores.
"La falta de capacidad de la cadena de suministro podría convertirse en un importante cuello de botella", advierte Ben Backwell, director ejecutivo del Consejo Mundial de la Energía Eólica.
El gobierno y la industria deben trabajar juntos para añadir la capacidad de fabricación necesaria y asegurarse de que los materiales críticos estén disponibles en las cantidades y al precio adecuados, añade. "De lo contrario, corremos el riesgo de caminar sonámbulos hacia una escasez y una reducción de costos que podrían retrasar o incluso hacer descarrilar la transición energética".
Un proceso laborioso
En los últimos años se ha acelerado el abandono de los combustibles fósiles en favor de la electricidad limpia, y los países se han fijado objetivos cada vez más ambiciosos. La guerra de Rusia contra Ucrania ha destacado la necesidad de abandonar el gas, a veces considerado un combustible "de transición".
La Agencia Internacional de la Energía prevé que la capacidad de producción de energía renovable aumente en 2400 gigavatios entre 2022 y 2027, lo que equivale a toda la capacidad actual de China.
"Nos adentramos en la tercera revolución de las infraestructuras eléctricas en Europa", afirma Christopher Guérin, Director General de Nexans, uno de los mayores fabricantes de cables por cuota de mercado.
En general, la revolución requiere grandes cantidades de cables nuevos. Pero las distancias que hay que recorrer para transportar la electricidad también son cada vez mayores, ya que los promotores intentan aprovechar mejor el viento y el sol.
Los países quieren poder comprar electricidad a los que tienen más sol o más viento. Muchos también necesitan poder intercambiar electricidad minuto a minuto con otros en zonas horarias y climas diferentes, para suavizar las subidas y bajadas del suministro en función de la intensidad del viento o del sol. La oferta y la demanda de electricidad deben ajustarse constantemente para evitar apagones.
Varios proyectos, como NeuConnect, ampliarán las conexiones eléctricas británicas con el continente. Otros cables de larga distancia que se están construyendo son el enlace de 400 km entre Cubnezais, en el sudoeste de Francia, y Gatika, en el norte de España, y el Interconector EuroAsia, de 1208 km, que va de Israel a Chipre y Grecia.
Sin embargo, el transporte de electricidad puede resultar ineficaz, ya que las pérdidas en el trayecto se agravan en las grandes distancias. Enviarla a muy alta tensión es más eficiente, aunque más caro, con pérdidas potencialmente tan bajas como el 3% por cada 1000 km para los sistemas de corriente continua, que tienen menos resistencia. Las pérdidas son entre un 30% y un 40% inferiores a las de los sistemas de corriente alterna.
"Para los sistemas submarinos, el HVDC (corriente continua de alta tensión) resulta económico a partir de los 60 km", afirma Ian Douglas, director ejecutivo de la empresa de cables XLCC.
Producir cables que puedan atravesar fondos marinos profundos y accidentados es un proceso complejo y minucioso. Los hilos conductores de cobre o aluminio se envuelven en varias capas de aislamiento y protección, como papel impregnado en fluido no conductor, revestimiento de plomo, plásticos y acero.
La producción suele ser de un metro por minuto. La precisión es clave. "Si tenés, por ejemplo, un grano de arena dentro, el cable fallará", dice Frank de Wild, consultor senior en cables eléctricos de la consultora DNV. Colocarlos en el fondo del mar es otro reto, ya que requiere buques especiales y personal altamente cualificado. El mayor fabricante de cables por cuota de mercado, Prysmian Group, tiene un buque de 171 metros de eslora equipado para tender cables a 3000 metros de profundidad.
A pesar de estas complejidades, la demanda de cables de alta tensión está en auge, y el mercado ha pasado de los u$s 3000 millones anuales de nuevos proyectos adjudicados entre 2015 y 2030 a 11.000 millones en 2022. Este año, es probable que el valor estimado de los nuevos pedidos supere los u$s 20.000 millones antes de establecerse entre 18.000 y 20.000 millones anuales, según Massimo Battaini, nuevo director ejecutivo de Prysmian. "Tenemos todo reservado hasta 2026/27", afirma.
La demanda, históricamente estable, y las elevadas barreras de entrada, dados los conocimientos técnicos y el equipo necesarios para fabricar e instalar los cables, hacen que el mercado esté relativamente concentrado. Prysmian, con sede en Milán, NKT, con sede en Copenhague, y Nexans, con sede en París, acaparan más del 75% del mercado.
