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Entrevista con Tom Hanks: "Fui un tipo con mucha suerte"

El actor habla del dilema de la inteligencia artificial en Hollywood, de cómo se niega a aceptar su reputación de chico bueno y de por qué Jeff Bezos no pudo tentarlo para ir al espacio.

A mitad del plato principal, le pregunto a Tom Hanks por qué está aquí. No quiero faltarle al respeto al actor ganador de dos Oscar, que es tan encantador como sugiere su reputación y locuaz hasta la saciedad, pero no necesita la publicidad.

"Estoy almorzando gratis", bromea, antes de reconocer las exigencias del "complejo industrial del entretenimiento". Hanks sigue siendo optimista: "A pesar de los ocho mil millones de entrevistas que he hecho y de las películas que he rodado ... el misterio aún puede permanecer en un público que piensa: 'Sí, bueno, pero qué va a hacer ahora'".

Hanks ha llegado a Soutine, que está decorado como una brasserie parisina de fin de siglo, vestido de negro con discreción e irradiando una gran energía que no es abrumadora. "Hola. Hola. Hola. ¿Cómo estamos? ¡Eso funciona!"

El consejo de vida de Tom Hanks que dejó a todo Hollywood con la boca abierta

Hanks tiene dos trabajos: actor y celebridad. Cuando él y su esposa, la actriz y productora Rita Wilson, contrajeron Covid-19 en marzo de 2020, su diagnóstico fue noticia de última hora en los canales de televisión de todo el mundo. La celebridad tiene su propia química, que puede llegar a ser corrosiva o brillante.

Emma Thompson, que interpretó a la autora de Mary Poppins, PL Travers, frente al Walt Disney de Hanks en El sueño de Walt (2013), dice que la megafama "tiende a cambiar a la gente. Pero él lleva el glamour con ligereza y nota lo que hay a su alrededor con una precisión asombrosa", como "un gran actor que no fuera famoso". A juzgar por la falta de asombro de los comensales, que parecen ser clientes habituales, la descripción de Thompson parece acertado.

Este restaurante londinense ha sido elegido por su proximidad a los estudios Abbey Road, donde Hanks está grabando la narración de Los Caminantes de la Luna, un nuevo espectáculo inmersivo sobre viajes pasados y futuros a la Luna; incluso la Luna, al parecer, necesita un poco de luminiscencia de celebridades.

A veces las estrellas vienen con asistentes que escuchan las conversaciones, pero hoy no habrá nada de eso. ¿Tendrá que volver rápido?

"Tengo todo el tiempo del mundo", dice Hanks.

Hanks, que luce una figura esbelta, cuida su alimentación, ya que padece diabetes de tipo 2. "Crecí con la dieta económica estadounidense de alimentos procesados, azúcares y carbohidratos. Una vez a la semana, de niño, iba con sus hermanos al supermercado "a elegir los cereales de la semana", recorriendo las estanterías como "enólogos".

Yo no había planeado saltar al tema de su infancia tan rápidamente. Hay mucho que abarcar sobre su larga carrera en Hollywood, con sus desviaciones hacia la escritura de relatos cortos - la recopilación Tipos singulares de 2017 - y la novela de este año, Otra gran obra maestra del cine. Pero la trayectoria de autocreación de Hanks explica en parte cómo se ha convertido en un emblema de la historia que Estados Unidos cuenta sobre sí mismo.

Hanks nació en 1956 en Concord, California, y sus padres se divorciaron cuando tenía cinco años. Se quedó con su padre y sus dos hermanos mayores, mientras que su hermano pequeño se fue con su madre. Ambos padres se casaron y se volvieron a casar, y cuando Hanks tenía entre cinco y diez años de edad, vivió en diez casas diferentes, acumulando hermanastros por el camino.

Es considerada la mejor serie de la historia y está basada en hechos reales: cómo puedes verla

Junto con su hermana mayor y su hermano, formó "una unidad bastante estrecha. Lo único que hacíamos era reírnos. Crecimos como salvajes porque no teníamos supervisión, pero éramos sensatos. Siempre me sentí seguro en casa, me sentí bienvenido". Minimiza las turbulencias. "Fui un tipo con mucha suerte. Todo el mundo tiene algo de trauma. A veces con una T mayúscula".

Entonces, ¿para ti es una T minúscula o mayúscula?

"Casi siempre con una T minúscula y de vez en cuando con una T mayúscula". A veces, en los largos viajes en autobús sin acompañante que hacía para visitar a su madre, "había adultos que se interesaban demasiado en mí. Tenía el suficiente sentido común para saber que se trataba de gente algo siniestra".

