Elecciones en Corrientes

Viaje al corazón del triunfo radical en Corrientes: euforia por una diferencia sin precedentes

La reelección de Gustavo Valdés como gobernador de Corrientes, por más de 53 puntos de diferencia ante el Frente de Todos, funcionó como un espaldarazo para el partido centenario. La llegada de dirigentes desde todo el país que no quisieron quedar afuera del festejo.

"Esto no se ve todos los días, no me la quería perder", bromeó un dirigente de primera línea de la UCR nacional el domingo por la tarde, recién llegado a la capital correntina. La elección de esta provincia, en la que Gustavo Valdés buscaba ser reelecto como gobernador, fue la excusa perfecta para que se encuentren casi todos los pesos pesados del partido.

Entrevista a Valdés: "La única manera de generar riqueza es que a los empresarios les vaya bien"

Corrientes se convirtió poco a poco en el gran bastión radical: el de Valdés será el sexto período consecutivo al frente de la provincia, luego de las gestiones de Ricardo Colombi (2001-2005 y 2009-2017), Arturo Colombi (2005-2009) y el propio Valdés (desde 2017). Incluso antes, mediante la intervención federal ordenada por Fernando De la Rúa, la provincia era administrada por la UCR, al mando de Ramón Mestre primero y Oscar Aguad después.

Lo que no se había visto, sin embargo, era una diferencia como la de ayer. Valdés llegó al 77% de los votos positivos, frente al 23% de Fabián Ríos, del Frente de Todos y ex intendente de la capital provincial. Hace cuatro años había superado a Carlos Espínola por nueve puntos.

Por la tarde, mientras se auguraba una victoria contundente -nadie esperaba menos de 30 puntos, pero tampoco se arriesgaban más de 50-, los dirigentes radicales trataban de hacer memoria para encontrar una diferencia de este tipo. Se pensaba en la Córdoba de Eduardo Angeloz, pero ahí se llegó "solo" al 56%. Otros reconocían que debían hacerse cargo del caudillo santiagueño Gerardo Zamora. Pero cuando ganó por la UCR no logró victorias de este tipo, sino que lo hizo ya como parte del Frente para la Victoria.

A partir del sábado comenzaron a llegar dirigentes de todo el país. El mendocino Ernesto Sanz, el porteño Adolfo Rubinstein y el formoseño Luis Naidenoff estuvieron en esa primera avanzada y cenaron en la residencia de Valdés junto a su familia. También lo hicieron varios riojanos: el senador Julio Martínez, la intendenta de la capital Inés Brizuela y Doria y el precandidato a diputado Juan Amado. Otro de los senadores presentes fue Pablo Blanco, de Tierra del Fuego.

La provincia estaba conmocionada: el disparo a Miguel Arias en Tapebicuá había sacudido el escenario, aunque se buscaba desligar a la cuestión política de la agresión. Incluso el propio peronismo fue cuidadoso. Si bien el viernes por la mañana señalaron que fue "un tiro contra la democracia" y un "atentado durante un acto político", no atribuyeron responsabilidades de forma apresurada, aunque pidieron al gobierno provincial que aclare el caso con celeridad. Hecho que no sucedió, incluso luego del arribo de la ministra Sabina Frederic, que puso a disposición a las fuerzas federales. A pesar de que se trata de un pueblo de 800 personas y que había 60 en el acto, aún no se dilucidó lo que pasó.

El domingo llegaron más referentes del partido: Alfredo Cornejo, Facundo Manes. Josefina Mendoza, Mario Barletta, Atilio Benedetti, Fabio Quetglas, Alejandra Lordén, Maximiliano Abad y Gastón Manes. La base de operaciones para casi todos ellos era el Hotel Turismo, ubicado sobre la costanera. Durante la tarde del domingo, incluso luego de que cerraran los comicios, la mayoría de ellos disfrutaba de la caída del sol en el bar de ese hotel al aire libre. Compartían estrategias de cara a las PASO en cada uno de sus distritos y ya saboreaban el triunfo contundente de Valdés.

Más tarde fue el turno de Gerardo Morales, que llegó directamente de Jujuy pasadas las 18 horas y se reunió con Valdés en la gobernación. Allí también estuvo el tucumano José Cano.

Nombres propios

Sin embargo, la llegada que más revuelo generó fue la de Facundo Manes. Si bien el clima era exultante desde antes, el arribo del primer precandidato en la provincia de Buenos Aires provocó otro movimiento a fuerza de selfies y sonrisas. Incluso un senador nacional se presentó con nombre y apellido ante el neurocientífico, quien juró que lo conocía.

