

La tarjeta de crédito es una herramienta financiera rápida, práctica y que permite postergar pagos. En España, el uso de tarjetas, tanto de crédito como de débito, representa más del 60% de los pagos, con un crecimiento importante en las compras pequeñas.
Sin embargo, expertos en finanzas advierten que utilizar la tarjeta de crédito para pagar la compra del supermercado de forma habitual puede ser una mala idea. Más allá de la comodidad, esta práctica puede generar gastos innecesarios, deudas complicadas de pagar e intereses que encarecen el coste real de tus alimentos.

Coste real oculto: los intereses y el financiamiento
El principal motivo de alerta radica en los altos intereses que aplican muchas entidades cuando el titular no liquida el saldo completo al final del periodo de facturación. En España, el interés medio vinculado a tarjetas de crédito supera el 18 % TAE, según cifras de HelpMyCash.Esto implica que una compra financiada de forma parcial o a plazos puede acabar teniendo un coste final muy superior al valor original. Por ejemplo, al aplazar un gasto de 1.000 euros y abonar 25 euros al mes, el consumidor terminará pagando más de 500 euros en intereses, prolongando la deuda durante varios añosEste tipo de comportamiento financiero, repetido en el tiempo, puede derivar en lo que los analistas denominan “sobreendeudamiento doméstico”, especialmente cuando se aplica al gasto recurrente, como las compras en supermercados o tiendas de alimentación.
Cuándo (y por qué) sí puede tener sentido usarla
El uso de tarjetas de crédito no es en sí negativo, siempre que se utilice con planificación y bajo control. Algunas situaciones en las que puede resultar útil son:
- Compras puntuales de mayor importe, siempre que se disponga de capacidad de pago inmediata.
- Beneficios adicionales como seguros asociados, garantías extendidas o acumulación de puntos de fidelización.
- Protección del consumidor, cuando se realizan compras online o en establecimientos fuera de la zona habitual.
Riesgos adicionales que conviene conocer
El uso reiterado de tarjetas de crédito para pequeñas compras conlleva otros efectos adversos, más allá del interés:
- Pérdida de control financiero, al no tener una percepción clara del gasto mensual real.
- Comisiones ocultas o cargos adicionales, que pueden aplicarse en función de las condiciones del contrato.
- Acumulación de deudas sin planificación, que comprometen la salud financiera a medio y largo plazo.

Alternativas más seguras para controlar tu dinero
Ante este panorama, los especialistas en finanzas personales recomiendan adoptar hábitos de pago más saludables:
- Priorizar el uso de tarjetas de débito o pagos directos.
- Evitar el crédito para gastos rutinarios o previsibles.
- Analizar las condiciones de la tarjeta antes de financiar cualquier compra.
- Cancelar el saldo total mensual, siempre que sea posible.