Hanks, que ha estado casado dos veces, no les guarda rencor a sus padres, pero desearía que hubieran sido más comunicativos. "Cada vez que nos mudábamos, nadie decía: 'Ésta es la razón por la que nos estamos mudando'. Simplemente nos mudábamos, a veces en medio de la noche".

Le digo que su relato Fin de semana especial, de Tipos singulares, en el que un niño de nueve años pasa un tiempo valioso con su madre, bebiendo leche con chocolate, comiendo en restaurantes y viajando en un coche de lujo, transmite el desconcierto de un niño zarandeado entre adultos. Asiente: "Se lo envié a mis hermanos y les dije: ¿Se reconocen aquí?".

Llegan nuestros entradas. La saludable palta de Hanks está muy lejos de la comida procesada de su infancia. Mi cangrejo es ligero y cremoso.

Esas mudanzas constantes le dieron la habilidad para adaptarse y crear su propia diversión, viendo horas de televisión y yendo al cine, satisfaciendo su curiosidad.

La cultura también le ofreció consuelo. "Todas las grandes obras de teatro tratan de la soledad", dice, relatando una idea que le transmitió el director teatral Vincent Dowling. "Se trata de la batalla que todos tenemos por formar parte de algo grande". Recién de adulto, dice Hanks, se dio cuenta de que "ésa era la razón por la que iba al cine solo cuando era un chico de 18 años, para exponerme a ese lenguaje de la soledad".

Los primeros años de actuación mientras compaginaba una joven familia fueron precarios. "Tuve mi primer trabajo en televisión [una comedia, [Amigos del Alma: Bosom Buddies] en 1980, y pasé de no ganar nada de dinero a ganar apenas lo suficiente". Esas experiencias lo hacen empatizar con los actores y guionistas que participaron este año en el conflicto laboral en Hollywood sobre los pagos de regalías y el uso de la inteligencia artificial (IA). La gente trabaja "de cheque en cheque. Es brutal".

En cuanto a la IA, Hanks ha dicho que al público quizás no le incomode ver una versión artificial de él. ¿Acaso no es deprimente? Él es "pragmático".

"A algunas personas no les va a gustar porque no se trata de un ser humano real, y a otras simplemente no les va a importar porque la historia está bien. No es muy diferente de cualquier otra herramienta que haya aparecido en el proceso de producción cinematográfica desde el sonido". La perspectiva amplia es un tema recurrente en Hanks, lector voraz de historia.

No obstante, Hanks, cuya imagen confeccionada por IA se utilizó recientemente en un anuncio dental sin su permiso, dice que las repercusiones de las nuevas tecnologías exigen una vigilancia constante. "¿Quieres dejar a toda esa gente sin trabajo?" Considera que el reciente acuerdo que les puso fin a las huelgas es una pausa y no el final del tema de la invasión de la actuación por parte de AI. "Tendrán que volver a ese tema más adelante".

Nos acercamos a la política. A nivel doméstico, ha hecho campaña por los demócratas, aunque su narración de un video que celebraba el primer año de Joe Biden como presidente suscitó comparaciones con la película de Los Simpson de 2007, en la que un Hanks en dibujos animados dice: "El gobierno estadounidense ha perdido su credibilidad, así que toma prestada parte de la mía". Cuando Donald Trump fue elegido en 2016, Hanks pronunció un apasionado discurso sobre el progreso de EE.UU. "No soy pesimista", dice. "Siempre suceden cosas malas... Y, francamente, los tontos tienen poder durante un tiempo e incluso los listos hacen tonterías".

Esto nos lleva a las redes sociales, algo que solía gustarle como "otra forma de creatividad", pero que ahora considea "una pérdida de tiempo". Publica en Instagram para promocionar sus proyectos, pero siempre corre el riesgo de decir "algo tan condenadamente tonto de lo que nunca, nunca, nunca podré retractarme. Cuidado con esa vox populi".

Las redes sociales también han animado a los conspiranoicos a difundir teorías malévolas sobre él. "No hay ninguna ley contra ser imbécil", dice. El Internet puede haber "magnificado, magnificado y magnificado" la desinformación, dice Hanks, que reconoce que "la ignorancia es peligrosa". Y sin embargo, dice, "siempre lo ha sido". Otra vez presenta esa perspectiva amplia.

Con todo el alboroto en torno a su celebridad, es fácil perder de vista cuán importante es el trabajo para Hanks. "Quieres promover el trabajo que hiciste ... Pero luego hay toda un grupo de gente con la que hablas, y lo último que quieren oír es hablar del trabajo. Quieren saber si has estado en la cárcel. A menudo, te arrastras de regreso al auto o a tu pequeño apartamento en algún lugar y te llenas de odio hacia ti mismo". Si estoy haciendo que se odie a sí mismo, es demasiado educado para decirlo.