Igualmente, su llegada se negoció hasta último momento. Desde su entorno dudaban sobre si convenía que se sume a una foto tan radical mientras busca ser amplio en su construcción. De hecho, un dirigente de primera línea nacional tuvo que convencer a una asesora de Manes el sábado por la noche para cerrar la visita. "Los del PRO no tienen estas dudas cuando hay que festejar", se oyó de otro de los referentes.

La mayoría de los dirigentes de la UCR es consciente del recorrido del partido. En resumidas cuentas, luego de la caída de De la Rúa se dedicaron a sobrevivir, gracias al arraigo histórico y de la presencia en todo el país. La llegada al gobierno de Cambiemos los encontró como arquitectos del triunfo pero en un -por lo menos- segundo plano en la gestión. Pero desde 2019 hasta hoy buscan discutir de otra manera frente al PRO, socio en la coalición.

En el radicalismo conocen la principal falencia para dar esa pelea interna: la falta de nombres propios con arrastre en las urnas, sobre todo en ciudad y provincia de Buenos Aires. Por eso es que la llegada de Manes esperanza a tantos. Creen que si da la sorpresa y derrota a Diego Santilli en las PASO podrá cambiar la ecuación en el reparto de poder. Igualmente, varios se conforman con "perder por poco" en esa interna y confían en que se cumpliría el objetivo de la instalación.

En esa búsqueda de nombres propios, los gobernadores y ex gobernadores saben que es difícil la instalación en el AMBA. Es el caso de Morales y Cornejo, dirigentes de peso en la UCR pero que no cuentan con índices de conocimiento o aprobación demasiado destacables a nivel nacional. Algunos quieren aprovechar el envión de Valdés y su triunfo contundente para sentarlo en esa mesa. Dependerá de sus intenciones y de cómo juegue en los próximos dos años.

Un antecedente local puede servir para ilustrar su apetito. Durante el festejo nocturno, en la sede de la UCR correntina, en un rincón apartado dentro de un cuarto y sin acompañamiento de dirigentes nacionales se encontraba Ricardo Colombi. Luego de haber gobernado Corrientes durante 12 años eligió a Valdés como su delfín, ya que no estaba habilitado a continuar. Colombi era el gran caudillo y muchos pensaban que Valdés seguiría respondiendo a él.

Sin embargo, el gobernador se desprendió, ganó poder, dejó a Colombi en segundo plano y se alzó con una diferencia sin precedentes. Como Sergio Uñac hizo con José Luis Gioja en San Juan o Juan Manuel Urtubey con Juan Carlos Romero en Salta, Valdés hizo olvidar rápidamente al anterior jefe provincial.

Muchos en la UCR creen que el caso correntino puede ser estudiado en el resto del país. A ECO + Vamos Corrientes, la fuerza oficialista, la integran 31 partidos además del radicalismo. El jueves por la noche, en el cierre de campaña, Valdés solo nombró a dos dirigentes: Juan Perón -su madre era peronista- y al propio Colombi, a modo de reconocimiento del legado, en un discurso muy provincialista. El domingo, en cambio, rodeado de dirigentes nacionales, elaboró un discurso antigrieta que podía ser leído en clave nacional.

Los ausentes

Entre los radicales hubo algunos que no viajaron a Corrientes. Es el caso de Martín Lousteau, que pertenece a la otra ala interna en el partido. Martín Tetaz, también de su espacio, fue invitado personalmente por Valdés, ya que habían militado juntos en su juventud. Si bien estaba previsto que fuera, finalmente no asistió, tal vez desanimado por el ajedrez interno.

Otro ausente fue Mario Negri. El jefe del interbloque se encuentra en una dura batalla en Córdoba, en donde competirá con Luis Juez para ser candidato a senador.

Tampoco hubo demasiada presencia del PRO. Si bien Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri felicitaron por Twitter a Valdés, nadie se animó a pisar el bastión radical. "Cuando gana Larreta no lo invitan a Gustavo", ironizaban en Corrientes. El dirigente nacional de más peso en asistir fue Martín César, presidente de la Juventud PRO.

A dos semanas de las PASO en todo el país, la UCR logró un triunfo resonante en su mayor bastión. El gobierno nacional no se pudo imponer en ninguna de las cuatro elecciones locales -antes hubo legislativas en Jujuy, Misiones y Salta-. Está claro que las elecciones de cargos nacionales y provinciales tienen lógicas diferentes. El 12 de septiembre se verá si el oficialismo logra torcer la tendencia.

Temas relacionados
Más noticias de radicalismo

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.