Pero algunos analistas dudan de que la capacidad de fabricación se adapte al rápido ritmo al que deben construirse los nuevos proyectos para cumplir los objetivos de energía net zero.
La consultora 4C Offshore estima que los planes actuales provocarán una escasez de cables de alta tensión fuera de China en la segunda mitad de la década. (China cuenta con fabricantes nacionales que abastecen sobre todo al mercado chino).
Según Chris Smith, de la consultora PSC, "si nos fijamos en los proyectos, las longitudes y las fechas de conexión, y empezamos a unir esas cifras, nos encontramos con un déficit".
Una era de escasez
Las tensiones ya empiezan a notarse. El aumento de los costos de los cables y las estaciones conversoras ha contribuido a elevar el presupuesto del retrasado proyecto del golfo de Vizcaya de 1750 millones de euros a 2850 millones. Un empleado de Inelfe, promotora del proyecto, apunta a la "saturación del mercado de HVDC, debido a la demanda sin precedentes de energía eólica marina y proyectos de interconexión".
National Grid, la empresa del FTSE 100 que posee y gestiona el sistema de transmisión británico y está desarrollando nuevos cables hacia el continente, afirma que "opera en un mercado restringido" impulsado por "un número limitado de proveedores a escala mundial".
"La demanda está superando a la oferta a medida que otros países alcanzan al Reino Unido e impulsan su propia transición energética", añade la empresa.
Danielle Lane, directora de desarrollo para el Reino Unido e Irlanda del grupo eólico alemán RWE, afirma que los plazos de entrega de las estaciones convertidoras HVDC se han disparado hasta los siete años. "La disponibilidad es un riesgo importante", afirma. "Competimos con operadores de red y con otros promotores".
Los que tienen más poder adquisitivo están sacando músculo. Los rivales se pusieron nerviosos el mes pasado cuando TenneT, la empresa estatal holandesa propietaria y gestora de los cables eléctricos en los Países Bajos y Alemania, firmó acuerdos por valor de 5500 millones de euros para 7000 km de cables eléctricos de Nexans, NKT y otros, destinados a proyectos eólicos.
"Creo que esto requiere en parte un enfoque nacional", afirma Keith Anderson, director ejecutivo de Scottish Power, el promotor con sede en el Reino Unido. "En Alemania han elaborado un plan a largo plazo que pueden sacar al mercado para reservar plazas de fabricación... ¿Dónde está la versión británica de este plan?".
El año pasado, TenneT adjudicó contratos de estaciones convesoras a un consorcio en el que participaban dos filiales de la empresa estatal china State Grid, a pesar de la sensibilidad que existe en Europa por la participación de China en proyectos nacionales de infraestructuras críticas.
"El Gobierno y TenneT analizan conjuntamente las amenazas geopolíticas", afirma la empresa. "Excluimos los conocimientos profundos sobre el funcionamiento y los detalles técnicos de nuestra supervisión de la red".
Aunque la demanda de cableado de alta tensión es especialmente aguda en Europa, los operadores de red de Estados Unidos también tienen dificultades para conseguir equipos. El año pasado, el Departamento de Energía de Estados Unidos señaló una "escasez de transformadores y otros componentes de la red".
Según Stephanie Crawford, Directora de Asuntos Reguladores de la Asociación Nacional de Cooperativas Eléctricas Rurales, los plazos de entrega de los repuestos eléctricos "se han disparado", con esperas de tres a cuatro años para los grandes transformadores. "Los miembros tienen que retrasar o aplazar proyectos para mantener o actualizar su sistema actual", afirma.
En Goose Creek (Carolina del Sur), Nexans ha renovado su fábrica para satisfacer la creciente demanda de cables de alta tensión destinados a los parques eólicos marinos de Estados Unidos.
Pero Guérin se muestra prudente a la hora de invertir en nuevas capacidades, dados los riesgos que se ciernen sobre el suministro de materias primas, en particular de cobre.
Los estudios de la empresa apuntan a un déficit de entre 3 y 5 millones de toneladas de cobre a mediados de la década, a medida que las redes eléctricas, los aerogeneradores y los coches eléctricos acaparen el suministro.
