Del sacrificio al límite de la paciencia: cómo varió el apoyo a Milei en nueve meses de gestión
El Gobierno que ganó en diciembre prometiendo ajuste en el Estado aún mantiene una imagen estable aunque se advierten las primeras señales de incertidumbre en el horizonte de la sociedad. Cómo varió el humor social y las preocupaciones desde diciembre a la fecha
De espaldas al Congreso, Javier Milei inició su gobierno prometiendo "ajuste y shock", anunciando que lucharía con "uñas y dientes contra la inflación" aun a costa de los efectos negativos sobre la actividad, el empleo y el aumento de la pobreza. A nueve meses de ese mediodía de diciembre, con promesas cumplidas o por cumplir, el Presidente mantiene una imagen estable en la mayoría de los sondeos, pero los temas de interés social comienzan a derivar hacia otras costas y no está claro que las mayorías "la estén viendo".
En 2023, el plan de "sangre, sudor y lágrimas" libertario llegó al poder con un amplio consenso social que fue descripto por el observatorio social de la UBA, Pulsar: ocho de cada 10 argentinos habían tenido un giro antiestatal, querían pasarle la motosierra a la "casta", a la política, a las empresas no privadas, a los planes sociales. La última medición, de agosto de este año, dice que al menos seis votantes siguen en esa misma posición.
Milei, entre tanto, ganó batallas políticas, y las que perdió, las mostró como triunfos simbólicos, hablando del "mecanismo de revelación" que supuso el primer rechazo al proyecto de Ley Bases, firmando el Pacto de Mayo en julio, o sufriendo la media sanción contra el DNU 70/23 por el Senado o teniendo que vetar el aumento a las jubilaciones votada por una amplia mayoría que congregó al kirchnerismo, al radicalismo y al "no oficialismo" del PRO, tal como definiera a ese espacio el diputado Luciano Laspina.
La inflación -que según el Presidente viajaba al 15.000% o al 17.000%- bajó mes a mes hasta estacionarse en el 4% en agosto, llegando a un piso que desde hace tiempo no se perfora y que será un nuevo desafío para el equipo que encabeza Luis Caputo. Mientras Federico Sturzenegger afila el lápiz de la reforma laboral que reclaman los sectores empresarios, la Casa Rosada publica día tras día desregulaciones en diversos campos de la economía, siempre a la espera de que el RIGI y el blanqueo den sus frutos.
Tal como había avizorado en la Plaza de los dos Congresos, Milei vio subir el desempleo y vio caer la actividad , pero si bien no habla de "brotes verdes" el último viernes, en Mendoza, aclaró que la caída del PBI era menor al estimado.
Lejos quedaron los días estivales en los que algunos dirigentes hablaban de un gobierno que se caería a pedazos, que sufriría una presión pocas veces vistas desde los barrios populares y que el mandatario sería mayoritariamente repudiado. Los sondeos, en cambio, muestran "estabilidad" y buena percepción.
De hecho, los dirigentes con mejor imagen detrás del jefe de Estado son dos mujeres de su espacio. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y quien fuera la compañera de fórmula presidencial, Victoria Villarruel. Sobre la primera parece no pesar aún el costo político de usar el "Protocolo anti-piquetes" contra jubilados y contra la segunda no hacen mella sus posiciones públicas respecto de lo acontecido en la última dictadura militar.
Las evaluaciones sobre lo realizado y las expectativas sobre lo que vendrá pueden, en política, coincidir o diferir. El Presidente prometió ajuste y cumplió; sin embargo, él considera que la caída no ha sido tan importante, que la reactivación está en marcha y que comenzará una etapa de multimillonarias inversiones privadas. Ese horizonte no es, sin embargo, tan claro para los que responden encuestas.
Opinaia, por ejemplo, señala que se mantiene alta la percepción negativa sobre la economía argentina -en torno al 66%, similar a enero de 2020- pero sensiblemente menor al pico de 86% que se dio en agosto de 2023. La mayoría piensa que la economía mejorará, pero esa posición bajó del 50% en diciembre a 39% en agosto, quedando muy cerca del 35% que cree que empeorará.
Hay, sin embargo, una consistente continuidad en la percepción sobre el esfuerzo y sus resultados. En mayo, el 50% pensaba que todo lo realizado vería su recompensa a mediano y largo plazo. En agosto, esa posición subió un punto. Mientras tanto, quienes piensan que no sirve de nada, en el mismo plazo subieron de 34 a 37%.
Esa consultora, agrega una pregunta a quienes están entre los que sienten que los frutos se darán en el mediano plazo. En mayo, el 4% creía que habría éxitos visibles en tres meses, mientras que en la última medición ese grupo había caído a 0,5%. También bajó el segmento de los que esperan que lleguen sobre fin de año, del 24% al 15%. La suma de quienes esperan mejoras entre mediados y fines de 2025 creció de 50 a 58% en ese período.
Proyección indaga sobre cómo creen los encuestados que estará su economía en los próximos seis meses: el 52,1% es pesimista y el 30,1% es optimista. Desde marzo los "positivos" se mantienen estables, los que creen que estarán peor caen tres puntos, que ahora se suma a los que "no saben" como estarán.
Consultados sobre cuanto están dispuesto a esperar los argentinos, el 37% dicen que no quiere esperar nada; el 8,6% hasta tres meses; el 9,4% entre tres y seis meses. El 21,6% dice que hasta un año y el 22,5% más de un año.
Analogías marca, por su parte, un deterioro en la percepción del presente y el futuro económico del país. En el último mes cayó la percepción de que el sacrificio está sirviendo (de 40,6 a 39,2%), mientras que los que creen que el sacrificio no sirve aumentaron 3,5 puntos, pasando del 44,5 a 48%. Superó el 50% la cantidad de gente que piensa que está peor que hace un año, pasando de 48,4% en junio a 51,9% en agosto y cayó casi 3 puntos el segmento de gente que piensa que estará mejor el año que viene.
Sin embargo, el 49% piensa que la economía será mejor en dos años. El principal problema es el desempleo, el 47,6% contra el 43,4% que piensa en la inflación. El 65,5% cree que se están perdiendo muchos empleos.
Para la Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP), la inflación también cedió protagonismo con sólo 13% de las preferencias, pasando al tercer lugar detrás de la caída de la actividad económica que consiguió 35,7% y la pobreza, el 14,3%. En mayo, la suba de precios preocupaba al 24%, muy pareja con la caída de la actividad, que tenía 25,6%.
La consultora Reyes-Fildora consultó por último a sus encuestados sobre la percepción de seguridad que les transmite la situación a 12 meses respecto de sus empleos. El 66% tiene una imagen negativa, mientras que solo una tercera parte, el 33%, considera que estará mejor.
En Democracia, la política rinde examen, si no cotidianamente, cada vez que hay una elección. Para su primer test electoral, el gobierno de Milei tiene por delante casi la misma cantidad de meses que ha dejado detrás desde el 10 de diciembre. No está claro aún cuál será entonces el veredicto de la sociedad, que puede esperar y darle un nuevo voto de confianza al Gobierno o busca un cambio en otra dirección. Sobre lo que no hay dudas es que el tiempo no espera ni se detiene, y es tirano.
gabriel schmidt
Burdo analisis , poco profesional , mirada y pilares pocos creibles . muy mala nota