Una de las razones por las que Hanks escribió Otra gran obra maestra del cine fue para mostrar el trabajo que hay detrás de las películas. Siempre había escrito, contando con su difunta amiga Nora Ephron como influencia, pero sólo se volvió disciplinado al respecto más tarde. La novela narra la creación de una gran película de superhéroes, desde su génesis como cómic hasta la pantalla, entretejiendo una serie de historias vitales interconectadas.

Al adoptar voces tan diversas, ¿le preocupaba escribir sin experiencia vivida? No sólo el mundo editorial, sino también el cinematográfico enfrenta estos problemas. ¿Quizás hoy, Hanks habría sido criticado por interpretar a un hombre gay, como lo hizo en su actuación ganadora del Oscar en Filadelfia? "Todo va a ser dos pasos adelante, un paso atrás y ocasionalmente dos pasos atrás y sólo uno adelante", dice enigmáticamente.

Su asistente asoma la cabeza por la esquina. Apenas hemos hecho mella en nuestros platos principales, pero él no tiene prisa por terminar.

Hanks dice que canalizó su propia vida en uno de los acicalados protagonistas de la novela. "Todo lo que él hace, lo he hecho yo. He tenido ideas que he intentado incorporar a películas ... He dicho cosas muy inapropiadas a la gente, pensando que era gracioso o encantador". Eso va en contra de su simpática imagen. "Fueron las aventuras de un joven confundido que necesitaba tener un poco más de experiencia".

La reputación de tipo simpático confunde al hombre con los papeles, y a Hanks le molesta. "Es lo más fácil de decir", dice. "Y es ligeramente peyorativo". Ignora papeles como el sicario de la mafia (Camino a la perdición) y el administrador avaricioso (Elvis).

¿ Sin duda la amabilidad o la decencia, o como quieras llamarla, tiene una profundidad que se pasa por alto? "Yo podría hacer un recorrido por casi todos los personajes que he interpretado y decir: 'Mira el quid de la lucha por la que ha pasado ese tipo'", dice Hanks. La razón por la que quiso interpretar a Chesley 'Sully' Sullenberger, el piloto comercial que realizó un aterrizaje de emergencia en el río Hudson en 2009, no era porque fuera un héroe, sino por su conflicto interno. "Estaba sometido a una presión abrumadora, pensando que si había hecho algo mal, perdería la licencia".

¿Hanks sigue siendo ambicioso? "Sigo siendo competitivo, pero el único desafío que tengo en la cabeza es: ¿qué es bueno y qué vale la pena? ¿Vale la pena examinar el tema?"

Lo cual nos lleva más allá de los confines del planeta Tierra, a la Luna, y al montaje de Los Caminantes de la Luna. Se instalará en una gran sala del centro de Londres que actualmente exhibe un vívido carrusel de obras del artista David Hockney, con la narración de Hanks entretejida con música y proyecciones digitales.

Siempre le ha fascinado la Luna, por lo que coprodujo la miniserie de HBO De la Tierra a la Luna, además de protagonizar Apolo 13. En 1969, cuando Neil Armstrong dio sus primeros pasos en la Luna, Hanks era un adolescente. "Dios mío, me sentí afortunado de estar vivo. Era la generación que podía hablar de este gran Rubicón de la historia". Le pregunto a Hanks si estuvo alguna vez tentado a aceptar la oferta de Jeff Bezos de ir en un vuelo espacial de Blue Origin, siempre y cuando pagara unos u$s 28 millones. "Oh, no. Así estoy bien".

Los Caminantes de la Luna no es un simple viaje nostálgico; Hanks quiere mostrar el ritmo de la historia. "Si te dijera esto: hay una gran guerra que está ocupando a toda la población del mundo. El Medio Oriente está en crisis constante. El sistema político estadounidense está tan lleno de divisiones que las familias no se sientan a la misma mesa juntas debido a cómo votaron. El medio ambiente está siendo atacado y la gente está preocupada por cómo va a pagar el alquiler mañana. OK, ¿de qué año estoy hablando, de 1969 o de 2023?"

"No sé si volverá a ocurrir en la humanidad que todos estemos viendo algo tan unificador". Éste es un raro momento de pesadumbre; la perspectiva amplia de la historia tan propia de Hanks no consigue ofrecer un bálsamo.

Apenas ha tocado su plato principal, cordero, y un camarero comprueba que todo esté bien. "Estuvo muy bien. Pero estuvimos hablando demasiado".

La Luna llama. Hanks necesita irse a Abbey Road. "Emma", dice, como el gran profesional que es, "sacaste lo mejor de mí".

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