"Queremos asegurarnos de que, más allá de cada contrato individual que firmamos, tenemos detrás todo el abastecimiento de cobre y aluminio", afirma. "Antes había una era de abundancia; ahora estamos pasando a una era de escasez".
Guérin acaba de regresar de un viaje a Chile, donde ha firmado un acuerdo de suministro de cobre por cinco años con la minera Codelco, por valor de más de 100 kilotoneladas de este metal al año. El acuerdo es "evergreen", lo que significa que se prorroga automáticamente a menos que alguna de las partes renuncie a él.
La falta de personal cualificado también es un riesgo. Tim Holt, miembro del consejo de administración de Siemens Energy, que suministra transformadores y otros productos para sistemas HVDC, afirma que "el mayor cuello de botella que tenemos a la hora de poner en marcha los proyectos son las cualificaciones".
En el espacio de un año, Siemens Energy ha pasado de tener plazas libres a plazos de entrega de tres a cuatro años para sus grandes transformadores. "Solo en ingeniería contratamos a 700 personas el año pasado", añade Holt. "La ejecución de estos proyectos [multimillonarios] requiere numerosos profesionales con años de experiencia".
También se muestra cauto a la hora de invertir en producción adicional, dada la experiencia pasada. "Hubo un exceso de capacidad en el sector en la década de 2010 y luego todos juntos redujimos la capacidad", afirma. "Sin plena certidumbre de planificación, ahora hay reticencia a crear demasiada capacidad nueva demasiado rápido".
El deseo de certidumbre de los fabricantes puede plantear problemas a los promotores de renovables, que a menudo tienen que pasar por varios trámites, como permisos de planificación y subastas de subvenciones, antes de tener la certeza de que los proyectos pueden seguir adelante.
"Julia Prescot, presidenta del consejo de NeuConnect, afirma: "Aunque la oferta esté ahí, el riesgo es el tiempo que se tarde en ponerla en marcha".
Battaini, de Prysmian, que fabrica los cables para NeuConnect, afirma que la empresa mantiene un "diálogo constante" sobre las necesidades de los clientes e invertirá para mantener su cuota de mercado.
"Los clientes están en una especie de estado de pánico", afirma. "Se dan cuenta de que si no se mueven más rápido que el mercado, su capacidad será reservada por otro. En cierto modo, participan en nuestra inversión y nos dan un anticipo por el volumen".
Esto coloca a la empresa en una posición privilegiada. "Podemos fijar el precio de los cables con más margen de maniobra que en los últimos diez años", añade.
El mercado empieza a adaptarse. Varios proyectos previstos en el Reino Unido están en vías de revertir los cierres de fábricas de cables de las últimas décadas. XLCC, de Douglas, planea construir en Ayrshire (Escocia) la primera fábrica de HVDC del Reino Unido, que abrirá a finales de 2027 para abastecer proyectos como un posible enlace de 3800 km entre Marruecos y el Reino Unido.
"Vamos a demostrar que la construcción de una fábrica especializada en HVDC con un solo producto puede ser muy eficiente, lo que significa que podemos llegar al mercado con rapidez", afirma.
En abril, la japonesa Sumitomo Electric Industries también reveló sus planes de construir una fábrica en Escocia, mientras que el Global Interconnection Group, del financiero Edi Truell, está considerando la posibilidad de construir otra en el puerto de Tyne, para apoyar una posible conexión con Islandia.
Por su parte, el fabricante JDR Cables está construyendo una nueva planta de cables de alta tensión en Cambois (Northumberland). Hemos desarrollado y probado cables de aluminio, por lo que los cables de la matriz podrían pasar a ser de aluminio", afirma James Young, director de estrategia de JDR. XLCC también utiliza aluminio en lugar de cobre, en parte porque es más ligero.
Los proveedores de conversores, como Hitachi Energy, también han estandarizado sus procesos para poder ampliarlos. Según Niklas Persson, director general de la división de integración en red de Hitachi Energy, "es posible aumentar enormemente la eficiencia".
Pero los plazos son inciertos y la competencia feroz. Prescot, de NeuConnect, advierte a los promotores que les espera un duro camino.
"Tienes que tener muy claro que estás decidido y que tienes el dinero para hacerlo", aconseja. "Cuando entras en un mercado global como éste, los proveedores tienen opciones".
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