

La senadora electa por Río Negro, Lorena Villaverde, retiró su renuncia ante la Cámara de Diputados para asegurarse su banca hasta el 2027 en caso de que en el Senado no se destrabe su pliego. El Gobierno deberá definir la estrategia sobre cómo proceder porque, de dejar su pliego en un limbo, La Libertad Avanza podría perder una banca en el Congreso.
La impugnación de la rionegrina en el Senado surgió de una estrategia del peronismo por sus antecedentes en el extranjero: había sido interceptada con cocaína en los Estados Unidos veinte años atrás, lo cual derivó en una causa de la cual fue sobreseída. A su vez, la acusan de tener vínculos con Federico “Fred” Machado, extraditado en el país norteamericano por acusaciones de narcotráfico y lavado de dinero. Se trata del empresario que asociaron con José Luis Espert y terminó por derrumbar su carrera electoral.
El viernes pasado, como contó El Cronista, el oficialismo y los aliados optaron por devolver su título a comisión para que vuelva a tratarse con la nueva composición parlamentaria. Había contado con un dictamen de rechazo de la comisión de Asuntos Constitucionales y la futura jefe de bloque, Patricia Bullrich, no consiguió los votos de los demás partidos para aprobar el diploma de Villaverde como senadora en la sesión de jura. Cabe destacar que en esa votación no se computaban ni los senadores entrantes ni los salientes.

El gran dilema es que, para que su título se trate con el nuevo Congreso, en el Senado adviertieron tanto desde la oposición como del oficialismo que el Gobierno deberá incluirlo en el temario de sesiones extraordinarias, junto con el Presupuesto 2026, la ley de Inocencia Fiscal, la ley de Glaciares, la modernización laboral, la reforma tributaria y el nuevo Código Penal. Si bien la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, bajó la orden de apoyar a su senadora, algunos son más escépticos con que el Gobierno se exponga incluyéndola en el decreto.
De no hacerlo, el tema podría quedar para marzo, cuando comiencen las sesiones ordinarias, y en el Senado habría una banca menos durante todo el verano, donde el presidente Javier Milei espera votar y aprobar al menos una buena parte de las reformas. Es decir, el Senado funcionaría con 71 senadores en vez de 72, y el Gobierno no puede darse el lujo de manejarse con una banca menos en su tropa.
En definitiva, para el Gobierno es más caro sostener a Villaverde que dejarla ir, pero el verticalismo libertario ordenó protegerla y dejan en sus manos la decisión de renunciar en el Senado. De hacerlo, asumiría su reemplazo, Enzo Fullone.

“Villaverde se queda. Si quieren, hacemos uno por uno y que no asuma Soria y todos los muchachos", retrucó un alto miembro de la Casa Rosada. Por caso, el argumento del ojo por ojo fue algo que quiso impulsar Bullrich con la impugnación de los pliegos tanto de Martín Soria como de Jorge Capitanich, pero no prosperó en comisión porque no los expedientes no se habían protocolizado.
En tanto, en el bloque de La Libertad Avanza evaluaron, tal como adelantó este medio, una alternativa para salvaguardarla. La opción que trascendió el fin de semana desde las más altas esferas de la cúpula del Gobierno fue que Villaverde retire su renuncia hasta en tanto se esclarezca su situación en la Cámara baja, de manera tal que este miércoles.
De esta manera, Villaverde tiene como segunda opción quedarse en Diputados hasta el 2027. En el bloque no garantizaban movimientos: “Es una decisión de ella”, se desligó una autoridad de LLA ante El Cronista.
El dilema radicará en si presentará su renuncia en el Senado. Lo cierto es que hasta el momento la rionegrina se mostró dispuesta a dar la pelea. Incluso el viernes en el Senado, cuando ya se sabía que su pliego no iba a ser votado, ella apareció en el recinto, se dio abrazos con los misioneros y se sentó en su banca: la propia Bullrich tuvo que acercarse a pedirle que se retirara.
“Voy a ser directa y clara, todas las acusaciones y las falsas denuncias que se utilizaron para cuestionarme fueron investigadas exhaustivamente y en todas fui sobreseída de manera firme y definitiva, tanto en Argentina como en Estados Unidos. No voy a seguir excediéndome en contar mi historia personal", apuntó la senadora electa en un extenso comunicado vía X más tarde.
Y defendió: “Yo fui democráticamente electa. Cumplimiento con todos los requisitos constitucionales. No poseo ningúna condena. Las acusaciones mediáticas planteadas en la impugnación solo pertenecen al terreno político”.















