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Jair Bolsonaro está llevando la democracia a sus límites en Brasil

Ante la caída de sus índices de aprobación, el presidente está elaborando una estrategia que recuerda a la de Donald Trump

En el último mes, Jair Bolsonaro ha intensificado sus amenazas contra las instituciones de Brasil hasta el punto de que incluso quienes eligieron al excapitán del Ejército para la presidencia en 2018 temen ahora por el futuro de la joven democracia.

La última crisis comenzó cuando Bolsonaro, enfrentando la caída de sus índices de aprobación, afirmó que "no habrá elecciones" el próximo año si Brasil no modificaba su sistema de votación electrónica para incluir boletas de papel, que él insiste son necesarias para evitar el fraude.

Cuando los principales tribunales del país abrieron investigaciones sobre las afirmaciones infundadas, se molestó con varios de los jueces y amenazó con actuar fuera de las "cuatro líneas", o límites, de la Constitución. A continuación, detalló su amenaza: "Juego dentro de las cuatro líneas de la Constitución, y juego, si es necesario, con armas en el otro lado".

La pregunta que los brasileños se esfuerzan ahora por responder es: ¿qué pretende el presidente?

A pesar de cierto apoyo en las bases, no está nada claro que las Fuerzas Armadas vayan a respaldar cualquier tipo de aventura militar. Mientras tanto, sus ataques a la democracia no hacen más que profundizar su distanciamiento de los principales electores que le votaron hace tres años, pero que desde entonces se han desilusionado con su estilo de gobierno y, en particular, con su caótica gestión de la pandemia de Covid-19.

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Los analistas dicen que Bolsonaro es consciente del rápido deterioro de sus números en las encuestas: un estudio publicado la semana pasada sugiere que si se celebraran elecciones ahora, el presidente perdería frente a su némesis política, el ex líder de izquierda Luiz Inácio 'Lula' da Silva, por casi 20 puntos porcentuales.

Con esto en mente, está elaborando una estrategia que recuerda a la de Donald Trump en Estados Unidos, quien continuamente sembró dudas sobre la integridad del sistema electoral y luego impugnó los resultados de la encuesta en noviembre del año pasado.

"Bolsonaro está siguiendo los pasos de Donald Trump al tiempo que se asegura de no seguir el destino de Trump", dijo Thomaz Favaro, director para Brasil de Control Risks. "Si bien algunas de las críticas de Bolsonaro hacia el sistema de votación preceden a la derrota electoral de Trump en 2020, está claro que el presidente brasileño se siente empoderado por lo sucedido en EE.UU. y espera que una ofensiva sostenida pueda permitirle retener el poder incluso en el caso de una derrota electoral".

La debilidad de las instituciones brasileñas puede hacer que tenga más éxito que su mentor estadounidense. Mientras que el Poder Judicial ha intentado con un éxito limitado frenar los excesos de Bolsonaro, el Congreso se ha mostrado dispuesto a plegarse a la voluntad del exparacaidista.

La moción para introducir boletas impresas sólo fracasó porque necesitaba pasar un umbral de tres quintos: una mayoría de legisladores (229) votó a favor de la demanda del presidente, mientras que 218 votaron en contra. El presidente de la Cámara Baja es uno de los aliados de Bolsonaro, mientras que el titular del Senado mantiene una postura ambigua.

"Bolsonaro ha defendido el derecho de las personas a manifestarse libremente y que tengamos elecciones con posibilidad de auditoría", dijo Carla Zambelli, legisladora del derechista Partido Social Liberal y aliada de Bolsonaro.

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Desde esta perspectiva, el presidente ha tomado la decisión de centrarse en su base más acérrima con la esperanza de que este grupo del 20% de los votantes lo empuje a la segunda vuelta en las elecciones. Una vez en la etapa final, podrá gritar si el resultado se desvía.

Este plan de juego ha confundido a los observadores de Brasilia. Muchos creen que tendría más posibilidades en las elecciones si se mantuviera callado y se centrara en cosechar los beneficios de una economía que mejora gradualmente.

En lugar de ello, su retórica ha provocado una serie de investigaciones judiciales, que podrían acabar con su inhabilitación en las urnas, y han contribuido a la caída de sus cifras de popularidad.

Sus aliados en el Congreso han evitado hasta ahora las múltiples peticiones de impeachment, pero a medida que la pandemia cede y los manifestantes vuelven a salir a la calle, es probable que su temple se vea pronto puesto a prueba por la implacable fuerza de la opinión pública brasileña.

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Comentarios

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  • EM

    Ezequiel Mascuka

    25/08/21

    Una nota totalmente distópica y alejada de la realidad. La popularidad de Bolsonaro crece y tiene cada vez más adeptos. La economía brasilera no muestra mejoras graduales, sino solidez con medidas que tienen efectos positivos en el corto, mediano y largo plazo. Y respecto de las elecciones, basta ver el fraude electoral en EEUU que ya deja ver con auditorías parciales en todo el país, a partir del uso de sistemas electrónicos con conexión a internet y manipulados. ¿Qué duda queda que son fácilmente vulnerados? Y acá en Argentina volvieron a contratar a Smartmatic, la venezolana compañía a cargo de Dominion, una de las principales involucradas en el fraude en EEUU... Nah, si están todos entongados...
    Qué periodismo berreta que son. Indignos.

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    • RV

      Rodrigo Victorica

      25/08/21

      TERRAPLANISTA TAMBIEN ?

      Responder