El jefe del gigante del transporte marítimo AP Møller-Maersk advirtió de que la reapertura de la crucial ruta comercial del Mar Rojo podría llevar meses, con el riesgo de un golpe económico e inflacionario para la economía mundial, las empresas y los consumidores.

Vincent Clerc, CEO de Maersk, le dijo al Financial Times que el cierre del Mar Rojo a la mayor parte del transporte marítimo de contenedores tras una serie de ataques de los militantes hutí de Yemen era "brutal y dramático". Añadió que "no hay ganadores" como resultado de la situación, que ha obligado a los barcos a tomar desvíos largos y costosos alrededor de Sudáfrica.

"No tenemos claro si estamos hablando de restablecer el paso seguro al Mar Rojo en cuestión de días, semanas o meses... Podría tener consecuencias bastante importantes para el crecimiento mundial", afirmó.

Maersk es un referente del comercio mundial, ya que transporta alrededor de una quinta parte del flete marítimo. Clerc instó a la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, a hacer más para permitir la reapertura del Mar Rojo a los barcos tras la reciente escalada de ataques en la región.

En un indicio de que las amenazas también se han extendido al Golfo, un petrolero frente a la costa de Omán fue secuestrado porIrán este jueves. Las autoridades marítimas británicas dijeron que eran personas con uniformes negros de estilo militar.

Un buque de Maersk fue atacado a mediados de diciembre, lo que obligó al grupo danés a suspender los viajes a través del Mar Rojo, un enlace crucial entre Asia y Europa. El grupo reanudó los viajes unos días más tarde, después de que una coalición militar liderada por EE.UU. intentara crear un paso seguro, pero sufrió un nuevo ataque a finales de diciembre. La semana pasada, Maersk señaló que en el "futuro inmediato" desviaría los buques del Mar Rojo en torno a África.

Desviar los portacontenedores por el Cabo de Buena Esperanza agrega unos 13.000 km de distancia a un viaje de ida y vuelta Asia-Europa, y cientos de dólares por contenedor, dijo Clerc.

"En un momento en el que la inflación es un gran problema, esto supone una presión inflacionaria sobre nuestros costos, sobre nuestros clientes y, en última instancia, sobre los consumidores de Europa y EE.UU.", añadió. "A corto plazo, podría causar disrupciones significativasa finales de enero, febrero y hasta marzo".

La factura de combustible de Maersk será un 50% superior como consecuencia de que los buques tomen la ruta más larga. Si no se resuelve, los barcos pronto estarán fuera de posición, amenazando la logística y las cadenas mundiales de suministro, dijo Clerc.

"Instamos a la comunidad internacional a que se movilice y haga lo necesario para reabrir el estrecho [de Bab-el-Mandeb]. Es una de las principales arterias de la economía mundial y ahora mismo está bloqueado", pidió Clerc.

"Podría tener consecuencias más amplias, no sólo para la industria, sino para los consumidores finales, la disponibilidad de productos y la economía mundial en su conjunto", añadió.

El precio de las acciones de Maersk subieron 25% el mes pasado, al dispararse los fletes de los contenedores.

Cuando se le preguntó qué se sentía al ganar más dinero con una situación que perjudicaba a sus clientes y a la economía mundial, Clerc respondió: "Permítanme ser totalmente inequívoco: nuestro objetivo es establecer un paso seguro y volver a un patrón comercial normal. Para ello estamos desplegando todos nuestros activos. Mientras lo hacemos, tenemos que navegar alrededor del Cabo de Buena Esperanza y esto tiene consecuencias".

Añadió que Maersk tenía una visión limitada de la situación de seguridad en torno al Mar Rojo, ya que "cambia" constantemente, además de estar vinculada al conflicto palestino-israelí.

"El modus operandi evoluciona. El tipo de arma evoluciona. El alcance geográfico se amplía. Para nosotros hay muchas cosas que hacen que los niveles de riesgo sean difíciles de evaluar. Así que tenemos que ser prudentes", dijo Clerc.