

Ante un Congreso atomizado y en el que La Libertad Avanza es minoría, el gobierno de Javier Milei corre el riesgo de ser el primero al que el Poder Legislativo le rechace un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) al Poder Ejecutivo. ¿Cuál podría ser la prenda de negociación con los bloques de la oposición para que la desregulación del Estado no naufrague?
"Quedarán en evidencia frente a los argentinos quienes están en contra del progreso y quienes son casta", advirtió esta mañana el presidente Javier Milei, al referirse a aquellos legisladores nacionales que voten en contra del polémico DNU que reforma y deroga cerca de 300 leyes.
Tras el anuncio y oficialización del decreto de más de 80 páginas, que reúne reformas de lo más variadas, las opiniones de los diputados y senadores que deberán abocarse al texto en los próximos días no se hicieron esperar.
Unión por la Patria y la Izquierda fueron las primeras fuerzas con representación en el Congreso que salieron a resistir el DNU anunciado anoche por cadena nacional. Mismo camino siguió el partido fundado por Elisa Carrió, la Coalición Cívica.
La bancada de Unión por la Patria, que tiene 101 diputados, salió con un comunicado en el que dejó en claro su postura. "Brutal avasallamiento de las facultades del Congreso", reza el texto que difundieron en sus redes sociales.
Asimismo, el comunicado señala que quienes lo aprueben "serán infames traidores a la Patria". Tras estos pronunciamientos, los referentes de la bancada que lidera Germán Martínez se reunió este mediodía con la cúpula de la CGT primero, y con la de la CTA después. Las reuniones fueron a puertas cerradas en las oficinas del bloque, para coordinar el rechazo al texto.
En la bancada UxP plantean que la discusión, en esta instancia, no es en torno al contenido del DNU, sino a la forma. En concreto, el planteo es que el Ejecutivo envíe las reformas, pero a través de proyectos de ley y no en un único DNU, que no puede ser modificado por el Congreso. Las Cámaras apenas pueden aprobar o rechazar el texto impulsado por LLA.
"El paro es una de las posibilidades, la movilización es una de las posibilidades, y la acción judicial también", dijo el triunviro de la CGT, Héctor Dáer, antes de entrar al encuentro, y advirtió que la reacción al DNU del jefe del Estado no le compete "solo al movimiento obrero" sino que comprende a "todos los sectores".
En igual sentido se expresó la Izquierda. "Estamos viendo gran estafa electoral. Llegaron diciendo que el gran problema es el déficit fiscal, pero meten un DNU para reformar en forma monárquica las leyes laborales, de medicamentos o los clubes de fútbol. Es decir, lo que le interesa al poder económico al cual responden", tuiteó Myriam Bregman, jefa del interbloque que reúne a 5 diputados.
"El dictado de todo DNU es para una situación excepcional. Lo anunciado por el Presidente de la Nación no cumpliría con los requisitos constitucionales del artículo 99º inciso 3º. Es por eso que se procederá a la evaluación pormenorizada de cada ley derogada y/o modificada ya que el Presidente, pudiendo llamar a sesiones extraordinarias en el Congreso, optó por arrogarse facultades legislativas", expresó el presidente del partido, Maximiliano Ferraro, donde conviven seis diputados.
Ley espejo
El radicalismo emitió un comunicado planteando: "El Poder Ejecutivo está a tiempo de enmendar su error enviando un proyecto de Ley espejo que pueda debatirse en el Congreso de la Nación, recuperando así el camino de la normalidad, la construcción de confianza política, los consensos y el diálogo parlamentario".
También se expresó en contra de las formas y no del contenido el líder de la bancada Cambio Federal, Miguel Ángel Pichetto, tuiteó: "El Presidente debe gobernar con el Congreso no contra el Congreso. Muchas de las reformas planteadas deben ser tratadas por ley, y seguramente muchas podrían tener su aprobación".
En el PRO, en cambio, hay posturas divididas. Mientras que algunos diputados se encuentran estudiando la letra chica del DNU, y consideran que la forma de avanzar con la desregulación del Estado debía ser por medio de leyes, otros, como Luciano Laspina, ya salieron a expresar su postura. De todas maneras, fuentes del bloque amarillo no descartan que el PRO mantenga su postura de "acompañamiento responsable".
"Quiero expresar mi apoyo al decreto", dijo el economista, y aseguró: "Fue un trabajo enorme originalmente preparado para nuestro gobierno, que LLA tuvo la valentía de ejecutar. Elimina de un plumazo cientos de prebendas arrancadas a los gobiernos por lobbies sindicales y corporativos".
Resta saber qué harán los bloques Hacemos por nuestro país e Innovación Federal, que reúnen casi una veintena de diputados.
En el Senado, al rechazo de Unión por la Patria se le sumó, además, el del senador de Unidad Federal, Edgardo Kueider. "Todo indica que el DNU es inconstitucional, y que las materias en las que avanza no están respaldadas ni por la necesidad ni por la urgencia que reclama este instrumento", expresó el senador.

Quien también salió a rechazar el DNU fue el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, cuya fuerza tiene una banca en el Senado.
"El DNU del Presidente avanza sobre facultades exclusivas del Poder Legislativo, derogando leyes sin pasar por el Congreso, eliminando decenas de controles estatales y habilitando la privatización de empresas públicas como YPF y Aerolíneas Argentinas", dijo el mandatario provincial.
Y remató: "Las grandes transformaciones deben ser discutidas, acordadas. Necesitamos reformas que se construyan a partir del diálogo y el consenso".
¿Naufraga el DNU?
La gran duda, por estas horas, es cómo quedará conformada la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que deberá validar el texto. Hasta ahora, los nombres no fueron oficializados pero se da por descontado que La Libertad Avanza dependerá del resto de las fuerzas para que el DNU de su presidente no sea rechazado por el Poder Legislativo.
En caso de que el grueso de las fuerzas de la oposición se alineen y rechacen el texto en ambas Cámaras, por primera vez desde que se sancionó la ley que regula los DNU, en el año 2006, el Poder Legislativo le rechazaría un Decreto de Necesidad y Urgencia al Poder Ejecutivo.
Un camino intermedio podría ser que el Gobierno de Milei dé marcha atrás con el DNU. Y, en su lugar, reenviar el contenido del decreto en forma de leyes y varios Decretos de Necesidad y Urgencia. Tal cual plantearon, entre otros, los radicales y Pichetto e incluso Unión por la Patria.















